No sigamos pidiendo aumentos

Chávez busca la mayor eficiencia y felicidad para todos, sin merma de los beneficios, las entradas de dinero, pero… necesitamos ahorrar hasta cambiando nuestra manera de consumir y no pedir más.

Tomé de algún escrito, comentarios muy interesantes que nos reforzarán la revisión correcta que lleva nuestra revolución.

Leímos: Fijémosno en España, cuya economía se ubicó en la mejor de Europa, donde el gobierno redujo por decreto los salarios de los empleados públicos y, como dice el Banco de España: un mensaje claro a los trabajadores del sector privado.

En España –tal como aquí antes y menos ahora, agrego– se ha desprestigiado lo público como sinónimo de ineficiencia, despilfarro y corrupción. Y tanto la derecha como la izquierda han defendido lo privado; privatizando sectores estratégicos y de interés social, o subcontratando servicios públicos.

La situación del capitalismo es mundialmente grave. Su crisis revela que el sector financiero resulta ser el más ineficiente y corrompido –igual que en Venezuela, agrego–. Y el drama es que, a pesar de obtener beneficios multimillonarios, han conseguido dinero que es de todos como premio a su incompetencia. Hasta exigen ahora intereses de usura a los mismos Estados a los que esquilmaron –por décadas de democracia bobalicona y gobiernos entreguistas en Venezuela, agrego–.

El decretazo del gobierno, recortando salarios, pensiones, inversión pública y derechos sociales –lo contrario a la Venezuela de Chávez–, deprimirá más el consumo y la producción, y si no damos una respuesta contundente será la antesala de nuevas medidas que ya se anuncian, como aumento de impuestos, abaratamiento del despido, retraso de la edad de jubilación, o reducción del gasto público en servicios esenciales como sanidad y educación –nada que ver con nosotros, agrego, que es todo lo contrario–.

Continúa el escrito: Como dice el Evangelio “No se puede servir a Dios y al dinero” y el Gobierno de Zapatero ha decidido sacrificar a su propia base social en el altar del capital, bien representado por las derechas gobernantes en Europa. Abre así el camino a un partido popular cuya demagogia sólo esconde su intención de llegar al gobierno para aplicar medidas de ajuste aun más salvajes.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) estimó en 19 millones los trabajadores que viven bajo el umbral de la pobreza en el continente y reclamó más empleo y de mayor calidad ante la evidencia de que tener trabajo remunerado no garantiza quedar a salvo de la exclusión social en Europa.

Los cálculos de las organizaciones sindicales apuntan a que las personas en riesgo de exclusión social en Europa rebasan los 80 millones, por lo que llamaron a las administraciones de los distintos Estados a “reforzar el papel de los servicios públicos”.

Según el último informe de la Comisión Europea, las expectativas económicas en los 16 países de la zona del euro empeoraron en febrero por primera vez en casi un año, un indicio más de que ha perdido fuerza la recuperación económica.

La economía de la UE cayó en 2009 4%, es el peor dato desde la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente hay 23 millones de europeos sin trabajo, 7 millones más que hace 20 meses, y la desocupación seguirá creciendo según todas las estimaciones.

Un 8% de la población europea tiene un empleo que no le permite salir de la pobreza, y 80 millones viven justo en el umbral de la pobreza.

Los bancos, siguen sin prestar dinero como antes de la crisis, impidiendo el funcionamiento normal de las empresas.

Estos números ilustran más que nada sobre el declive y el colapso generalizado en la que parece haber ingresado la Unión Europea.

A cambio de los "préstamos" (fondos usurarios para mantener la rentabilidad especulativa con las deudas) de la UE y el FMI, los Estados de la Eurozona deberán ejecutar un durísimo plan de ajuste para reducir su déficit público.

España, -según el escrito- ya siguió el camino de Grecia lanzando un durísimo plan de ajuste de su economía que baja los salarios públicos, recorta drásticamente las pensiones, e instala una drástica disciplina fiscal que degrada todo el escenario de las conquistas sociales.

