Voy a comenzar la disertación con un pensamiento de Albert Einstein “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” aludiendo a lo que esta sucediendo en nuestra patria. He observado como en las redes sociales los compatriotas le han caído encima a Giordani y a Vanessa Deivies, después de ejercer su derecho soberano a la libertad de expresión, en la revolución que por muchos años les toco defender. Anteriormente observe como enfilaron toda la artillería en contra de Mario Silva, quien hasta ahora ha soportado valientemente las críticas y las dudas que ha generado la no reposición del programa de TV, La hojilla en VTV. Particularmente y a modo personal he defendido a Mario Silva desde mi trinchera. Aun Cuando, Mario ha indicado que el esta bien en su trinchera radial. No fue fácil para mí, perder la presencia de mi amado presidente Chávez, y para colmo dejar de ver la hojilla en VTV. Compartí varios comentarios con Mario cuando tenía el programa al filo de la madruga en Makuñaima 104.9, programa interactivo de música romántica. De cierta manera eso me ayudo a superar ese guayabo que aun no cesa, pero que cada día se hace menos doloroso.
En estos 14 meses he tenido infinidad de contradicciones, pero nunca jamás, dejar la revolución, y no cumplir con las ordenes del 8 de diciembre de 2012, de nuestro comandante de seguir con la revolución Bolivariana y ahora Chavista, después de su partida. En mi criterio la unidad debe ser cumplir con estas órdenes, independiente de mis contradicciones. En esos dos años de la enfermedad de Chávez, sufrí reveses terribles, ataques dentro de la escuela donde me desempeñaba como Subdirectora encargada, de parte de quienes decían compartir el proceso revolucionario, y de los que dentro de la escuela eran contrarios al proceso. Hasta que me suspendieron las funciones, trate de luchar desde las estructuras administrativas denunciando mi caso. Pero al liberarme de esas funciones procedí a denunciar públicamente en las redes sociales, en escritos de mi autoría publicados en Aporrea. Fui juzgada y condenada de contrarrevolucionaria por los representantes de la Zona Educativa Distrito Capital mucho antes que escribiera públicamente mis diferencias, pienso que por opinar en reuniones y dar mi punto de vista para aquellos cuadrados que no aceptan opinión de nadie y que solo llegan a dar ordenes y muchos de ellos en cargo por ser adulantes, mas que ser revolucionarios, sin experiencia en los procesos educativos, violando la carrera docente. “Hoy soy libre, mas Chavista que nunca, el Chavismo no se mide por grado de silencio que se haga, sino por el compromiso y trabajo que se realice dentro del proceso, la lealtad es a la patria, al comandante, a Maduro quien representa en estos momentos al proceso, no parcelas, ni a individualidades”. Podemos tener todas las diferencias, pero el objetivo final es votar por la revolución.
