Los dirigentes del PSUV, con el presidente Nicolás Maduro, a la cabeza, deberían abocarse a una acción moralizadora dentro del Gobierno y en el mismo partido. ¿Por qué digo esto? Porque el presidente Hugo Chávez, no preciso si fue en su última reunión televisada antes de partir para Cuba, que advirtió sobre los contrarrevolucionarios que estarían enquistados. Lógicamente que se refería a esos que visten coloridas chaquetas con los colores de nuestra bandera y usan la gorra del 4-f, y están en primera fila para que las cámaras los tomen aplaudiendo, y con sonrisa abierta, pero sus corazones están muy lejos de lo que es ser un verdadero revolucionario. O dicho de otra manera, esos son los oportunista, los camaleones, arribistas y aprovechadores de las debilidades que aún persiste entre la alta dirigencia del partido y del alto gobierno.
Hugo Chávez, sabía que existía esa plaga. Pero no sé por qué razón no tomó medidas drásticas antes de dejarnos. Efectivamente, los enchufados del bando contrario, en las esferas del Gobierno revolucionario, tarde o temprano, van a hacer un daño al proceso, desde cualquier cargo que desempeñen. Son personas muy sagaces. Trabajan amparados por la oscuridad. Son astutos, como lo son los zorros, y se protegen bajo un falso comportamiento que, aparentemente, los muestras como los más eficientes y arrechos de los revolucionar. Y así, poco a poco, van tomando posiciones estratégicas ante los ojos de sus jefes que, por indolentes, o burócratas débiles, los “dejan hacer” a sus anchas.
La revolución tiene que esgrimir sus armas y sacar a esos quintacolumnistas ubicados en cargos importantes, e inclusive de cualquier carguito, por insignificante que sea, pues esa gente sabe trepar, como el camaleón. Y, además, vienen de la IV, donde el lema era “yo no necesito que me den, sino que ponga donde haya”. Efectivamente, ahora, cuando el Presidente Nicolás Maduro, ha declarado la guerra frontal a los corruptos y corruptores, sean del color que sean, es el momento para limpiar la casa y fumigarla, hasta eliminar los más rastreros enquistados, amparados por la oscuridad.
El proceso revolucionario, hoy bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, debe ir radicalizándose, paso a paso, pero con la firmeza que requiere estos momentos en que la derecha está enloquecida, y peor quedará después del 8-D, por lo su locura llegará al máximo nivel en la escala. Hay que golpear a los corruptos, que son, a la vez, unos traidores y obedecen a los intereses de la derecha internacional y del capitalismo. La que tenemos al lado, liderizada por Álvaro Uribe, connotado traficante, y la que está en Perú, en Chile, y, como es lógico, la que se esconde bajo el cobijo del Departamento de Estado, que al fin y al cabo, representa el verdadero peligro para nuestra revolución.!Alerta, alerta, alerta! Que a camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Ya para terminar este artículo me llegó a mi computadora algo que está en la mente del Presidente Maduro sobre el flagelo que azota al país. Dijo que plantea decretar una emergencia nacional contra la corrupción. Aseguró que de ser necesario impulsará una reforma a las leyes para fortalecer lo referente a la lucha contra la corrupción. Aplaudo esa idea. Dentro de pocas horas, Julio Borges, gran fraude como diputado, dirá que ese es parte del show. ¡Cuídate, Borges, porque tienes rabo de paja!,
¡Chávez vine, la lucha sigue!