Detrás de Grecia y España, a su vez, se encuentran los Estados en "zona de riesgo" (como Irlanda y Portugal, o la misma Italia por ejemplo) que alimentan un potencial escenario de escalada indetenible de huelgas y estallidos sociales contagiándose por toda la geografía europea, incluida Europa del Este.

Seguimos leyendo: Angela Merkel, jefa del gobierno alemán, dijo ante el Parlamento que la unión monetaria es un destino común. Debemos preservar esa idea europea y "el euro está en peligro, en una crisis existencial".

Merkel también señaló que "la crisis actual es el mayor desafío que Europa enfrenta en décadas. Si el euro fracasa, Europa fracasa".

Los mercados, según los expertos, temen por las deudas europeas, por el escuálido crecimiento de la economía de la Eurozona y ahora también por la descoordinación política de la Comisión Europea.

Bueno, hasta aquí con la transcripción del artículo.

Adonde quiero llegar es, primero, que debemos hacer una fuerte campaña mediática, con cadenas precisas, concisas, cortas, explicando lo que ocurre con el capitalismo –que no lo sentimos mucho o nada acá– en todo el Planeta. Aprovechar, con inteligencia mediático-política, para explicarles a todos los venezolanos las ventajas de nuestro Socialismo del Siglo XXI.

Que es mucho mejor, y con nuestro Líder, contribuir a construir un Buen Socialismo. Ya que hubo algunos malos y que, aun lo incipiente de él, no es nuestra experiencia dentro del capitalismo salvaje que estamos tratando de domar, o domesticar, si les parece–.

Como segunda reflexión, solicitarle –también mediática e inteligentemente– a todos los venezolanos que poseen trabajos remunerados, empleos, que no gasten tanto dinero en pendejadas, mientras salimos de esta crisis que es mundial, repito. Vale un artículo donde expresé algunas ideas para bajar el exceso de consumismo, y que con apoyo del gobierno nos enseñen a comer, a vestir, a disfrutar de momentos sin mucho costo. En general a economizar, pues.

Que no gasten tanto para que no pidan aumentos, a sabiendas de que existen algunos compatriotas desempleados y subempleados. ¿Qué pensarán esos compatriotas cuando observan a los que sí cobran exigiendo aumentos?

Por el contrario, insisto en lo que en otro artículo escribí, debemos, pienso, estimo, estudiar la posibilidad de reducir el tiempo de trabajo, no porque no se requiera empujar la economía –tal vez con sacrificios(¿?)–-, no, es porque si estamos en vías a un socialismo que no es otra cosa que humanismo, deberíamos lograr que la gente que trabaja en la calle –no en sus casas, o sea calle y casa– pudiese compartir mayor tiempo útil familiar.

Y con la reducción de los horarios tal vez se pudiese recurrir a otros turnos y, en vez de solicitar aumentos –ya que con menos consumismo y reciclaje nos alcanzaría el dinero–, le damos oportunidades a otros compatriotas, camaradas o no, de contar con viernes, o quince y último.

Implica menos tiempo de recorrido hogares-casas, ida y vuelta –que socialistamente hablando se refiere a buenos transportes colectivos baratos y menos automóviles–, con su correspondiente baja de sobreestrés y por ende de neurastenia. Y, paralelamente, estimular el uso del tiempo familiar con la lectura, aprendizaje y práctica de las bellas artes, de su apreciación, de escuchar buena música. Y porque no, de ver buena TV. como la de TVES, VIVE, VTV, etc.

Una vida económicamente productiva. Espiritual y mentalmente productiva. Una vida menos gastiva. Debemos explicarles a todos los venezolanos formados en la concepción capitalista, lo degenerado de una vida consumista por exceso, la televisiva, la de las emisoras de radio y de las pancartas que invitan a comprar, a comprar, a comprar…

La de los estadísticos escuálidos –y muchos nuestros de viejo esquema– esperando que expresen que la situación está buena porque los comerciantes –sentados todo el día esperando a ver que venden– digan que están vendiendo mucho. Ja ja ja ¡Qué bolas!

