A quién responsabilizar por la inacción y la falta de aclaratorias ejecutivas gubernamentales, en el desmedido incremento de precios en productos elaborados por nuestra industria petrolera. No basta desmantelar mafias creadas históricamente por funcionarios mafiosos, y sucesivos gobiernos electos legalmente pero impasibles hasta la llegada a la Fiscalía de Tareck William Saab, en el combate a la corruptela tradicional con el "oro negro".
Si un litro de aceite para vehículos necesita que el usuario disponga de uno y hasta dos millones y medio para comprarlo, ahí no hay petro-política que valga para favorecer en este momento a la víctima, que se queda atónito, si necesita en el diario vivir su vehículo o trabaja con él, por lo que cosecha una serie de mentadas, no precisamente de menta, y voltea su emocionalidad esencialmente hacia la directiva de PDVSA, abarcando al propio Presidente de la República.
Es total y completamente cierto que los sectores de menores recursos en el país, han comprendido el peligro de elegir para la Presidencia de la República, un representante que se parezca a los primeros mandatarios vecinos, arrastrados ante la Casa Blanca de Washington en este momento en Latinoamérica, igual que lo hicieron en Venezuela Jefes de Estado en la malhadada adecopeyanquicracia arrodillada. Sin embargo, es notable la decepción por inacción, en medios de nuestra revolución.