Los bachaqueros son seres atípicos, algo especiales y es que desde hace tiempo largo nos han caído como plaga. Le caen como moscas a la miel.
Tratemos de analizar al estilo “latero de la calle”, quienes son estos bachaqueros, que hacen largas colas interminables de día y de noche en las puertas de cualquier abasto sea de chinos de portugueses o de cualquier otra nacionalidad, en PEDEVAL, en MERCAL.
Los más son de nacionalidad colombiana. Tenemos a cerca de 5 millones 600.000 colombianos, y 90 mil peruanos que viven ilegalmente en Venezuela, ecuatorianos residentes 10.000 que votan desde Venezuela en la embajada ecuatoriana, el resto no residentes son ilegales.
El bachaquero es por regla general, un individuo de ascendencia muy humilde, sin ninguna cultura y que hace de este nuevo “oficio” su modus vivendi, y operandi, por supuesto no tienen conciencia ni sentimientos humanos de ningún a clase.
En cuanto a que los demás pueden necesitar, tengan o no dinero, a ellos “les importa un pito”.
Lo que el bachaquero tan ávidamente acapara en su casa, o en su “caleta,” es para luego revenderlo a 500 o mil veces su costo. Ya que todos estos alimentos y mercancías que el bachaco acapara –el y toda su familia- van a parar a Colombia, Curazao o Ecuador y Perú, otros los vende o cambia y negocia desde su propia casa.
Sin duda que para estas personas sin ningún tipo de conciencia, instrucción o ideales, resulta un negocio, y una pequeña y libre empresa capitalista, el comprar mercancías subsidiadas por el Gobierno Bolivariano para el pueblo venezolano, a una cuarta parte de su costo real, para luego revenderla ganando entre 500% al 1000%. Esto depende, de si la revende en Venezuela o la encamina por las trochas y caminos verdes del contrabando donde la ganancia y las mafias se multiplican exponencialmente
Por regla general esta cantidad de emigrantes de los países fronterizos con Venezuela, -Fuera de los emigrantes de origen político- . Me refiero a los colombianos y otras muy contadas excepciones, pertenece a los estratos sociales más bajos y desamparados de sus países de origen, los más emigran por hambre. -Si señor por hambre-
Y por las historias de que en Venezuela se encuentra el oro petrolero corriendo a ríos por las calles, y que como en efecto a pasado los apartamentos de la MISIÓN VIVIENDA, han parado muchos, pero muchos, en manos de ciudadanos que -NO SON VENEZOLANOS-
Hoy me encontré e una cola infernal de personas, todas humildes señoras con niños pequeños en brazos, otras en estado avanzado y muchos ancianos. Me dirijo a comprar un dulce de lechosa en almíbar –marca Lesmi- de 320 gramos hecho en El Jarillo (estado Miranda), un chocolate Savoy pequeño de 30 gramos y un paquete de galletas María Puig hecho en nuestro país. En un abastos en el km X de El Junquito.
Chucherías de viejo, digo yo.
Saben ustedes, cuando me dicen el precio, me quedé patitieso. Por el dulce de lechosa Bs. 219,64, por el chocolate Bs. 35,71 y por las galletas María de Puig Bs. 118,13.- Ha guara con el IVA me salió estas tres cosas por Bs. 418,13. –
-Dios nos agarre confesados-
Precios justos me dan risa, y digo para mis adentros
–pal carajo- los precios son injustos. –Por ahora-
Me pasa algo curioso conversando con las señoras de la cola,
- A riesgo propio- - -No me atrevía a tomar fotos la pezuña-
Y,…-Pulsando el pulso del momento-
Varias, las más colombianas y ecuatorianas, una de ellas, residente y enemiga del gobierno,
-Casi todas y todos lo son, en las colas dichosas-
–Por lo que yo pude apreciar-
La señora Susana, me dijo un sartal de groserías, según ella por ser un chavista y defender al gobierno.
–“Claro que iré a votar el 6 de Diciembre”, me dice, -a una pregunta-, aunque me tenga que calar otra cola.
“Este gobierno "XXX" nos tiene haciendo cola y cola a cada rato”
-Señora esto lo acabaría facilito un Uribe, un Franco o un Pinochet, vendrían unos milicos, paracos o falangistas y le echarían plomo a toda la cola y a la fosa común, --total son pobres de mierda-
-La señora calla
-Le pregunto
Señora y usted es venezolana,
-No, yo soy colombiana me dijo.
Entro al abasto a comprar mi frugal capricho y me encuentro a un Guardia Nacional Bolivariano, con metralleta en mano, me dirijo a él y le digo.
Señor oficial, afuera no hay guardia
- La cola no está bien ordenada, digo yo-
-Deberían hacer dos colas, una de venezolanos, y otra de colombianos-
-Me responde el Guardia Nacional Bolivariano.
-Nos ganan, los colombianos, son muchos en las colas-
-Eso si es verdad digo yo, lo acabo de comprobar.
Los primeros en las colas deberían ser los venezolanos, y los primeros en entrar con cédula en mano, para que no se coleen los bachaqueros de profesión.
-y antes que griten….
-Ya se acabó lo que se vendía.
Nosotros estamos en la PATRIA de Bolívar, y queremos sentir que TENEMOS PATRIA, aunque por ahora, hagamos colas.