Un grano en la nariz

El caso de los contenedores de PDVAL se me está pareciendo a un grano en la nariz. Por más que alguien quiera ignorarlo -y yo no quiero- está ahí en medio de la cara, entre los ojos, latiendo dolorosamente, a punto de explotar y de bañarnos a todos de… ¡qué asco!… ustedes saben a lo que me refiero.

Un grotesco grano que puede estar anunciando un severo ataque de acné. Un granito que creció bajo un manto de disimulo, capas y capas de maquillaje que ya no maquillan y que hoy dejan ver la cara más fea de la canalla.

Si, dije la canalla, pero no se alegren los canallas que tratan de desviar la atención para el otro lado de la talanquera, porque es a ustedes a quienes me refiero: La canalla es una sola esté del lado que esté.

Desglosemos la canallada y veamos: Solo los canallas pueden, sin perder el sueño, negarle la comida al pueblo, ya sea por corrupción, acaparamiento, especulación o paro petrolero. Sólo los canallas son incapaces de relacionar sus canalladas con el llanto de un bebé hambriento, sí, ese bebé a quien le han quitado la leche de su tetero. ¿O es que la leche es sólo para el café?

Se pagan y se dan el vuelto los canallas. Hacen negocios juntos, corrompen y se dejan corromper, se embarran de ñoña a cambio de un billete, o de muchos, y todavía hay quien pretende echarle la culpa de estas canalladas al socialismo. No se puede ser más cínico.

No podemos olvidar a los canallitas menores de aquel lado que se regocijan con el hallazgo de comida que no alimentará a nadie. Canallitas que prefieren la guarimba a la propuesta, el estorbo al avance, el pasado al futuro. Mezquinos canallitas incapaces de celebrar los miles niños salvados en el Cardiológico Infantil, por citar alguna de nuestras tantas alegrías, pero, impúdicos, muestran su turbia esencia festejando triunfantes sobre la podredumbre.

Canallitas menores que chupan carguitos de los grandes canallas que tenemos dentro. Canallitas que hacen de mensajeros de la mentira y el chantaje, de policías paranoicos creadores de falsos positivos. Canallas y canallitas que cambian sueños colectivos por camionetotas negras con vidrios ahumados, tetas de silicona, o corbatas Louis Vuitton. Todos nadando en sus granos repletos de … ¡qué asco!… ustedes ya saben de qué están repletos los granos y qué pasa cuando estos explotan.

Por eso es que digo que hay que diagnosticar y tratar a tiempo un muy posible ataque de acné, señalando al grano en lugar de mal taparlo, extirparlo de raíz con determinación, hasta que salga el último canalla -perdón- el último microbio infecto, hasta que al mirarnos al espejo su imagen no nos devuelta ni un grano en la nariz.

carolachavez.blogspot.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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