Francisco Ameliach y Rafael Lacava están a punto de montarse en un ring. Se están dando con todo. ¿Qué habrá pasado entre estos dos dirigentes del PSUV? Ambos se empataron en una de comiquita en el estado Carabobo. Están dando un mal ejemplo, después de la gran victoria electoral del 15 de octubre, donde el polémico Lacava ganó la gobernación de Carabobo. Esta grave polémica entre los dos dirigentes, uno más pesado que él otro, ya que es miembro de la ANC y alto dirigente del PSUV y exgobernador, se inició con las críticas hechas por Ameliach a Lacava por el hecho de haber acordado con Carlos Lozano, opositor y señalado como guarimbero. Por allí comenzó la puja. Luego vino la acusación por un supuesto asalto a la Sala situacional del PSUV, y el conflicto llegó a su más alto nivel cuando funcionarios de la gobernación de Lacava descubrieron unos galpones atestados de comida y de medicinas, y el dedo apuntó hacia Ameliach. El exgobernador respondió que ni él ni el PSUV tenían galpones. Mientras tanto la chispa sigue ardiendo.
Pienso que el presidente Nicolás Maduro debe intervenir en el asunto para aplacar este enojoso asunto, el cual se puede salir de control y causarle un grave daño al proceso revolucionario. Lacava tiene fama de "shousero" desde sus tiempos de alcalde en Puerto Cabello. Es un dirigente que se le va la lengua y le gusta el escándalo. Fue el mismo que se apareció frente a las instalaciones de un canal de televisión de Caracas montando en un burro. Se ha hecho correr por las redes que Ameliach creó una empresa llamada Alimca, la que se encargaba de organizar y embalar la comida que luego era repartida a través de los Claps. Pregunto: ¿Qué hay de verdad en todo este asunto? ¿Por qué no lavan sus trapos sucios (si los hay) dentro del seno del partido? ¿Quién tiene la razón y quien no la tiene? ¿Qué se persigue con esta puja? Las respuestas a estas interrogantes no importan mucho, pero sí importa que estos dos señores se callen la boca y cada quien, en su respectiva trinchera se ponga a trabajar por la revolución y por el país. Hay demasiados problemas por resolver, para que dos dirigentes se enfrasquen en una de comiquita. Eso déjenselo a la MUD. Sean serios.