Está bien señor presidente, usted le quitó poder a Nelson Merentes (quien a lo mejor renuncia en estos días, o lo colocan en otro cargo importante), porque no lo venía haciendo bien frente al ministerio de Finanzas, pero ese poder se lo dio a Rafael Ramírez, el mismísimo presidente de PDVSA y con otras responsabilidades encima, que no merecen la pena nombrarlas. Es un hombre recargado de trabajo. Que su primera responsabilidad debe ser el de vigilar que la estatal petrolera esté a punto. Produciendo al máximo, según los objetivos que se tengan. Es algo interno. Pero es importante para el país que se esté el ciento por ciento del tiempo montado sobre la actividad petrolera, que es, por ciento, muy amplia, en todo el territorio nacional, y es, además, quien mantiene la economía de este país.
Me preocupa, como chavista y como venezolano, que en el gobierno siempre sean los mismos. Los mueven de un lado para otro. O los envían a una embajada. O inventan un cargo para ubicarlo allí. ¿No existen profesionales competentes, honestos y eficientes en la filas de la revolución? ¿Qué será lo que pasa? Sería bueno conocer la respuesta a esta interrogante. Mi mente, cansada y torpe, algunas veces, no me da para imaginarme ¿qué es lo que pasa en el círculo gobernante?
Ya Rafael Ramírez comenzó a mandar. Ha señalado que para dentro de las próximas horas hará importantes anuncios sobre importantes medidas económicas, tendente a derrotar a la guerra económica declarada por la burguesía. No está malo. No cuestiono eso. Todo lo contrario, lo aplaudo. Mi cuestionamiento está en que hay que darle chance a otros chavistas que son tan revolucionarios, tan capaces, tan honestos y eficientes, como lo es Rafael Ramírez. Eso es todo. Hasta luego.
¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Menos burocratismo!
