Ante la guerra económica desatada contra nuestro pueblo por una minoría oligárquica, lo ético y patriótico es apoyar las medidas del Gobierno Bolivariano de Nicolás Maduro.
Los niveles de malestar social causados por el acaparamiento y la inflación inducida, como resultados nefastos de una ola especulativa diseñada para desestabilizar al país, habían alcanzado un punto crítico, que amenazaba con hacer estallar la gobernabilidad nacional.
Por eso las acciones emprendidas por el Gobierno con el Presidente Nicolás Maduro al frente, desenmascarando y frenando la conspiración económica fascista, han traído un gran alivio a la colectividad, a la vez que realzaron la confianza en el carácter popular de la Revolución Bolivariana.
Porque si algo se pudiera criticar de estas medidas, es que no se hayan tomado antes.
Los hallazgos de las inspecciones oficiales han sido grotescos. Remarcación depravada de precios, elevándolos hasta el mil por ciento de su verdadero valor comercial.
Ha quedado en evidencia la obscenidad de las ganancias obtenidas por la minoría ladrona de cuello blanco, que azota a toda la sociedad, especialmente a la gente honesta y trabajadora que vio saquear sus ingresos por la avaricia de la cúpula especuladora.
La masiva estafa cambiaria, con complicidad de funcionarios corruptos, traidores de la patria, sustrajo decenas de miles de millones de dólares sudados por nuestra clase trabajadora petrolera; la población espera ansiosa que se revele la identidad de estas plagas y se les encierre entre rejas por el mayor tiempo que permitan las leyes. Sin escarmiento no habrá corrección. La sanción debe ser ejemplarizante.
Son una escoria humana que con tal de enriquecerse son capaces de todo.
Ya es tiempo que el Estado cumpla sus propósitos fundamentales de proteger al Pueblo y defender la Nación, que es lo menos que se espera de las instituciones.
Recordemos que detrás de este nuevo plan golpista, están los mismos intereses imperialistas que no han cesado en su obsesión de tumbar al Gobierno Bolivariano para volver a apropiarse de nuestra riqueza petrolera.
También han quedado al descubierto los vínculos innegables de los pillos especuladores con la clase política de derecha, al punto que legisladores de oposición aparecen directamente involucrados en delitos de acaparamiento y sobreprecios.
No es de extrañar que se hayan opuesto a la Ley Habilitante solicitada por el Presidente Maduro para enfrentar la corrupción y la guerra económica.
Pero la mayoría de este pueblo laborioso y honrado apoya la lucha de Nicolás, porque es la pelea de la Venezuela buena contra los enemigos de la patria.
