De entrada buena parte de los lectores creerá que en el presente escrito se hace referencia a los rateros comunes, a esos que, por ejemplo, roban celulares, zapatos, dinero, relojes y cadenas en las calles de Venezuela. Y sí se hace mención aquí de ladrones o hampones, pero de los capitalistas, mil veces peores que los asaltantes comunes, por saquear día a día el bolsillo del pueblo, en especial de la clase baja, a la que sustraen todo su salario y la obligan a endeudarse de forma permanente. En este periodo navideño, por ejemplo, numerosos comerciantes han aumentado, como les ha venido en gana, el precio de distintos rubros, haciendo su agosto en pleno diciembre; al comenzar el 2015 numerosos venezolanos estarán sin un bolívar en sus manos, gracias a que los rateros de élite andan desatados.
Lo peor de esta situación es que el propio Gobierno “revolucionario” dio luz verde a la especulación desbocada hoy en Venezuela, con la liberación exagerada de precios, la entrega permanente de divisas a los grandes importadores privados, la impunidad frente a delitos económicos, y otras medidas y desaguisados proburgueses. En el caso de la impunidad, recuérdese lo sucedido con el empresario Miguel Cocchiola, acusado de ladrón por funcionarios oficialistas. Este individuo no sólo no fue llevado ante la justicia, sino que goza tranquilamente de su cargo como alcalde del municipio Valencia y continúa enriqueciéndose.
Se puede afirmar, entonces, que ladrones nacionales y foráneos de primera categoría han sido premiados de una u otra manera por el Gobierno; de hecho, algunos empresarios han admitido a la opinión pública que en Venezuela hay garantías plenas para la inversión y las ganancias del sector privado. Más aún, la fulana Ley de Precios Justos, que debería ser una herramienta para defender a los consumidores y usuarios de los abusos de los capitalistas, no ha hecho sino favorecer a los comerciantes, quienes siguen estafando al máximo posible a los ciudadanos (precios justos para los burgueses). Carestía de la vida y aumento de la pobreza, es lo que se percibe en el contexto de la relativa crisis actual de la economía venezolana, de la que “sorprendentemente” han salido fortalecidos unos cuantos capitalistas locales y extranjeros (incluidos estadounidenses). ¿Qué pasará cuando sea elevado el costo de la gasolina?
Ante el difícil panorama socioeconómico nacional, producto en buena medida del robo atroz de los capitalistas a los venezolanos, no se ha hecho esperar la reacción de buena parte del pueblo, e incluso se han reportado intentos de saqueos en Caracas y otras zonas del país. Saqueos que de llegar a concretarse y generalizarse, tendrán como importantes responsables a las autoridades, entre otras cosas por no castigar severamente a quienes especulan y alteran con fraudulencia los costos. En plena crisis asociada a factores como la baja del precio del petróleo y el progresivo endeudamiento externo, los pobres han pagado con creces los platos rotos, evidenciándose una vez más, que la instauración del socialismo no ha pasado de ser pura retórica para la dirigencia “revolucionaria”.
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