Otra mentira ilusoria, por supuesto, es la que nos ha hecho creer que cualquiera puede ser millonario. Ni el sueño americano. De paso, que los estándares de vida usaenses son mejores, en la clase media, porque allá les pagan mejores salarios, pero…, ah, el pero, no tienen prestaciones sociales, ni otros beneficios.

(En USA ganan lo suficiente para adquirir vivienda, carro y artefactos varios, pero con buenas condiciones de crédito. Son esclavos de sus empleadores, y cuidando de no cometer ninguna imprudencia por pequeña que sea, tolerable, pues, porque los botan y si no consiguen trabajo pronto, por no pagar las cuotas les quitan la casa, el carro, el televisor, la computadora, el microondas, todo lo no terminado de cancelar)

No, hermano camarada, y no camarada, acá son muy pocos los que han llegado y pueden llegar a millonarios. Saquen la cuenta: cuántos vivimos acá y cuántos son millonarios, y menos honestos. Con esto espero no ofender a los que han logrado reunir capitales por herencias, por ejemplo, o con decencia por años. Porque otros han sido hechos en base a monopolios, a vivezas, a negocios medio oscuros, privados y con los gobiernos de turno de antes y según, con el de ahora, en menor escala. Umm… y algunos con narcolavado, trajines raros, etc.

Son millonariazos por especulaciones contra todos nosotros. Nunca, desde que invierten, quieren obtener ganancias moderadas –lógicas por la inversión y cierto esfuerzo–, sino siempre superiores a 200, 300, 500 por ciento y más. ¡Así cualquiera se hace millonario! Más si explotamos a nuestros trabajadores. Debo agregar que hay excepciones.

Desde que me conozco, y como vengo de una familia de extracción popular de la parroquia San José, en Caracas, todo lo que hemos logrado ha sido trabajando. Y nada de lujos. Como dice Chávez: vivir dignamente. Papá nos educó, a mi hermano y a mí, hasta ingenieros, con nuestro esfuerzo, por supuesto, como él decía: cerros de caraotas han salido de estas cámaras. Fue un magnífico fotógrafo profesional.

Nunca se preocupó, el viejo librepensador, por comprar terrenos, le bastó adquirir su casita, allá en San José y, eso sí, fue un gran lector y parodiador en versos (Leoncio Martínez, Leo, lo llamó Leito), nos inculcó la buena lectura; fue dibujante y escultor, con las que nos motivó; violinista, nos acostumbró a la buena música; un hombre de las sobremesas en casa para tocar temas de historia, para preguntarnos las capitales y los gentilicios. De religión. Para comunicarse con el alma. Por cierto, fue autodidacta, menos en el violín.

En fin, no los voy a fastidiar más, sino que quiero se entienda que en las casas, con los vecinos, se pueden pasar horas de distracción inteligente, sin costo alguno. Bien económicas, pienso. Además, como mencioné, su televisión cultural. Uno que otro ajedrezazo. Ah, y para que no digan, un dominocito de cuando en vez.

A los jóvenes, que entrarían en todo lo anterior, además, y aun cuando es sumamente difícil por la distorsión que les inculca la concepción de vida en capitalismo salvaje, de libertinaje –porque debemos ser modernos–, alimentarles poco a poco –tal vez tendremos que afincarnos en los estudiantes de bachillerato y de primaria, son nuestras esperanzas–, los valores y principios fundamentales para vivir en una sociedad decente.

edopasev@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2272 veces.



Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

Visite el perfil de Eduardo Palacios Sevillano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Eduardo Palacios Sevillano

Eduardo Palacios Sevillano

Más artículos de este autor