Iniciamos el segundo mes del año 2014, el mes de febrero, un mes que desde hace un poco más de 25 años está asociado a la rebeldía del pueblo venezolano. Reconocemos que el Gobierno de Calle, con que inicio Maduro su gobierno, dio frutos y resultados que causaron sorpresas hasta en las propias filas del chavismo, pero especialmente sirvió para demostrar que el chavismo, con Nicolás al frente, continúa a pesar de la ausencia física de Hugo Chávez.
Después del 8D, con la victoria de los candidatos de chavismo con ventaja de más de 1000.000 de votos a los candidatos de la MUD se entró en una nueva fase del gobierno, ahora relegitimado por la derecha, y Nicolás Maduro dedicó a oficializar la política de diálogo y acuerdos de convivencia con los enemigos políticos que durante 13 años no le dieron tregua ni a Chávez, ni a la revolución, ni al pueblo.
Ya desde diciembre vimos, con bastante escepticismo por cierto, a los representantes de la derecha sentados con el gobierno chavista acordando mecanismos para mantenerse en las mesas de negociación y diálogo, que ahora sí, con Chávez ausente están dispuestos a reconocer al Presidente Maduro al costo de que su gobierno decida aceptar ciertas condiciones para gobernar.
Sin entrar en mayores detalles, sobre las medidas económicas aplicadas recientemente, las que por cierto no dejaron de generar críticas en las filas del propio chavismo, muchas de las cuales no dejan de ser razonables a pesar de que el Presidente y muchos chavistas crean que es inconveniente e inoportuno plantearlas, enero cierra dejándonos grandes incertidumbres acerca del rumbo del gobierno de Maduro y especialmente acerca del rumbo de la Revolución que nos legara Chávez y del horizonte socialista al que debe conducirnos.
El presidente cerró el mes de enero ofreciéndonos retomar la lucha contra la especulación, la usura, el desabastecimiento que la burguesía, el empresario y el comercio burgués capitalista le tienen montado al pueblo y al gobierno en una operación que no se detiene. Mientras el Presidente y su gobierno se mantenían ocupados en promover la paz, la convivencia y la tal pacificación del país, la burguesía, enemiga histórica del pueblo, mantiene la guerra económica en pleno desarrollo y amenaza con tomar ventaja a un pueblo que en lugar de estar preparándose para enfrentarse esta guerra sin cuartel parece que ahora sólo debe hablar de la paz y del reencuentro de todos y todas en el país.
Mientras los capitalistas y sus agentes mantienen su guerra económica que ahora profundizarán para acusar al gobierno de incapaz, en el manejo de las importaciones, al pueblo se le está diciendo que bajemos la guardia que viene tiempos de convivencia y de distensión política, que ya es malo ser radical, que no es necesario ir a las raíces de los problemas, que plantear lo que Chávez planteaba ya pasó de moda y que el gobierno de Maduro tiene control absoluto de todo y que la revolución y el gobierno chavista están plenamente garantizados.
Así, en este contexto, apenas el primer día del mes de febrero la Superintendenta, Andreína Tarazón denuncia que 32 empresas de importación están incurriendo en delitos de boicot a la economía nacional, http://www.aporrea.org/contraloria/n244334.html., como si todo el pueblo no supiera que la burguesía se mantiene empeñada en acabar con el legado de Hugo Chávez, mientras el gobierno de Maduro se distrae empeñado en hablar de la paz en el medio de una cruenta guerra que se propone aplastar al pueblo y sus conquistas de estos últimos 14 años.
Carlos Luna Arvelo