Nunca el pueblo consumidor del Municipio Caroní del estado Bolívar había llegado a un estado de indefensión. Aquí INDEPABIS quedo para ser un organismo mas del estado burgués. Jamás los capitalistas habían disfrutado a todas sus anchas de la ausencia de control. Para no remitirnos exclusivamente a los mercados y automercados donde el remarcaje es el plato del día. ]Aquí el neoliberalismo ataca con saña el bolsillo del pueblo con la mayor libertad. Todo esto sin abundar en las ventas de vehículos y el cumplimiento de estas concesionarias con las garantías, con los repuestos y qué decir de los seguros. Los precios del mercado municipal de Unare son los más especulativos del país, superan en creces a los de los supermercados. Fue hasta eliminado un peso público donde los usuarios corroboraban el peso de los víveres que adquirían. Los mercaditos de las ferias populares ubicadas en las principales barriadas; algunas exhiben precios solidarios; pero en la mayoría de ellos, como no existen los pesos públicos, el pesador al cobrar le incrementa un 20% o más al valor de la mercancía. Quien vela por este desprevenido consumidor sino está atento a lo que le están cobrando o a quien apela en caso de sentirse timado.
INDEPABIS es un organismo que depende de un presidente que está en Caracas, no está atado a manos a ninguna autoridad estadal; pero ni aun así actúan con independencia; andan enculillados a la hora de actuar porque cualquiera de estos afectados puede levantar el auricular y dejarlos con una penalización hecha. Recordemos la gestión frente a ese cuerpo en el estado de Milton Bracamonte; le declaro una guerra sin cuartel a la especulación, no tenia miramiento con nadie, pero comenzó a tocar intereses del estado burgués como aquellos “que especulan; pero dan empleos”; como lo decía el tercio aquel; recuerdo que en ese momento la pillería empresarial pretendían vendernos a juro un arroz saborizado; no pudieron hacerlo; pero luego comenzó la llamadera y un día sin que le avisaran, recibió una cartica que le daban las gracias por los servicios prestados a la republica….pero estaba despedido. Sin ir muy lejos, tenemos el caso de Eduardo Samán, toco aguas profundas y fue despedido. Su defenestración fue tal que le hicieron perdidiza su inscripción como candidato a aspirar por el PSUV a un curul a la Asamblea Nacional; por haberse enfrentado al hampa imperialista que maneja el negocio de las medicinas; de vaina no fue extrañado como aquel famoso caso del capitán francés Dreifus de comienzos del siglo pasado.
Ciudad Guayana es una de las partes del país que ha sido estigmatizada como una de las más costosas del país; desterremos todo eso que huela especulación, acaparamiento, boicot; pero para ello debemos disponer de un organismo que haga cumplir la ley.
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