Los entendidos y los medios entendidos en esta cuestión de la inflación maquiavélica de la oligarquía mundial para desestabilizar a los pueblos y más concretamente a nuestra revolución, aunado este saber a la perspicacia del pueblo común por el conocimiento que ha ido adquiriendo, se está volteando en contra de quienes creen que esa maldad continuará.
En mis andanzas de todos los días, me topo a cada rato con mi gente del barrio y mire usted, cual menos, ya entiende que no es al Gobierno a quien hacen el mayor daño, es al mismísimo pueblo. Y ese pueblo dices cosas como: “Si ahora nos hacen esto, ¿cómo sería cuando no sabíamos nada? “El ataque no es a Chávez, el ataque es contra mi bolsillo porque yo soy el que consume”. “Cada vez que veo los aumentos, lo que hago es recordar los discursos de mi comandante”. Y entre otros, leamos este que parece ser uno de los que a los más entendidos se les escapa comentarlo: “Da la impresión que la riqueza de los países capitalistas, se debía a la rapiña que sin que nosotros supiéramos nos robaron por siglos y yo creo que la crisis mundial que vive el capitalismo es porque los pueblos ya no se están dejando robar”.
Creo que todos los aporreadores debemos tener en cuenta la opinión de nuestras gentes al momento de tratar este tema de la inflación que se voltea en contra de sus “inventores”. Y tener en cuenta también que la gente está aprendiendo a consumir y reemplazar los artículos y productos que esa canalla especula. Por ejemplo: la gente no está comprando con la misma frecuencia de antes los productos embotellados de las multinacionales Coca-Cola y Pepsi; gracias a su invento, la gente descubrió la limonada con papelón, la naranjada con hielo, el azucarado de tamarindo, el jugo clarito de parchita y los refrescos de bolsita.
También la gente está comprando los productos del mercado que estén más económicos. Por ejemplo: aquella ensalada de tomate y pimentón, está siendo reemplazada por repollo desmechadito con vinagre, aceite, sal al gusto y un puntico de azúcar. Con esa cosa de arrebatarle la harina de sus arepas, está consumiendo ñame, y al desayuno ya sabe que las harinas de maíz económicas y otras harinas, tienen un montón de recetas en el sartén que puede reemplazar los artículos que la canalla esconde y especula con sus precios. En conclusión, la gente está aprendiendo a comer según el producto accesible y le está dejando en los estantes sus inflaciones a esa canalla “inventora” de sus propios lazos para auto ahorcarse.
¡Patria socialista o muerte!
¡Chávez es socialismo!