“Estamos entrando a una fase definitiva del poder constituyente y la revolución. Hemos tocado una veta de oro: El poder del pueblo, que se está desatando a través de la organización popular”.
Hugo Chávez Frías (10 de febrero de 2006)
La tierra de Guayana es una tierra mágica y su historia se remonta a los orígenes de nuestra Patria Grande que vio realizar el recorrido por los caminos de América de los conquistadores españoles y portugueses, quienes a través de sus grandes ríos como El Amazonas y El Orinoco, vieron la puerta de entrada para no tan sólo descubrirla sino para saquear y explotar sus riquezas.
Muchos son los mitos y leyendas que aún conviven en sus entrañas y que tienen como protagonistas a la avaricia y las agallas de unos personajes, quienes no sienten la Patria sino que siguen la ruta de la Leyenda de El Dorado que renace en el tiempo su ambición.
“Al este de Cuzco y en algún lugar recóndito de la selva amazónica, existe la ciudad mítica de Paititi, la Ciudad de El Dorado. ¿Es un simple mito o una realidad todavía perdida en la inmensidad de la selva amazónica? Todavía, hoy en el siglo XXI, se invierten recursos económicos y humanos en encontrar esta mítica ciudad. La pretensión de conseguir un enriquecimiento rápido, ha arrastrado durante 500 años a muchos ambiciosos a la muerte y desaparición en la oscuridad de la selva... es la maldición del El Dorado.
La leyenda de El Dorado hace referencia a un lugar situado en América del Sur. En este lugar mítico había una gran ciudad con inmensas riquezas, como casas y calles de oro. Esta leyenda atrajo a exploradores y conquistadores europeos; pero jamás encontraron El Dorado.
Los historiadores han encontrado pruebas del interés e importancia que las coronas de España, Portugal, Francia e Inglaterra dieron durante el siglo XVI a las expediciones encaminadas a la búsqueda de El Dorado”.
Igualmente prosigue la crónica que “…El año 1530, Diego de Ordaz, exploró el río Orinoco y la zona de Meta, donde decían vivían unos indios riquísimos en oro. Posteriormente a Ordaz, D´Ortal, Herrera y von Spyer pudieron comprobar, para su desgracia, que no había en Meta ningún lago, ni tampoco indios cubiertos de oro.
Otro intento fue alrededor de 1535, cuando un grupo de banqueros alemanes de la familia de Welser al mando de Philipp von Hutten se internaron en la selva con objeto de lograr el preciado tesoro. Los alemanes consiguieron de Carlos V algunos derechos de propiedad. Con unos 400 hombres buscaron El Dorado por territorio de Venezuela. Llegaron a conseguir algo de oro; pero nada en comparación con lo anunciado en la leyenda.
Francisco Orellana recorrería las tierras comprendidas entre el Orinoco y el Amazonas sin éxito. Consecuencia de la historia o leyenda de una batalla contra mujeres guerreras indias le dieron nombre de le río de las Amazonas”.
( http://www.elorigendelhombre.com/el%20dorado.html)
El tiempo ha transcurrido y la historia pareciera repetirse con otros protagonistas, mientras el Estado venezolano hasta ahora había estado a espaldas de esta realidad, en una tierra donde habitan aventureros con los más variados intereses y nacionalidades y quienes además se “disputan” un territorio de riquezas incalculables.
Varias incursiones - en un pasado reciente – han sido investigadas y revelan la presencia de falsas religiones con misioneros geólogos, antropólogos y técnicos en minería quienes disfrazados levantaban para el imperio todo un prodigio de información hasta por vía satelital. (Ver caso de las Nuevas Tribus en Venezuela).
Ni hablar de “garimpeiros”, paramilitares y hasta guerrilleros quienes a través de medios de comunicación han sido denunciados y que pululan en los estados Bolívar y Amazonas y en zonas de la frontera con Brasil y con la Guayana Esequiba, actualmente zona en reclamación por Venezuela. (Esta área es de suma importancia geopolítica para la seguridad del Estado venezolano)
“Desde el aire, el manto verde que cubre la Amazonia venezolana deja entrever pequeños, pero cada vez más numerosos, agujeros.
En tierra, a 40°C bajo la sombra, cuadrillas de mineros brasileños, colombianos y venezolanos devoran una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo en busca de oro, diamantes y coltán que, según autoridades locales, sacan clandestinamente del país con ayuda de la guerrilla…
Como ocurrió a principios del siglo XX con la fiebre del caucho, los fabulosos precios del oro -que triplicó su valor en la última década- han hecho florecer un millonario e ilegal negocio que sabotea los esfuerzos del Gobierno venezolano por frenar la deforestación en el pulmón del planeta.
Organizaciones no gubernamentales de derechos indígenas, como Survival International, calculan que hasta 4.000 mineros ilegales -o garimpeiros- actúan en las entrañas del estado venezolano de Amazonas, enclavado entre Colombia y Brasil”.
No resulta casual que ahora cuando el gobierno del Presidente Maduro en línea con el Plan de la Patria reactiva los 14 motores productivos contra la guerra económica y entre ellos el motor minero, se trate de sabotear dicha política desde la oposición y en especial desde la Asamblea Nacional.
Un caso que avanza en las investigaciones (Caso Tumeremo) se ha querido lanzar a la opinión pública internacional, con bemoles que ocultan una estrategia geopolítica no muy sana y que además, apunta directamente contra la Revolución bolivariana para venderlo ante el mundo como un caso similar a “Ayotzinapa”, México.
Varios desaparecidos fueron anunciados a “voz populi” por voceros de la oposición, como lo destaca artículo de Aporrea de Juan Martorano “Tumeremo: Crónica de una muerte anunciada” (http://www.aporrea.org/actualidad/a224293.html) quien cita algunos políticos como Andrés Velásquez, Américo de Grazia y la misma María Corina Machado en sintonía con la embajada norteamericana.
Hay mucha tela que cortar y un gran misterio detrás del caso Tumeremo el cual debe ser analizado con pinzas por el Estado venezolano y quien ya ha reaccionado ante el hecho, con la presencia del Defensor del Pueblo Tarek William Saab y una comisión mixta que escucha a los familiares de los desaparecidos.
Lo que si es cierto es que las investigaciones continúan y una vez más Tumeremo en el estado Bolívar revive ante la historia el mito de la Leyenda de “El Dorado”.
¡Amanecerá y veremos!