A propósito de la anunciada guerra contra la corrupción, la declaratoria de emergencia y la solicitud de una ley habilitante que profundice y blinde el marco legal en esa materia, que contemple la inclusión de normativas anticorrupción, para enriquecerlas, valdría la pena revisar, profundizar, ampliar y redefinir lo que tradicionalmente se entiende por corrupción, encuadrando el concepto más allá del aprovechamiento y apropiación de los recursos del Estado, y extendiéndolo a todos los Entes públicos y privados, en los cuales se maneja por igual el cobro de comisiones a contratistas, colocación de grandes cantidades de dinero en la Banca, blanqueo de dinero, aportes y donaciones a partidos y figuras políticas con fines proselitistas sin importar su origen, compras con sobreprecio y todo lo que enmarca el concepto global de latrocinio, incluido el peculado y sus derivaciones.
Estas formas de corrupción son las que aparecen más visibles ante la opinión publica, sin embargo, todos sabemos que no son las únicas, pues existe diversidad, en lo que podría llamarse las mil caras que asume la corrupción y las cuales tienen consecuencias, por su gravedad, similares o peores a las formas tradicionales.
Nos vamos a referir a unas variantes de corrupción que normativamente no tienen en apariencia, carácter delictual, pero cuyos efectos para nuestra sociedad, son tan nocivos y destructivos, y a veces más, que el mismo peculado y latrocinio. Estas variantes de corrupción,se traducen en descaradas formas de encubrimiento y protección de carácter automático entre distintos grupos del espectro oficialista u opositor que por acción, complicidad u omisión permisiva, es fácilmente visible en muchos funcionarios, altos y medios, de elección popular o no, que encarnan en su gestión o gestiones encomendadas, una asombrosa negligencia y desparpajo irresponsable como en el caso del Gobernador ausente del Estado Miranda, ineptitud, desidia, ineficacia, manejo irresponsable de los recursos públicos, deslealtad, indolencia y falta de identificación, con las políticas de Estado, y de un pueblo que espera ser servido y ayudado en sus múltiples necesidades y no que se sirvan de él para enriquecerse medrando alrededor del Erario público, de sus financistas anónimos y cómplices necesarios en una sociedad de cómplices perfecta coronada con el vulgar encubrimiento y un blindaje autoprotector de mafias ocultas con el manto de la inmunidad y el amiguismo.
Sobre todo y muy particularmente con aquellas de alto contenido social y de atención al público; como las Gobernaciones y alcaldías, o en el campo de los servicios a nivel nacional responsables de la alimentación, salud y dotaciones, donde a pesar del extraordinario esfuerzo del Gobierno Revolucionario, subsiste aun con marcado acento, la pesada herencia IV Republicana, expresada en grandes cinturones de miseria, que se traducen en hambre, basura, delincuencia, inseguridad, escasez de viviendas, comunidades sin agua y otros servicios básicos como cloacas y vías de acceso decorosas, como puede observar cualquier compatriota que visite en especial barriadas de Petare, o en la provincia ciudades como Maracaibo o Barquisimeto y muchas otras zonas de la provincia, por solo citar algunas visitadas recientemente, sin dejar de mencionar la deficiente atención que aun se observa en algunas Instituciones del Estado que dispensan permisología, Registros, notarias, tramites de solvencias, pensiones etc. que a pesar de los ingentes recursos que les asigna el Gobierno Nacional, siguen representando para los usuarios, el calvario de calarse largas colas, en muchos casos desde la madrugada para obtener un numero y con suerte ser atendidos, por un funcionario de taquilla que alterna su trabajo con la distracción de un teléfono celular o charla entre compañeros de trabajo, que el usuario, (muchas veces en ayunas), observa con visible molestia e impotencia. ¿Dónde esta la Supervisión? ¿Esta situación se justifica?
