Hace tiempo al gobierno de la revolución bolivariana se le escapó de las manos el control de la economía como consecuencia de las prácticas heredadas de los gobiernos neoliberales de la última década del siglo XX:
- Devaluación
- Deuda externa
- Intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI y Banco Mundial (BM).
- Importaciones (80%) que actúan como un TLC no firmado.
- Petróleo: economía rentista (división internacional del trabajo), que inserta cada vez más la economía en el capitalismo.
- Las divisas del petróleo son órdenes de pago de cosas extrañas al país (consumismo). Son su único destino: la maldición de la mina.
- El gran negocio nacional es la importación de mercancías y materias primas, No hay riesgos. Con tantas prebendas ¿Quién va a tener interés en invertir en la economía productiva? ¡Muchos riesgos! Mientras la economía esté regida por la renta petrolera, la producción nacional estará sometida al capricho de las importaciones. Si a un importador se le ocurre importar papas o ajos, los productores nacionales de papas y de ajos van a la quiebra. Es el sino de la producción nacional, con todo y el grandísimo privilegio de la gasolina a dos centavos de dólar/litro ¡Que ganga! ¡Que paradoja! Con tan especial ventaja económica, deberíamos inundar de producción nacional a los países vecinos, pero, ocurre lo contrario, los países vecinos, con la gasolina a precio internacional (1,50 US$/litro), nos inundan con su producción agrícola y manufacturera. Es la maldición del petróleo, “estiércol del diablo”. Lo que se riega con petróleo se seca.
Durante treinta años (1961-1989) las garantías económicas (constitucionales), permanecieron suspendidas para favorecer la política de “sustitución de importaciones”; el desarrollo de la pequeña y mediana industria; así como el desarrollo agropecuario y la agroindustria. Esa protección la ejercía el Estado por el estricto control de los precios tanto de producción nacional como de los productos o mercancías importadadas. El margen de ganancia fluctuaba entre 15 y 30% en las diferentes fases de la estructura de precios:
- Precio al importador.
- Precio al productor
- Precio al distribuidor
- Precio al consumidor final
En 1956 el bolívar era la moneda más fuerte del mundo, llegó a cotizarse por arriba del dólar. Venezuela era primer productor y exportador de petróleo a escala mundial y ocupaba el primer puesto en desarrollo económico de América Latina, gracias a las políticas desarrollistas del gobierno del Nuevo Ideal Nacional (Marcos Pérez Jiménez).
Toda esa bonanza económica comienza a derrumbarse a partir de 1959 con el gobierno de Betancourt que decreta la primera devaluación del bolívar (1961) de 3,40 a 4,30; y contrata créditos con la Banca internacional (deuda externa). Desde que el benemérito Gómez canceló la deuda externa (1930), ningún gobierno había solicitado créditos. Por la devaluación, la economía se estremeció. Creció la pobreza, estalló la crisis social que precipitó la formación de la lucha armada en las ciudades y la formación de los frentes guerrilleros en las zonas campesinas.
Durante los cuarenta años de los gobiernos adeco/católico/copeyanos, la crisis social agitó a las mayorías nacionales en un proceso de agudización que condujo al estallido social del “caficaracazo”, por cuanto los hechos del 27 y 28 de febrero de 1989, estuvieron precedidos por la movilización nacional de los caficultores (1º al 20 de febrero), con la toma del edificio del Ministerio de Agricultura y Cría en Barquisimeto; el edificio sede de Foncafé en San Cristóbal y las oficinas en las zonas cafeteras del país. La lucha de los caficultores durante veinte días (toma de posesión de CAP), fue el clarín que convocó al estallido del “caracazo”. Esa historia está ahí, permanece ignorada.
A nadie le interesa lo que ocurre en las zonas rurales, en proceso de despoblamiento absoluto agudizado durante los últimos catorce años. Según el censo del 2011, el 90% de la población vive en zonas pobladas. Queda un 10% de población rural ¡Nos quedamos sin campesinos! ¿Quién va a garantizar la dieta alimentaria del venezolano? ¿Acaso, la burguesía importadora con los dólares que le entrega el gobierno “socialista”? ¡Agricultura de puertos!
Valga este breve preámbulo para entrar al tema propuesto: “Estructura de precio al consumidor final”.
Durante los cincuenta años de participación en las luchas campesinas y agrarias que narramos en el libro “La Guerrilla de La Azulita”, inédito, aprendimos a conocer la estructura de costos de algunos productos: papas y hortalizas, leche y carne, café.
