Fedecamaras un cartel de “empresarios” y comerciantes que siempre han hecho de las suyas en la economía venezolana. En la IV república se llenaron de créditos blandos, subvenciones, subsidios, y aquí no ha pasado nada. Dejaron pasar el capitalismo y nunca fueron eficientes para desarrollar las fuerzas productivas durante más de 60 años que tiene operando en el país. Lo de ello era; Producir para un pequeño país, y llenar sus bolsillos, sin pensar en el futuro. Vino la globalización y quedaron en pañales.
El aparato productivo que a medias funcionaba en la IV república se vino a pique. Las importaciones que llegaban de países vecinos y no tan vecinos, eran mucho más baratas y de mejor calidad que algunos productos que se elaboraban en el país. Aquí desaparecieron en la vorágine globalizada muchas empresas de envergadura, nacionales y transnacionales. “Dejaron el pelero”, como decimos popularmente.
Nuestro aparato industrial nunca quiso invertir. Los arrollo la globalización entrados los años 80. A duras penas los obreros y obreras colocaban sus productos en líneas de producción envejecidas. Los procesos de manufactura eran manuales. Solo la voluntad y el empirismo de algunos trabajadores lograban producir en semanas, lo que en una empresa moderna de otros países lo hacía en horas.
Quien podía competir así, fuimos arrollados, nos pasó el tren por encima. De quien es la culpa. De la IV, no lo creemos, no fue un problema de dinero, dadivas, subvenciones, regalías o créditos blandos, todo esto se les otorgo oportunamente a Fedecamaras, y que hizo. NADA¡¡. El sistema Parasitario Capitalista Burgués baso su economía con tecnología si se puede llamar así, obsoleta. Recuerdo las trabajadoras, colocando manualmente un producto en una cajita, mientras otras la sellaban con cinta plástica. En Brasil, el mismo producto lo hacían todo automáticamente, y esos productos llegaban a Venezuela a muy bajo precio, con Valor Agregado para Brasil y en detrimento de nuestros trabajadores. Hoy esa fábrica es una de las que fue a parar al cementerio de industrias de la IV república, y que el único culpable fue Fedecamaras.
Ahora bien que paso con toda esa gran cantidad de dinero proveniente de nuestra industria petrolera que fue entregado a los industriales venezolanos para fortalecer y modernizar nuestras fábricas para poder competir con las importaciones. Porque muchos fabricantes se convirtieron de la noche a la mañana en comerciantes “Import&Export”. Todo nos hace pensar que, Fedecamaras tiene una gran deuda pendiente con todos los venezolanos.
Otra de las falacias, es echarle la culpa a la “Sustitución de Importaciones”, metodología aplicada en nuestro hemisferio para buscar el progreso y el desarrollo con crecimiento económico. Por aquí nunca pasaron esas teorías, a no ser, por los libros de Raúl Prebisch y de otros economistas que desarrollaron dicha teoría, que fue un fracaso rotundo y comparte un pedazo de la torta con lo que se llamó la “década perdida” en nuestra región. Pero insistimos, nuestra economía nunca se basó en el desarrollismo de los académicos, aquí, solo se conformó carteles de “industriales” y comerciantes que el estado les otorgo la venia de crear empresas en ciertas áreas productivas, las cuales nunca lograron desarrollarse plenamente. Llevando a nuestra economía, a una economía de subsistencia que aún perdura, y apenas, asoma una crisis, sea inducida, artificial o natural, caemos en un vacío económico, que afecta la calidad de vida de todos.
Los carteles formados por fedecamaras, son monopólicos y oligopólicos, más los segundos. En cualquier país con estas características, los mismos carteles(fedecamaras), se oponen de manera natural, a inversiones extranjeras. He aquí otra mentira de Fedecamaras a través de su presidente Jorge Roig, cuando afirma que ese cartel apuesta a la inversión privada extranjera.
Roig, en un sesudo análisis, dictamina que la merma en productividad del aparato industrial es la causante de la inflación. Nosotros decimos que es una variable más entre otras. Pensamos que los entuertos generados por el Capitalismo Parasitario venezolano, ha dado como consecuencia una economía distorsionada, que no se rige por los principios básicos de la oferta y la demanda. Esta lógica tampoco se dio en la IV república, donde no se utilizó el valor añadido, con el fin de reinvertirlo en crecimiento y desarrollo de la misma industria, sino, que, fue a parar a los bolsillos y patrimonios individuales y familiares de quienes los gobiernos cuarto republícanos cedieron los contratos para formar “empresas” productivas.
Lamentablemente, para el país, la cultura del trabajo productivo no se logró implementar de manera eficiente. Es más, hoy vemos como el sector servicios crece a ritmo exponencial, en detrimento del factor manufacturero, Miles de egresados universitarios van a parar a ese sector, hoy denominado de franquicias y de vitrinas en los centros comerciales. Hoy vivimos en Venezuela una “sociedad de consumo”, no una “sociedad productiva” y, lejos de una “sociedad socialista de mercado” (China). Jorge Roig sabe de esto, pero fedecamaras solo hace el papel de simple espectador, a sabiendas que la Revolución les dará sus dólares preferenciales, a través de financiamiento para sus alicaídas industrias.
Las medidas del Nuevo Orden Económico dictadas por Maduro, representan un nuevo paso para equilibrar nuestra economía real. Tiene aspectos importantes a corto, mediano y largo plazo.
Lo único que vemos, que pueda ser un agente perturbador, es convertir al país, es decir al estado, en comerciante. El “Estado-Comerciante-Vendedor”. Esto podría traer elementos distorsionantes a futuro. Por lo demás apoyamos las medidas de fiscalización, de control cambiario y, de utilización de los recursos del estado-nación para proteger y desarrollar a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Es ahora o Nunca¡¡¡
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