La derecha internacional tiene una lógica tan superficial que no soporta un somero análisis. Pruebas de ello es que tiempo después de invadir a Libia, Barack Obama y Tony Blair piden disculpas; del mismo modo, Bush hijo y Hillary Clinton desmienten aquello de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva en Irak.
Del igual manera, hace poco se desmontó la matriz, promovida por la Mesa de Unidad Democrática desde la Asamblea Nacional, de que en Venezuela hay una crisis humanitaria con las fotos de supermercados abastecidos, tomadas por un vasco residenciado aquí, que llegaron hasta el ABC de España aunque luego las retiraron.
Asimismo, hace unos días, unas venezolanas vestidas de blanco decidieron cruzar la frontera colombo-venezolana, para supuestamente comprar rubros alimenticios porque, según ellas, estaban hambrientas.
Lo anterior simplemente es parte de un reality show al estilo de Lilian Tintori debido a que los precios en Colombia, por la devaluación del bolívar inducida desde allá, son más altos que los de un bachaquero local. Aunque más absurdo son las declaraciones de la canciller de Colombia, Ángela Holguín, sobre que ella no dejará que venezolanos perezcan por hambre.
Le recuerdo a la diplomática que una de las plagas que ha desestabilizado nuestra economía, hasta ocasionar desabastecimiento de alimentos regulados y medicamentos, es el contrabando de extracción en zona fronteriza, entiéndase, la salida de nuestros productos subsidiados que son revendidos en el país vecino. Y cuando el Gobierno Bolivariano se quejó de este delito, la Sra. Canciller respondió que debíamos quitar el subsidio a estos productos.
También le recuerdo a Holguín que más de 100 niños mueren por desnutrición en suelo granadino, según el Boletín Epidemiológico del Instituto Nacional de Salud, INS, lo cual no ocurre acá. Y así concluyo que la situación ahí es más crítica. Entonces, quién pasa hambre.