Durante años (1958-1983), encontramos que, en la estructura de precio al consumidor final, el 60% iba al productor y el 40% a la transformación y distribución del producto (papas, ajos, leche, café, panela). Ejemplo, el precio de la leche al consumidor era, 1 bolívar/litro. De ese valor final, el 60% correspondía al productor, y el 40% a la pasteurización y distribución. Esa relación 60/40 se mantuvo estable hasta la devaluación de febrero de 1983 (viernes negro). A partir de esa fecha y con cada devaluación, la relación se fue invirtiendo a favor del distribuidor y en contra del productor agropecuario. Es una de las causas de la ruina de la agricultura nacional.
El precio de venta al público estaba marcado en las cajas (medicinas, alimentos), todo traía el precio impreso de fábrica. El margen de ganancia establecido para el distribuidor final (P.V.P) era entre el 15 y el 30%. La competencia entre los distribuidores consistía en vender por debajo del precio impreso, para conquistar la clientela. El control del Estado era estricto. .
La restitución de las garantías económicas constitucionales (1989)
- suspensión mantenida durante 30 años - con el paquete Pérez/Rodríguez
“o política de shock neoliberal”, le abrió la puerta a la oferta y la demanda, a la libre competencia propia del liberalismo económico (neoliberalismo). El control de la economía, por el Estado, había favorecido a la pequeña y mediana industria frente a las transnacionales capitalistas y había protegido a las pequeñas organizaciones gremiales de productores del agro (caso de los caficultores). El Estado fijaba el precio de compra al producto (café, arroz, maíz). En el caso de la caficultura, el precio oficial se cumplía a cabalidad, por cuanto, al ser eliminado el intermediario, los caficultores crearon sus propias empresas comercializadoras.
La eliminación del intermediario (primer gobierno de CAP), condujo a la creación de las cooperativas, Paccas y Foncafé; que unido al aumento de precio decretado por el gobierno de Luis Herrera Campins (800 Bs/quintal/100 libras=46 Kg.), significó un cambio extraordinario en las relaciones de producción, que activó el desarrollo de las fuerzas productivas. El precio de 800 Bs/qq correspondía a186 US$/qq, (al cambio de 4.30/US$), muy por encima de la cotización en la Bolsa de Nueva York, que fluctuaba en 145 US$/qq. Esas dos políticas gubernamentales crean un gran incentivo en el sector cafetalero y en quince años, la producción nacional pasó de 600 mil quintales a un millón seiscientos mil quintales. Vale preguntar ¿Qué es mejor? ¿La política de créditos al productor o la política de precios? La política de precios elimina todo lo relacionado con el crédito (solicitud, trámites, enajenación, condiciones, entrega, recuperación, etc.).
Veamos como las devaluaciones sucesivas van deteriorando el precio al productor y se invierte la relación 60/40:
Cuadro 1
Año Precio productor Precio industria %
1980 800,00 1.288,00 62%
1986 1.090,00 1.840,00 59%
En 1980 1 US$ igual a 4,30 Bs
En 1986 1 US$ igual a 14,00 Bs
En 1988 1 US$ igual a 28,00 Bs Fuente: periódico RESCATE
Cuadro 2
Fecha Precio oficial Cambio Precio % Bs/qq Bs/US$ US$/qq
11.10.77 625,00 4,30 145,00 100%
28.03.80 800,00 4.30 186,00 122%
Dic.1985 1.090,00 7,50 145,00 100%
Oct. 1987 1.505,00 14,50 103,00 71%
Fuente: Periódico RESCATE 29.02.1988
La industria y el distribuidor, con cada devaluación, ajustan el precio. Compensación que no es trasladada al productor del agro, el cual vende un producto, cada vez más barato, y compra variedad de mercancías, cada ves más caras. Es así como la relación 60/40 se fue evaporando y desapareció para siempre. Por el problema de los precios, la actividad agropecuaria, siempre está de mal en peor.
La devaluación de la moneda tiene efecto favorable para el productor (papas, hortalizas, verduras, plátano, yuca, carne, leche y otros), productos de demanda rígida. Pero no tiene el mismo efecto favorable para los productos de demanda elástica (café, vestidos, equipos eléctricos).Se puede prescindir del café, pero no se puede prescindir del arroz, caraotas, plátanos, carne o leche, en los cuales es mayor la presión de la demanda. En la cuestión de precios, la intervención del Estado es indispensable para proteger el derecho de las mayorías a obtener los artículos de primera necesidad. La política de precios debe ser de estricto cumplimiento, tanto para incentivar la producción, como para salvaguardar el consumo. Justicia social es recibir lo justo, por lo que se produce; y pagar lo justo, por lo que se compra. Primer elemento que debe figurar en la “Suprema felicidad”.
