Los hechos ocurridos que pueden comprobarse en imágenes (http://reporteconfidencial.
Ver en conducta lastimosa y violenta cuando grupos de ciudadanos se abalanzan para alcanzar un producto de primera necesidad, es decir, un pollo, con el cual evidentemente poder satisfacer el hambre, entonces no exagero al afirmar que estamos ante la hambruna del siglo XXI en un país petrolero, que hoy agoniza cual historia del Rey Midas. Nadamos sobre un mar de petróleo con una población, que por más que unos ministrillos (con el respeto a Meléndez y Osorio) pidan calma a ese mismo pueblo que radicaliza una conducta de salvajismo por quedarse con la mejor presa, es la consecuencia de una política económica fracasada y un gobierno que perdió la brújula social, así como la conducción del Estado y el país.
Afirmaciones de la ministra Meléndez, en que la gente hace colas desde la madrugada “porque quiere” o achacar la culpa de la aglomeración humana, culpando a los medios de comunicación de "crear una zozobra, básicamente de redes sociales, que no se corresponde con la realidad" (http://www.elsiglo.com.ve/
Lo irónico de todo esto, es que cuando la ministra Meléndez asegura que los medios de comunicación son los culpables, fue precisamente el portal de Asamblea Popular Revolucionaria (Aporrea) quien primero alertó que los anaqueles de Abastos Bicentenario en Plaza Venezuela se encontraban vacíos a partir de videos, imágenes y declaraciones suministradas por el ciudadano de a pie; verbigracia, por el pueblo (http://aporrea.org/
En relación con las declaraciones de Carlos Osorio al convocar de manera urgente a la directiva de la Asociación Nacional de Supermercados y Afines (Ansa) para intentar apaciguar los ánimos de la población, luego que arrasaron con sus pollos de forma irreverente, viene a descubrir que la “escasez es normal” en esta época del año (www.aporrea.org/actualidad/
Los pollos de Meléndez y Osorio quedaron sin pescuezo, sin alas, muslos, pechuga, huesos, y hasta sin hígado ni corazón. Habrá que esperar hasta dónde podemos comer mientras la “escasez sea normal”. Esperemos que esa misma escasez no se convierta en “excesivamente normal”.