1.El “sacudón” premia al sector castrense
Lo juro, por mi madre que está en el cielo, por el Dios Celestial, que no tengo nada contra los militares, pues pertenezco a ese cuerpo. Y me siento orgulloso de seguirlo siendo militar. Hasta ahí… Hace tiempo. Cuando Giordani publicó su carta. Hubo un reacomodo en el equipo económico. Surgió la figura dominante de Rafael Ramírez. Pero, a la par, iniciaba su ascenso el general Rodolfo Marco Torres. Dije, en aquel momento que ese hombre podría ser quien desplazaría a Ramírez, por razones obvias. Venía de ser presidente de un “banquito” nacido en revolución, y subía, subía, subía… como la espuma. Y allí lo tenemos. Es el hombre duro de la economía. ¿Es o no es?
2. Nuestra comida depende de la eficacia militar
Pues, sí. Un grupo de coroneles se apoderó de la dirección de los organismos de alimentación que ha creado la revolución. Estamos hablando que Mercal, Pdval y Abastos Bicentenarios quedaron bajo la dirección de militares. Así como las casas de alimentación. Esto quiere decir que estos personajes de verdes van a manejar una “boloña” de real. ¿Se harán más eficientes estos organismos? Tengo mis dudas. Pero vamos a darles un voto de confianza a los militares que asumen el reto de la honestidad, la eficacia y el buen servicio. Estos centros de alimentación requieren mejorarlos, desde el punto de vista, técnico. Es decir, hacerlos más dinámicos y prácticos, y acabar con esas gigantescas y lamentables colas, donde se observa de todo, menos orden.
3. Andrés Eloy, lo esperamos en Guayan
Ojalá no sea muy tarde cuando usted, Superintendente de Precios Justos, se aparezca por estos lares. Aquí se va a dar un banquete poniendo multas. En especial en Puerto Ordaz. Mire, el abuso de panaderías y supermercados es de espanto y brinco. Esta gente piensa que vive en un país sin ley, donde son ellos los que fijan los precios que les de la gana. Por esa avaricia insaciable, es que les pasa lo que les pasa. Aquí hay panaderías y supermercados que están haciendo su agosto con las personas que van a esos establecimientos. No se conforman con una ganancia decente. No. Ellos van con todo, contra los bolsillos de las personas, que como corderitos, pisan de la puerta para adentro de esos lugares. Son verdaderos atracos que se le hace al pueblo guayanés. No hay derecho. ¡Avaros insaciables! Chao. ¡Volveré!
Puerto Ordaz, 11 de septiembre de 2014