Farmaceuticos se pronuncian
De un grupo de farmacéuticos de la República Bolivariana de Venezuela a todos los ciudadanos
Nosotros, los abajo firmantes, haciendo uso de las facultades que nos otorga la República, en nuestra condición de farmacéuticos egresados de diversas universidades nacionales, nos dirigimos a la población venezolana a los fines de plantear lo siguiente:
En los últimos días, ha recorrido por las redes un audio donde se menciona la tautopatía como una técnica vinculada al empleo del agua y sus bondades en el proceso de curación de enfermedades, presentándola como alternativa al problema de acceso a medicamentos. Se destaca en el audio que es posible consumir medicamentos con 30 años de vencidos, afirmando que al colocar una tableta de cualquier medicina (vencida o no) en una cantidad apreciable de agua (entre 500 y 1000 cc), ésta se copia en el líquido mencionado y al final, en cada cucharada, se obtiene la misma dosis de la tableta inicial.
Al respecto, obsérvese lo siguiente: una cucharada equivale aproximadamente a 15 cc de cualquier líquido; en 500 cc (medio litro) hay alrededor de 33 cucharadas, si se agrega una tableta de 50 g en medio litro de agua, según el razonamiento anterior, al final de la dilución y luego de un reposo prudencial, se obtendrían 33 cucharadas con 50 gramos de tableta cada una (es decir, 33 tabletas de 50 gramos). En otras palabras, los 50 gramos iniciales (1 tableta) se convierten en cuestión de 2 horas en 1.650 gramos (33 tabletas). Y según el audio, esa propiedad de copiarse o multiplicarse de la tableta, se debe al agua. Pero claro, no deja de decir de una manera casi inadvertida, la persona que hace el monólogo, que para creer en ello se necesita estar mentalmente preparado; en otras palabras, si no se obtiene el efecto, la responsabilidad es de quien realizó la dilución, pues no se preparó mentalmente para eso, así se traslada el fraude de los autores del audio a la persona que recibe la instrucción, mediante un sentimiento de culpa por su falta de fe. No crea en esa falacia. Cuide su salud, la de su familia y la de su comunidad. Son otras las alternativas a abordar ante esta severa crisis de disponibilidad de medicamentos.
¿Qué sucede en realidad?: Al agregar una tableta de 50 gramos en 500 cc de agua, el líquido final tendrá una concentración de 0,1 gramo en 1 cc. Si una cucharada equivale a 15 cc, entonces una cucharada de ese líquido tendrá sólo 1,5 gramos de la tableta, jamás 50 gramos, porque se efectuó una dilución, no una reproducción, multiplicación o copia de la tableta.
Dicho mensaje, que puede parecer ingenuo, resulta peligroso por su contenido y por lo que busca generar en la opinión pública respecto al uso de medicamentos. La verdadera intención del mensaje: Causar daño a la salud de la población (en sus aspectos psicológicos, biológicos y sociales), dejar al individuo solo, perplejo, lleno de incertidumbre, incrédulo, sin asideros, sin referentes, desamparado.
Ciertamente, Venezuela se encuentra en una difícil situación de acceso a medicamentos esenciales de primera necesidad para atender importantes problemas de salud. Situación que es aprovechada inescrupulosamente por personas como las del audio, que invitan a la gente a dar un paso al vacío, como solución a sus padecimientos. Emplean para ello innumerables recursos publicitarios como una voz femenina, en monólogo, anónima, muy bien modulada, firme, sin espacio para la duda, de clase media a media alta, con manejo de términos técnicos que dan impresión de ser conocedora de lo que expone, aparentemente cuestionadora de la industria farmacéutica, respaldando lo aprendido en un supuesto instituto de medicina natural sin nombre, en ficticia conversación con un familiar, indudablemente un descendiente (hijo o sobrino), a quien dirige un saludo venezolano, cuyo propósito es procurar en el oyente la percepción de sinceridad y buena fe.
Ante semejante situación, consideramos un deber exponer lo siguiente:
- El agua no copia ninguna sustancia, el agua diluye. Si se coloca un gramo de azúcar en medio vaso de agua, tendrá un determinado dulzor, en la medida que se le agregue más agua disminuirá el sabor dulce de la bebida, pues estará menos concentrada. No es posible que ese gramo de azúcar sea multiplicado por el agua. Mientras más agua se agregue siempre se mantendrá el mismo gramo de azúcar, pero en un volumen de líquido mayor. El gramo de azúcar no tiene la propiedad de reproducirse en el agua.
- Si el ejemplo anterior lo llevamos a un alimento, por ejemplo un concentrado de parchita al que se agrega agua para obtener un jugo diluido, independientemente que se deje por un mes, un día o una semana en el refrigerador, el sabor del concentrado será siempre más fuerte y ácido que el jugo diluido, y si aún después de vacío el envase, se le agregara agua, jamás se obtendría un concentrado de parchita, independientemente que aun pueda percibirse el sabor de la parchita, pues quedarían trazas en las paredes del vaso, esas trazas son gramos, miligramos o microgramos depositados en los poros del vaso, no es que éste tenga "memoria" de una anterior presencia de parchita.