Definitivamente NO. Por falta de recursos no es y mucho menos por ausencia de políticas. Estamos seguros que gran parte de estas fallas y problemas pueden superarse con creces (a excepción de la pobreza y la escasez de viviendas que son de carácter estructural) , deslastrando a la administración pública de esos funcionarios (en todos los niveles), que en no pocos casos, están incursos en hechos de peculado (corrupción tradicional), o sufren del síndrome de la ineptitud, negligencia, e ineficiencia, o ambas caras de la corrupción, lo cual, igual se traduce en una manifiesta FALTA DE CAPACIDAD GERENCIAL, DESINTERES, OMISION, E IDENTIFICACION CON EL PAIS (INCLUIDOS LOS FUNCIONARIOS DEL CAMPO OPOSITOR). Se hace necesario pues, aprovechar la elaboración de leyes habilitantes y la adecuación y cumplimiento de otras en vigencia, que ataquen estas fallas, que constituyen un drama social, económico y político. Relanzar el Poder Moral con la Fiscalía y la Contraloría General de la Republica a la cabeza, cambiando radical y definitivamente su imagen, efectividad y contundencia oportuna en tiempo real, fortaleciéndolas con instrumentos legales eficaces y ejemplarizantes, abandonar la política gatuna del encubrimiento y complicidad, supuestamente para no dañar la imagen del Partido o del Gobierno llámese Nacional, regional o municipal En este sentido, debe erradicarse del escenario político las solidaridades automáticas en una guerra sin cuartel contra la corrupción y sus mil caras.
Cualquiera sea, la funcionaria o funcionario, incurso en las distintas caras que conforman la gama de corruptelas, incluidas la mentira, la conducta inmoral, omisión y negligencia en el seguimiento de programas y proyectos, contratos sin licitación, asignación de empresas a dedo, el escurrir el bulto diciendo a mi que me registren o que me investiguen los organismos competentes; pues en un país que se ha destacado por la ineficiencia de los organismos Contralores, de los tribunales es muy fácil y poco riesgoso pedirlosin embargo cuando se aplique la ley sin distingo de grupos, clase social, sexo, o tendencia partidista, el pueblo tendrá en sus manos un aliciente y una razón de ser para seguir luchando por una sociedad más justa. Para ello se requiere EL EFECTO DEMOSTRACION para poder conquistar y recuperar la credibilidad perdida.
Pensamos que esta labor de limpieza, o mejor, de reingeniería gerencial, por demás difícil y compleja, podría verse facilitada con la incorporación y participación efectiva de las comunidades a través de las comunas y consejos comunales, la creación de centros en todo el país donde la contraloría social pueda depositar o tramitar denuncias y donde se realmente se procesen y emprender el fortalecimiento del Partido Socialista Unido (PSUV) con una integración y participación de cuadros de manera más democrática, transparente y permeable, donde se premien al verdadero luchador, la eficiencia y la identificación con el proceso revolucionario pues coexisten en sus cuadros de Dirección media y alta, sobre todo en la Provincia, muchas de estas fichas que conforman una nulidad gerencial que luego cumplen tareas de gobierno por recomendación, producto de las cuotas de poder cercanas al Gobernador o Alcalde de turno, que se han fortalecido a la sombra de la revolución y cuyo único interés es medrar a nombre de ella.LOS HAY DE ROJO Y BASTANTES.
Muchos Camaradas pueden ser buenos amigos, serviciales, buenos organizadores dentro del partido, o dentro del Polo Patriótico, muy trabajadores, voluntariosos, revolucionarios e incluso honestos .pero ineptos muy malos administradores y gerentes..mejor es dejarlos en el partido organizando asambleas..marchas, u otras actividades cónsonas con su capacidad real y aptitud laboral, o en tareas de difusión ideológica, formación de cuadros y en eso deben ser con seguridad MUY BUENOS, PERO NO COMO GERENTES.
NOTA: Al momento de redactar el presente artículo, encontré otro escrito por el camarada y respetado Escritor y Abogado LUIS BRITO GARCIA cuyo titulo es ¡Arrancó el golpe judicial en Venezuelahttp://www.aporrea.org/ddhh/a171974.html. considero MUY GRAVE LO PLANTEADO y en tal sentido debemos denunciar la gravedad de la situación y reunir consensos nacionales e internacionales para enfrentarla.