Luego del reciente triunfo del Comandante Chávez Frías y del pueblo socialista, tenemos derecho a celebrar jubilosos la derrota de la oligarquía y el imperialismo, y la ratificación de la confianza del pueblo en su Presidente. Celebrar es un derecho que nadie debe limitarnos, no obstante el nuevo desafío que tiene fecha fija en apenas dos meses, 16 de diciembre, nos obliga a apretar el paso. No se trata de avanzar a ciegas hacia el objetivo a ser alcanzado, por lo que las tres R (de las que en el pasado reciente nos habló el Presidente Chávez) cobran vigencia; ante el reto decembrino debemos Revisar, Rectificar y Reimpulsar el proceso.
Salvar la Revolución, era objetivo fundamental de la campaña electoral recién concluida. Lo logramos, pero había y hay más. El mandato que recibió nuestro presidente -y nos sentimos obligados a acompañarlo en eso- es profundizar los cambios, avanzar con mayor prontitud hacia la sociedad socialista en marcha. Echamos cohetes por el triunfo popular, y está bien, pero el ruido de estos no debe silenciar el grito de quienes con amor revolucionario y sentido crítico estamos alertando sobre la necesidad de activar la alarma ante desaciertos reales de nuestro accionar. Cuando uno gana hay tendencia a decir que todo se hizo bien, hay inclinación a no ver los errores; ocurre lo contrario con la derrota, esta disfraza todo de error, viéndose incluso malo aquello que per se es positivo.
Revisar es un imperativo, lo que implica hacer balance de la campaña. ¿No pudismo hacerlo mejor? ¿Qué nos hizo bajar porcentualmente en el respaldo popular? ¿Qué pasó para que el adversario, el imperialismo y la oligarquía subieran en cifra absoluta y relativa? ¿Cómo fluyó la información entre los cuadros de comando en los distintos niveles? ¿Cómo se comunicó la dirigencia con los compatriotas de base y los patrulleros? ¿Los recursos se administraron correctamente? ¿Se atendió a la gente que vino a buscarnos en procura de solución a algún problema? ¿Cómo lo hicieron los compañeros que están en función de gobierno, y cómo aquellos que están al frente de la responsabilidad del partido? No revisar, dar por bueno todo, es extremadamente peligroso para el avance y profundización del proceso.
Rectificar implica cambiar lo que estuvo mal, esforzarnos en hacer lo necesario para que no se repitan los errores. Cambiar la manera de hacer y las personas que no lo saben hacer. Sembrar valores como la constancia y la solidaridad, la honestidad y la transparencia, la disposición a servir y no solo a ser servido. Rectificar a esta hora implica sembrar el Poder Popular, sembrarlo en nuestra sociedad para que los venezolanos asumamos la conducción de nuestro propio destino. Más allá de esto, en el ámbito pesuvistas, sembrar el Poder Popular debe significar para nosotros apoderar a nuestros militantes para la conducción de la organización; no debemos reproducir los esquemas del pasado, los cogollos con poderes omnipotentes deben dar paso a la base militante.
Reimpulsar la Revolución es tarea de cada instante, sino la revitalizamos constantemente, tiende a estancarse y poco luego a decaer. El retroceso en el porcentaje de los votos que obtuvimos, entiéndase el decrecimiento real en la aceptación popular, nos obliga a relanzar el proyecto. El desafío del 16 de diciembre, primero, y luego el reto de abril deben darnos como resultado, no solo mantener las gobernaciones que hoy están bajo la conducción de compatriotas socialistas, sino ganar para el proceso muchas o todas las que ostentan actualmente los oligarcas. Este es un objetivo serio; ganar todas las gobernaciones no es tarea fácil, por lo que revisar y rectificar es indispensable para el reimpulso, que pasa en primera instancia por el triunfo indiscutible de gobernadores y alcaldes, de diputados regionales y concejales, y luego por el buen gobierno y administración.
Cobran vigencia las tres R, ellas son tarea de todos; abrir la puerta para que todos participen es indispensable. Es en equipo, en grupos humanos del PSUV, donde debe producirse el análisis para revisar; donde debe gestarse la disposición a rectificar, y donde debe alimentarse la voluntad de reimpulsar el proceso al cual nos debemos. Cobran vigencia las tres R.
cesar.dorta62@gmail.com
Luchador social y político