Esta frase del gran filósofo alemán Friedrich Nietzsche, le cae al dedillo a Juan C Caldera, por el caso del “paquetazo”. La ética en la política es una sola, no existen dos, tres, existe una sola, y cuando esta se hace a un lado, de ipso facto aparece la corrupción. El problema ético - moral de Juan C Caldera, no es que haya caído en una trampa o emboscada, que por cierto fue montada por un ex cuñado y diputado de Un Nuevo Tiempo, sino que el delito está en aceptar el dinero como medio de hacer política. La política mientras más alejada este del dinero, será más cercana al ciudadano, y de esto se trata la democracia.
La corrupción acaba con lo político, por ende con la sociedad y con la democracia. Un país, donde lo que prevalezca es “cuanto vales, cuanto quieres”, está destinado al fracaso. Eso lo vivimos durante más de 40 años de corruptela, despilfarro y derroche de una clase política sin escrúpulos, vendida al mejor postor, y este comprador era el gran capital nacional y transnacional. Así vimos como los contratos de carácter leonino en cuestiones petroleras fueron “obsequiados” a quienes podían ofrecer más dinero a políticos inescrupulosos. Las prebendas y coimas se hicieron rutina y hasta familiar entre los integrantes del extinto congreso. Nuestro país fue arrasado por el morbo de la corrupción y del “Cuanto hay pa`eso”. No olvidemos el “No me den, póngame donde haiga”. Venezuela vivió un verdadero vía crucis con los adecos y copeyanos en el poder. Primero Justicia, no escapa de su génesis, los justicieros son un apéndice de la escuela verdolaga de Copei.
Si a Juan C Caldera, le montaron un peine, eso es lo de menos. El problema real y efectivo, es la coima que acepto con una sonrisa en la cara, y que sin chistar, se metió el paquete de billetes en el bolsillo. He allí donde la Ética y la Moral de Juan C Caldera desaparecen. Porque no buscaron a otro integrante de Primero Justicia, será que Juan Carlos, ya tenía fama de “agarrar sin contar”.
Primero Justicia nace de forma tramposa y corrupta. Un dinero de la caja chica de PDVSA IV república, fue utilizado para confeccionar este partido de lechuguinos, petimetres y corruptos. Por eso no es de extrañar esta conducta de Caldera y de otro integrante como es Richard Mardo.
Los videos y audios que faltan por salir, destaparan la cloaca en la cual se ha convertido la política opositora venezolana. Ayer no mas era Juan Carlos Caldera y Richard Mardo, después el progenitor de CaprilesRadonski, hace algunos años la Sra. Madre de Leopoldo López, en fin, corrupción, matraca y coima. Ahora bien, que podemos esperar de un gobierno central comandados por estos sujetos, que harían palidecer al mismísimo Al Capone.
Venezuela debe tener en su clase política (gobierno y oposición), los mejores ciudadanos, formados éticamente y moralmente. No podemos dejar que el cáncer de la corrupción termine los sueños de la gran mayoría de ciudadanos que quieren un país próspero y desarrollado, en base al trabajo productivo.
Este caso (que no es el único, vendrán otros) de Primero Justicia, evidencia una vez más, que lo que empieza mal termina mal. La expulsión de J C Caldera o de Heliodoro Quintero, son medidas paliativas e insuficientes, los daños colaterales ya se están viendo.
Que la Revolución se vea en ese espejo.
Saludos Cordiales, RAS, SXXI
pedro2.patino@gmail.com
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