Fraude inmobiliario

Maximizar las ganancias con mínimo riesgo, mínimo costo y mínimo esfuerzo por encima de todo, es la ética que determina las relaciones capitalistas. El ser humano en tanto que productor o consumidor, queda atrapado en una dinámica  de expropiación permanente del producto de su trabajo ora en la fábrica ora en el mercado por parte del capitalista,  a quien sólo le importa obtener la mayor acumulación de capital en el menor tiempo posible.

Históricamente el  fraude inmobiliario ha sido utilizado como un poderoso instrumento de acumulación de capital en el sector inmobiliario, de ahí su presencia relevante en las leyes correspondientes. Sin embargo, por responder estas a la misma lógica del sistema, generalmente se aplica para legitimarlo, generando impunidad y  estimulando con ello su recurrencia. El gobierno bolivariano, actuando en defensa de las familias defraudadas, decidió enfrentar el problema, haciendo visible las inmensas dimensiones del fenómeno. La Fiscalía tomó el asunto en sus manos y prometió actuar para que se castigue a los responsables. Por cierto, las investigaciones, además de alcanzar a los “empresarios” maulas, deberían incluir a los funcionarios públicos que cooperaron para que se consumara el delito. Ojalá se haga justicia.

Hay que recordar que durante los últimos 15 años de la IV República, al menos 60.000 familias fueron víctimas del fraude inmobiliario bajo distintas modalidades, encubierto en ofertas engañosas construidas al amparo de los vacios legales, según lo estimó la Comisión de Asuntos Vecinales del Congreso de la República de entonces. La mayoría  de aquellos casos estaban  relacionados con vicios ocultos en la construcción, aunque como ahora, hubo también el engorde fraudulento del precio de los inmuebles.

Sin duda, el Ejecutivo Nacional y la AN tienen en sus manos una gran oportunidad para tomar medidas ejecutivas y legislativas  que ataquen radicalmente éste flagelo, sustentándose en  las experiencias de los últimos 25 años, en los aportes de las organizaciones de víctimas y en la iniciativa del  “pueblo legislador”,  activado desde los Consejos Comunales y las Asambleas de Ciudadanos. 

gamarquez2@yahoo.com



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

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