Durante toda la vida, desde que asumí las facultades de razonar he defendido mi libertad y la de otros a expresarse libremente, aun cuando, no comparta sus apreciaciones. He observado como se alimentan prejuicios a las nuevas generaciones de autosilenciarse, en amenaza de que va a peligrar el proceso revolucionario, sí disentimos públicamente de las políticas de la revolución. Pienso, que eso es una trampa en la que cayeron los ultraizquierdistas para silenciar a los pueblos, esta premisa hizo que los gobernantes del comunismo se colocaran a espaldas de sus pueblos y perdieran la capacidad de oír la crítica. Este modelo es defendido por aquellos que dicen ser cuadros formados, y mejores que muchos mortales que decidimos no copiar ese tipo de prejuicios, como un principio revolucionario. Los ultraizquierdistas y los ultraderechistas, tienen en el fondo premisas parecidas. En la izquierda la categoría de un ciudadano formado políticamente es cuadro, como si en verdad pudieran encuadrar al ser humano en líneas indivisibles e infisurables. Pareciera que no aprendieron de la historia de la humanidad. Pienso que el ser humano siempre hace resistencia a lo que le cercena sus libertades. Si no fuera así, la humanidad no tendría posibilidades de revolucionarse. Imaginemos la resistencia ejercida por los aborígenes de este continente, que desde que pisaron los españoles el continente, han pretendido encuadrarlos en sus religiones, y en sus costumbres superfluas. Con toda su fuerza se resistieron y aun resisten a esos modelos. Los ultraderechistas pretendieron formar un individuo, individualista, preocupado solo por sus intereses, desactivados de los grupos sociales y de sus comunidades. Incapaz de pensar como un ser social. Cuando se entra en el clan de la ultraderecha, es como vender el alma al diablo. Te conviertes en un mercenario de empresas que no se preocupan por la humanidad. Te alimentan la vanidad y te esclavizan a sus intereses, adueñándose de tu voluntad. Pero tampoco han podido encuadrar a millones en sus premisas. Ejemplo de ello son: Julián Assange de WikiLeaks, Edward Snowden de la CIA, estos hombres pese a su formación han roto el esquema capitalista y se han puesto al lado de la humanidad. En épocas anteriores hay muchos, un Simón Bolívar, hombre de clase oligarca formado para dominar, este ser rompió todos los prejuicios de su época y logro grandes conquistas para este continente.
El caso Vanessa Davies, ¡que fuertes han sido con esta mujer! periodista, que desde mi percepción con sus opiniones libres y bajo su responsabilidad se solidarizó con alguien que no comparte sus ideales políticos, pero que a su parecer fue maltratado por el medio de comunicación donde trabajaba. Y además recibir la opinión en público de nada más y nada menos que el presidente de la republica Nicolás Maduro, la majestad de más altura de Venezuela. No me imagino como la esta pasando. Bueno Vanessa es fuerte, tiene mucha experiencia fue maltratada y perseguida por la cuarta republica. Estoy segura que superará esta arremetida irracional de muchos de los compatriotas formados con prejuicios de viejos esquemas políticos, y que a mi entender deben superarse. Espero que nada le quite su libertad de pensamiento, y que siga con nosotros en la unidad de mantener el proceso revolucionario que dejo el líder, el comandante Chávez. Estoy segura que muchos de los que leerán esta reflexión, tendrán sus propias opiniones, respetables todas. Pero lo que no se puede es dividirnos y dejar perder la patria. En estos días veía una foto de Vanessa con Cesar Miguel Rondón y Luis Chataing que rodaron por Twitter, de forma grosera, confieso que me entro rabia, porque esos dos se burlaron de mi presidente Chávez en su lecho de muerte, pero, busque la fuente del porque las fotos, y me calme volví a mi estado racional, y dije es una periodista que se debe a su profesión. También vi como Nicolás Maduro le dio la mano a Henrique Capriles y también me dio mucha molestia, porque este ciudadano es culpable de grandes males a la patria. Pero me dije, Maduro es el presidente y debe dar ejemplo de conciliación y de racionalidad.
Jorge Giordaní, hombre valiente revolucionario desde muchos años, con quien compartí, leyendo sus libros en mi proceso formativo en la Universidad Central de Venezuela. Este hombre le ha dedicado muchos años a la patria. Pienso que merece todo nuestro respeto a sus opiniones, aun cuando no las compartamos por el momento político que atraviesa el proceso revolucionario. Pero no todo lo que parece malo, necesariamente lo es, es importante leerse el contenido de la carta de Giordani: http://www.aporrea.org/
Maduro, ha brindado gran parte de su existencia para dar a la patria. Y en defensa de mi presidente Maduro, mi opinión es que tome las medidas que necesite tomar, sin miedo. Que no se amarre a prejuicios, ni a tribus que por naturaleza se han creado en nuestras filas. Que asuma su papel como el líder del proceso, por algo Chávez confió en el.
