Se conoce que Raúl Antonio de la Santísima Trinidad Gorrín Belisario, además de socio principal de la televisora venezolana Globovisión, es accionista de importantes empresas. Desde hace algún tiempo Gorrín maneja más de 18 empresas dentro y fuera del país, con las cuales ha incrementando exorbitantemente su fortuna. De ser un abogado del montón hace pocos años pasó a ser uno de los hombres más pudientes de la nación. El centro de operaciones de Gorrín es complicado ubicarlo, ya que por conocerse dueño de un conjunto de empresas que se encuentran registradas en el extranjero se la pasa del timbo al tambo, tiene sus asesores financieros que manejan el día a día sus negocios siendo uno de ellos ex Tesorero Nacional, con vínculo considerablemente cercano. Muchas gentes del sector financiero califican a algunas empresas manejadas por Gorrín con el término de fantasmas y dicen que su objetivo es penetrar en la transición de los Bonos de la República que emite el Gobierno venezolano, y la obtención de ganancias debido al diferencial cambiario con los dólares baratos que consigue del Gobierno Nacional.
De las 18 empresas conocidas de Gorrín, 13 eran o son presididas por él, las demás son dirigidas por Gustavo Adolfo Perdomo Rosales y otros amigos. Roger Torres tiene un vínculo de amistad con Gorrín desde hace más de 9 años cuando Torres, ex secretario general del partido Copei, es acusado por la sustracción de tres bonos del Banco Central de Venezuela por un total de 9 millones de dólares. Con A.M., quien fuera vicepresidente ejecutivo del Banco Canarias, se vincula cuando Raúl Gorrín era abogado del presidente de esa misma institución financiera, este banquero se vio envuelto en el caso de Microstar por contrabando y defraudación tributaria, delitos también relacionados con el banquero Eligio Cedeño; a quien el presidente Maduro ha acusado de estar en una guerra económica contra el país. Con Juan Domingo Cordero Marcano se relaciona Gorrín por pertenecer a la directiva de Seguros La Vitalicia, también enlazados mediante la Inversora Conivenca que opera desde Estados Unidos y ser socios del medio televisivo en Venezuela, Globovisión, por donde durante más de una década se llevó a cabo una furiosa campaña de odio entre venezolanos, ahorita se comporta como un corderito, seguramente hasta que en próximo días se le renueve la concesión para seguir en el aire.
Al manejar un grupo considerable de empresas, Gorrín, vox populi, se sirvió de ellas para obtener dólares de CADIVI y beneficiarse con el diferencial cambiario para el momento, adquiriendo substanciosas ganancias en complicidad con la Tesorería Nacional, un banco en el exterior, la banca privada interna y, por supuesto, altas personalidades muy influyentes. Raúl Antonio de la Santísima Trinidad Gorrín Belisario, titular de la cédula de identidad V- 8.682.996, antes de adquirir Seguros La Vitalicia no era funcionario de ninguna dependencia pública, sino que ejercía la libre práctica del Derecho. Es sencillo para las autoridades venezolanas ir a las declaraciones juradas de una persona para darse cuenta de cuanto dinero estaría manejando esa persona en un periodo de tiempo y con ellas en las manos sacar las conclusiones. En el caso Gorrín, la declaración jurada revela el crecimiento escandaloso que tuvo el jurista en los últimos años. Para el 2007, Raúl Gorrín ya había desarrollado fama en el ámbito judicial debido a los casos que defendía. Algunos de sus colegas abogados aseguran que lo que catapultó a Gorrín fue haber asistido como defensor del empresario del mismo apellido, Álvaro Gorrín, presidente del quebrado Banco Canarias, y su vinculación con el caso de contrabando y defraudación de Microstar. Por los vientos que soplan pudiera suceder que a Globovisión la conviertan en una empresa para lavar dinero, por lo que es mejor investigar antes de validar algo que le puede salir otra vez muy caro al país.