Si la política de precios mantiene la relación 60/40, se constituye en uno de los grandes incentivos para el sector agropecuario que, entrega un producto, pero adquiere variedad de productos. Fórmula sencilla para repoblar el campo y garantizar la producción nacional de alimentos.
En cincuenta años de luchas gremiales junto a los productores del agro, le dábamos mucha importancia a los costos de producción para exigir aumentos de precio. En 1958 realizamos el primer estudio de costos para la papa y lo publicamos en la sección “Cartas”, (diario El Nacional, Caracas). El Kg de papa se vendía en una locha (12,5 céntimos), la aspiración, 25 céntimos/Kg. Durante los veinte años de lucha gremial junto a los caficultores, a escala nacional, en varias ocasiones elaboramos costos de producción para el caficultor y margen de comercialización para las empresas (cooperativas y Paccas):
Cuadro 3
COSTOS DE PRODUCCIÓN DE CAFÉ
Biscucuy, 30 de septiembre de 1984
Valor de la tierra Bs
Bs 10.000,00 Ha X 12% anual 200,00
Depreciación de la inversión necesaria
Una hectárea de café Bs 20.000,00 en diez años/2.000,00 año 333,33
Labores culturales
- Podas: 5 jornales/Ha X Bs 200,00/Ha 53,33
- Limpias: 2 limpias/año . 10 jornales/Ha. X Bs 64/Ha 215,00
Recolección
- Bs 1,25/Kg x 259Kgs. Para un quintal 322,50
- Insumos (Petacas), sacos, etc.) 6.00
Transporte
De la cereza al Central de Beneficio Bs20/qq 20,00
Central d Beneficio Bs 46/qq 46,00
SUBTOTAL 1 1.196,16
Gastos administrativos
10% del subtotal 1 119,61
Financiamiento
9% del Subtotal 1 107,64
SUBTOTAL 2 1.423,41
Riesgos imprevistos
10% del Subtotal 2 142,34
SUBTOTAL 3 1.565,75
UTILIDAD NETA 15% 234,85
COSTO DE UN QUINTAL DE CAFÉ 1.800,60
TABLA DE CLASIFICACION
Calidad del café Bs/qq/46 Kg
Lavado fino 860,00
Lavado sin escoger 800,00
Natural 700,00
Fuente: Frente Gremialista de caficultores. Periódico RESCATE 15.10.1984
Cuadro 4
GASTOS DE COMERCIALIZACIÓN
Empresas Costos Costos
Fijos variables laneas Bs/
G + 30.000 qq 19,63 6,78 9,17 0,81 36,39
M - 30.000 qq 26,64 4,64 6,62 1,60 39,50
P --10.000 qq 57,95 11,08 7,70 3,73 80,44
Cuadro 5
MARGEN DE COMERCIALIZACION HISTORICO PARCIAL
Grupos G M P
Subíndices Bs qq 27,22 32,88 72,74
Fletes 9,17 6,62 7,70
Interés comercialización 4,90 4,90 4,90
Saco Bs qq 8,05 8,05 8,05
Saco manipuleo 4,02 4,02 4,02
Merma Bs qq 4,73 4,73 4,73
Ajuste salario/prestación 1,40 1,40 1,40
Ajuste fletes 4,40 4,40 4,40 TOTALES 63,89 67,00
Fuente: Periódico RESCATE 15.07.1986
La Comisión de costos estaba formada por: FECCAVEN (Federación de Cooperativas de Caficultores de Venezuela; FEVEPACCAS (Federación de Paccas); FONCAFE (Fondo Nacional del Café); AVC (Asociación Venezolana de Caficultores); y FUDECO (Fundación para el Desarrollo de Centro Occidente). Esa convocatoria se realizaba por iniciativa de los caficultores
Se supone que en la Quinta República los estudios de costos y márgenes de comercialización para la gama de productos nacionales, están actualizados, como corresponde a la planificación socialista.
La gravísima situación actual de escasez y carestía, es consecuencia de las equivocadas políticas económica de los últimos años, dominadas por la chequera ideológica de las divisas del petróleo. Al presidente Maduro le ha correspondido recibir y tratar de administrar la nefasta e ingrata herencia, que nada tiene que ver con el socialismo que se pregona. Nuestra variedad de socialismo es tan improductiva como tratar de reproducirnos con condón: ni contamina ni empreña.
¡Libertad y asilo para Julián Conrado!.