¿Tendrá idea el Ministerio Público cuánto cuesta una carga de 600 sacos de azúcar con un peso equivalente a 30 mil kilogramos?.
Si hacemos una elemental operación matemática de 6to grado, calculando el azúcar a un precio de 1000 por kg. La respuesta a la pregunta anterior es que 30.000 kg de azúcar costarían 30.000.000 Bs. Pero todos sabemos que este cotizado producto puede encontrarse en el mercado "negro" hasta en 4000 bs.kg, en estos días, por tanto calculado a ese precio las 30 toneladas de azúcar terminan costando 120.000.000.
Así como hasta un estudiante de 6to grado puede hacer el elemental cálculo anterior, también la mayor parte de la gente sabe que una operación de contrabando de 30 toneladas de azúcar no puede llevarse a cabo si no hay una cadena de complicidades que pasan por quienes hacen la inversión primaria, quienes transportan el producto, hasta quienes terminan comercializándolo.
Decimos lo anterior porque no se entiende como el Ministerio Público acaba de acusar a un sargento segundo de la GNB y a un señor, que se presume era conductor del camión, de la comisión de delitos de contrabando de extracción y de asociación para delinquir.
Según la noticia difundida es evidente la responsabilidad que tendrán tanto el sargento como el señor que fueron aprendidos en el camión cargado de azúcar, pero lo que llama la atención es que se deja de lado que detrás de estos individuos queda toda una mafia intacta, que desde el 1 de octubre a nuestros días quien sabe cuántos camiones más han vendido y seguirán vendiendo mientras la justicia se aplica a "robagallinas", como a estos dos que capturaron en Yagua con el cargamento de azúcar.
Cuántos "chivos" hay detrás de las mafias de contrabando, cuántos funcionarios de alto rango pueden ser cómplices de contrabando, cuantos dueños de capital están involucrado en el negocio del contrabando de mercancías, son preguntas que deben responder quienes tienen la responsabilidad de aplicar la justicia; así como quienes de verdad quisieran atacar este terrible flagelo que carcome nuestra economía.
