Antulio es mi vecino escuálido, pasa todo el día revisando la página de DolarToday, analizando los movimientos del dólar negro como un cardiólogo revisa un electrocardiograma, solo que este dura varias horas. Cada vez que Antulio ve un pico del dólar, se lo comunica a todo el que puede, se compró un Smartphone para estar pendiente constantemente, asoma con mucho cuidado su Smartphone mientras hace las respectivas colas, en la mañana temprano mientras está en la cola para comprar leche en el mercal de la esquina, lo veo como disimuladamente entre sus manos revisa la página, mientras mira para todos lados no vaya a ser que le roben su teléfono nuevo. En la cola de la tarde para comprar aceite en el Bicentenario del Barrio, también me lo encuentro y tiene la misma maña de estar revisando cada 5 minutos el teléfono siempre con mucho recelo. En la cola de la noche que por lo general la hacemos para comprar azúcar o harina, lo noto un poco más relajado, ya el movimiento del día ha terminado, mañana habrá una nueva faena.
Antulio se la pasa hablando sobre el dólar negro, esta paranoico dice que impacta en la inflación, siempre habla de los precios que si del aceite de oliva, que si de los tomates enlatados, que el vino más barato esta incomprable, dice que ya no puede comprar queso amarillo, mucho menos parmesano. Se queja del precio de la mostaza, las aceitunas, el jamón de pavo y de todos esos productos exóticos e imperialistas que consumen los oligarcas. Me pregunta que como hago yo con mi jubilación del ministerio, para rendir mi salario, yo siempre le digo que tiene que dejar que comer imperialisticamente, yo con mi arepa de mortadela estoy bien alimentado y además la alterno con perico, cuando puedo, porque los huevos y las verduras están carísimas, que a mi dólar today, con su dólar negro, no me afecta, yo no compro dólares, ni compro nada que esté importado por dólares, por eso mi arepa con mortadela un jugo de papelón y listo quedo bien alimentado hasta la próxima comida que perfectamente puede ser una cachapa también con mortadela porque la carne, el pollo y los quesos están inalcanzables.
Siempre le explico a Antulio que nuestro problema es el capitalismo salvaje, en el país no hay escases, como bien lo dijo Joao Pedro Stédile -miembro de la Dirección Nacional del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil- en cadena durante la inauguración de otro bicentenario repleto de productos “aquí en Venezuela no hay escases” claro Joao estaba en un Bicentenario abarrotado de insumos para la cadena, pero igualito tiene razón.
Antulio sabe que yo últimamente me he visto afectado por no conseguir los pañales para adultos que usa mi papá y siempre me lo saca en cara, en cierta forma creo que tiene razón, así que he optado por usar la manguera, estoy decidido a no dejarme patotear por la guerra económica, así que ahora le pego un manguerazo a mi viejo padre para lavarlo cada vez que lo nesecita, igual con su cuarto, manguera y más manguera, mientras lo rocío pienso que tenemos patria y que la dignidad no se negocia. Luego les seguiré contando de Antulio mi vecino escuálido ahora me tengo que ir a la cola del abasto porque según me dicen llego el café.
Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza
Simón Bolívar.
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