No estoy en contra de la economía mixta, muchos países con más experiencia en el campo socialista que nosotros, como China y Vietnam, han trillado este camino con relativo éxito. Mientras no se vulnere la hegemonía del bloque de poder que le da al Estado Venezolano su carácter de ¨Estado democrático y social de derecho y de justicia..¨ consagrado en el Art. 2 de nuestra carta magna, cualquier estrategia que busque restablecer los equilibrios económicos perdidos en la producción, el abastecimiento y los precios, es lícito. Más, si te respira en la nuca una conspiración nacional e internacional, como la que hemos vivido en lo que va del año. Esta estrategia, según sus mentores, tiene su base legal en el cumplimiento del Título VI de nuestra Constitución Bolivariana (Art. Del 299 al 307).
Sin embargo, pienso que el gobierno está caminando en un vidriero al implementar la ofensiva económica, porqué esta revolución no se hizo para hacer más ricos a los más ricos, como hemos observado en algunos proyectos en ejecución, mientras que el Poder Popular languidece con sus iniciativas y es tratado como el familiar pobre que se esconde, o no se le hace caso.
Al respecto, voy a transcribir el Art. 308 de nuestra constitución: ¨El estado protegerá y promoverá la pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa y cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del País, sustentándolo en la iniciativa popular. Se asegurará la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento oportuno¨. Al parecer, el gobierno no le ha parado mucho a esta disposición constitucional. En la ofensiva económica el Poder Popular, como actor productivo, ha sido un invitado de piedra, sin voz, ni voto y no es acertado, por las experiencias vividas, olvidar al pueblo que es el sostén de esta revolución. A los trabajadores, creadores de la riqueza nacional, hay que darles de verdad su puesto en el proceso productivo, no basta con buenas intenciones.
Mientras más fortalezcamos la economía privada, más nos alejamos del Socialismo. Esto es, como decía San Juan, la sal en su punto, ni mucha ni poca, porqué se corre el riesgo de perder la comida. ¡CHAVEZ VIVE!