- Si se diluye 500 veces un medicamento; éste no tendrá el efecto terapéutico deseado. Situación que se agrava en el caso de patologías crónicas que requieren alcanzar determinados niveles del fármaco en la sangre (hipertensión, diabetes, cáncer) o de procesos infecciosos como las parasitosis, abscesos, diarreas crónicas que por criterio médico, requieran prescripción de antibióticos. En este último caso, el riesgo de crear resistencia a los antibióticos es muy alto.
- La autora del audio indica que lo probó en una mascota, en ella y en una niña, todos con distintas afecciones de salud y con los mismos resultados. Es importante destacar los numerosos estudios que se realizan en un número elevado de pacientes para comprobar la eficacia de un medicamento, estudios que permiten determinar la dosis necesaria para que se genere una respuesta terapéutica. Aún con las muy cuestionadas intenciones de la industria farmacéutica, es imposible que se apruebe un medicamento con semejante tamaño de muestra. Con ello queremos puntualizar que la falsa experiencia en unos pocos individuos, no constituye criterio de verdad.
- La intención del audio es clara, el empleo de una mascota, de una niña y de la misma persona para manipular la angustia que invade a la población por la escasez de un importante número de medicamentos. Aunque parezca inocente, impulsar a la población a que consuma medicamentos vencidos (hasta de 30 años) bajo su propio riesgo, sin pasar por una evaluación técnica que es competencia del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (INHRR), a quién corresponde pronunciarse ante los hechos indicados; es desencadenar una serie de situaciones que pueden agravar el problema del uso inadecuado de los medicamentos. En muchos países ésta es la causa de potenciales problemas de salud. Si es engañosa la fecha de vencimiento de un medicamento, si constituye una estrategia de la industria farmacéutica para aumentar la rotación de sus productos y maximizar sus ganancias, que es su principal propósito; la respuesta ante esa realidad no puede ser dejar la responsabilidad en la gente. La población venezolana cuenta con instituciones que deben protegerla: El Ministerio del Poder Popular para la Salud, el INHRR, El Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria, las universidades, las asociaciones médicas, los gremios de la salud, los institutos de investigación. No basta un discurso que puntualice las acciones antiéticas de la industria o las ocurrencias intencionales de determinados sectores.
- El audio sin duda ha calado en la opinión pública, muchas personas nos consultan sobre la veracidad del procedimiento. Éste se vale de la desesperanza, es perverso. Muchas madres pueden en este momento estar diluyendo medicamentos vencidos para tratar problemas infecciosos en la infancia o patologías crónicas. El efecto de esas prácticas parecerá minúsculo ante los problemas de la Nación, hoy amenazada por potencias extranjeras que atacan por todos los flancos posibles, para dejarnos si historia y sin referentes. Esta es otra manera de ataque, menos notoria, pero igualmente terrible.
- Crece la necesidad de abordar los procesos productivos públicos, privados o mixtos, a nivel industrial o en la oficina de farmacia. Las formulaciones magistrales (preparaciones realizadas por el farmacéutico en la oficina de farmacia) pueden constituirse en una importante alternativa para atender comunitariamente diversos problemas de salud. Así mismo las experiencias locales, ancestrales y culturales, con empleo de productos naturales y conocimientos acumulados en años de historia.
- Atacar la medicalización de la salud, la prescripción y dispensación innecesaria de medicamentos, conducida por la industria farmacéutica, es un requerimiento indiscutible; sin embargo, el medicamento es un bien social, de comprobada utilidad para atender diversos problemas de salud; el asunto es usarlo adecuadamente, en el momento oportuno, que esté disponible y al alcance de la población, que sea sujeto de vigilancia y de rigurosos controles, y que se monitoree su uso permanentemente.
- El derecho a la salud está consagrado en la CRBV y el Estado debe velar por su cumplimiento. La disponibilidad de medicamentos y su apropiada utilización son elementos vinculados a ese derecho. En tal sentido, es preciso orientar todas las estrategias posibles para garantizar disponibilidad atendiendo las instancias financieras, productivas, organizativas, de infraestructura, educativas, mediáticas y de servicios.
- Jamás dejar pasar, porque lo que está en juego es nuestra sobrevivencia en el tiempo como unidad sociocultural.
Emily Barrasa
Jesus Herrera
Juan Macero
Laura Mercedes Porto R.
Lesbia Muro Lozada.
Maikel Marten-Boris
María Consuelo Raddatz G.
María de Jesús Alfaro
María José Vielma
Mario Solar Carbone
Nelson Quiroga
Odalis Perosa
Roberto Mosquera
Yelitza Jardin