Denis ¿Estáis muy descontento? Yo también ¿Pero no exageráis?

El tipo, le produce a uno la sensación que entró en pánico o simplemente da el juego por perdido; cree por lo que le dicen sus radares, los cuales podrían estar averiados y hasta intervenidos por una fuente de poder descomunal y muy mañosa, que el barco se está hundiendo. Tiene la certeza, eso cree uno porque no hay motivos para pensar otra cosa, que el capitán y los otros oficiales en el puente de mando están errados o actúan con premeditación y hasta alevosía. Por lo que dice, extraño en alguien de ese nivel y quien estuvo antes en aquel puente, que en el barco hay contrabando y contrabandistas. Pero hay cosas peores todavía en la conducta de ese marinero que desertó del barco, se lanzó por la borda, pues ya ni cree en la marinería que conforman todos quienes abrazaron con fe y esperanza el destino y rumbo que marcó aquel capitán de altura, arañero de Sabaneta, quien siendo llanero, mostró ser un excelente navegante, amansador de huracanes, olas inmensas y competente para encontrar la ruta en medio de la oscuridad y hasta la demasiada claridad que encandila de rayos y centellas. Quien navegando en alta mar, siendo oficial de marinería y creyendo a quienes están en el puente de mando incompetentes o confundidos, tampoco le inspiran confianza los marineros, está más perdido que quienes él cree lo están. ¿Cómo mover el barco, mantenerlo en rumbo y ritmo adecuados, cómo afrontar los huracanes y hasta cómo hacer para imponer el orden y buena voluntad si no se cree en la gente toda y, en el caso del barco, en los marineros?¿Cómo huir y despotricar desde fuera dejando a todos, culpables o no, correr el riesgo de naufragar si tiene la varita de virtud o la brújula inmantada?   Simplemente quien así cree y procede es muy malo como navegante. Nada sabe de norte magnético, acimut y los puntos cardinales.

            El oficial discrepante, crítico, observador de las desviaciones, premeditadas o no, sólo en su soledad, está incapacitado para enderezar el rumbo si eso fuese necesario. ¿Por qué entonces hacer y decir cosas que le alejan de la gente; sobre todo poniendo en su boca toda la bajeza que, quienes han sido sus enemigos, usan y hasta han usado contra lo que ha creído y contra él mismo en el pasado?

            Uno, inconforme, creyendo que las cosas no marchan como se debe y de conformidad al plan de navegación, no porque éste debe ser inmodificable, siendo el mar en veces inescrutable y las cartas de navegación elaboradas para que se les modifiquen, por las mutaciones naturales del espacio y accidentes no previstos, porque las hicieron los hombres, sino porque se les pudiera mal interpretar, calcular inadecuadamente ritmo de la marcha y los cambios de rumbo, no encuentra motivos para hacerse eco de las maledicencias de los filibusteros y piratas que merodean los espacios donde aquel buque navega.

            ¿Habiendo razones de fondo, si es que uno las encuentra, las pesa, atrapa y descifra, somete al estudio de los instrumentos del marinero experto y probado, por qué las abandona, tira al rincón, a la bodega sucia y opta por hacerse eco de lo que difunde el enemigo y abandonar al barco y la gente toda que en este navega?

            ¿Cómo valorar a un alto oficial quien se dio de baja, hasta abandonó el barco porque cree y asegura que no sólo en este se perdió el rumbo, sino que en cada puerto arruma polizones dedicados al contrabando en connivencia con el alto mando, y se hace portavoz de la basura informativa que difunden medios y hasta el Morse al servicio del alto mando del filibusterismo de los siete mares?

            En Haití, según la prensa internacional, agarraron a dos tipos con un cargamento de droga, no dentro del buque donde viajan los chavistas, sino en un avión. Se dice que les prendió la DEA, esa misma organización que toda la marinería de este barco sabe que nada puede creérsele ni que, como dicen en mi pueblo, “nos rece el credo siete veces en cruz y al revés”; también que los tipos son familiares del capitán y su esposa; pero el portavoz de Washington, anoche admitió las detenciones pero no identificó a nadie; no obstante, el oficial descontento y desertor, por lo menos del barco, pese su alto nivel académico, experiencia, con conocimiento de cómo allá cuecen habas, de inmediato dio aquello por verdad. Lo que le pone a uno en guardia y en actitud de pensar mal. Porque pareciera haber indisposición.

           Pero vayamos al caso extremo, que los personajes de quienes se dice fueron detenidos delinquiendo en Haití son familiares de la pareja presidencial, ¿es eso motivo suficiente para echar sombras sobre esta, hacerla cómplice de aquellos? ¿Lo es hasta para enlodar a toda la dirigencia y la marinería misma que en ellos halla motivos para seguir combatiendo? ¿Razón para contribuir a desacreditar a todo el movimiento bolivariano? Me parece eso más infame todavía que esa actitud la asuma un marinero, por demás oficial, que por estar descontento o bravo y hasta arrecho por el rumbo y ritmo impuesto por los navegantes que comandan.

             No creo ese un proceder noble para combatir camaradas a quienes se considera equivocados. Se asume el mismo discurso de toda la filibustería, piratería que infesta el “Mare Nostrum”, contra quienes de alguna manera contribuyen y hasta comandan la lucha contra esos personajes e instituciones rapaces; pareciera, sin que eso sea necesariamente así y menos lo que el inconforme quiere, ponerse al lado de quienes aspiran volver apoderarse, no sólo de este buque, al grito pirata de ¿al abordaje!, sino de la flota completa para trasegar lo que tenemos hacia sus puertos y almacenes.

            Antes he discrepado de los compañeros de Marea Socialista por haber abandonado la plaza, donde se congrega la multitud, para ir a discursear en los rincones a pequeños grupos, por muy ilustren que ellos sean, porque el bollo o arepa se hace con masa. He dicho que la lucha se da adentro; porque desde fuera, quienes deberían escucharte, te mirarán como enemigo o un advenedizo. También que se da con nobleza; intentando hasta sea posible que el equivocado recapacite y corrija. Pero a quienes proceden como el oficial que en el título he mencionado, no sólo pierden el contacto, sino que de lo poco que de ellos se escucha sugiere estar atraído por complacer, desde la piragua donde navega, a los tripulantes comandantes de la enorme flota que va y viene, llena toda de corsos, piratas, filibusteros y pillos verdaderos, intentando abordar nuestro barco.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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