Mi ruego es que no se aparte del gigante Chávez, de nuestro padre Chávez. Que ante cualquier adversidad recuerde que Chávez convertía las derrotas en triunfos. Que no se amilane ante la crítica de propios y mucho menos de los de la derecha. Que se aleje de adulancia que prefiera a quienes lo confrontan.
Que, quisiera desde mi corazón, que dejemos de culparnos entre nosotros, y de caer en la trampa de la derecha, que cada vez que uno de nuestras filas dice o hace algo, que parece malo bajo los prejuicios comunistoides. Empezamos a darnos con todo. Y simplemente pensemos que es una crítica, una opinión respetable de otro, que hay que leerla y reflexionarla, no dejar que se convierta en una bomba para nosotros mismos.
Una de las cosas a mi criterio estúpidas, que esgrimen los detractores del proceso revolucionario del artículo de Giordani, es “porque no lo dijo antes”, pareciera que Chávez murió hace un siglo, apenas 14 meses, esto lo repiten, y lo repiten. En mi humilde opinión, trampa casa bobos. Nadie que este trabajando en una organización sale a vociferar sus diferencias estando dentro de la organización. Solo se liberan cuando están fuera, como es el status actual de Giordani. El mismo lo declara en la última frase, valiéndose del escritor, José Saramago, “mientras más viejo más libre, y mientras más libre más radical”, Así, como me siento yo, cuando escribo mi opinión libre y sincera. No hay placer más grande que poder opinar sin una espada de Damocles en nuestras cabezas. Sin prejuicios ni culpas. El tiempo hablará solito.
Esperemos que las generaciones futuras y la juventud no copien estos prejuicios, que el proceso camine siempre a garantizar las plenas libertades, como se ha desarrollado durante 14 años de gobierno en vida del presidente Chávez. No concibo, el silencio en ningún proceso, el silencio trae malos manejos, corrupción, sometimiento de voluntades. Los silencios traen persecuciones, vigilancia ante creencias dogmaticas. Los silencios traen consecuencias como; el solapamiento de aquellos que no cumplen las funciones cabales en la revolución. Esas premisas no pueden ser buenas, las revoluciones deben estar siempre renovando sus conceptos. Una sociedad revolucionaria camina hacia las opiniones conscientes. Es decir opiniones que solo serían fruto de la investigación del conocimiento cierto, no fruto de intereses bastardos.
Recuerdo muchas opiniones que políticos dieron en momentos críticos de la revolución: Aristóbulo opinó que Chávez se había fumado una lúmpia, hoy gobernador afecto el proceso. Arias Cárdenas, opinó que Chávez era cobarde que había arrugado el 4 de febrero del 92, hoy gobernador. Por eso Chávez, no ordenó que les cortaran la cabeza, hoy son lideres de gobernaciones. Entonces, por qué tanto juicio para quienes dieron su tiempo y aporte durante años a la revolución.
Estoy segura que nuestro pueblo, que es resistente por naturaleza a modelos impuestos, sabrá interpretar el momento político. Y sabrá escoger por el voto aquello que le ha dado felicidad y derechos, luchados por tanta generaciones. Si no fuera así, entonces Bolívar, Chávez y muchos de los que han perdido la vida antes y en este proceso, habrán arado en el mar.
Reconocimiento al esfuerzo que todos están haciendo, a los jóvenes ministros, que los vi crecer al lado del comandante, adelante quien dijo miedo. Que se les admira, que no es fácil hacer gobierno, que es fácil atacar cuando no compartimos opiniones. No me imagino estar en los trajes de ninguno de ellos. Cada vez que la derecha celebra la muerte de alguno de nuestras filas se me desgarra el corazón. Que a diario sufro la ausencia de mi comandante Chávez.
Viva Chávez, Viva la libertad de expresión, vivan todos aquellos que han ofrendados sus vidas en este proceso, tanto aquellos que en mi criterio no entendieron lo bello que es esta revolución, y los nuestros que por amor a la patria perdieron sus vidas.
jilarijeni264@hotmail.com