Si te arrastras encontrarás a muchos que te alaben, que te encomien y te pongan por las nubes, que te hagan obsequios y que de vez en cuando hasta te manoseen el lomo con algún chequecito… en dólares. No hay nadie que desprecie tanto a un traidor como un gringo, que inevitablemente para ellos (OJO: lo dijo el propio Franklin Delano Roosevelt) son "NUESTRAS PUTAS EMPRESCINDIBLES"…
Los detectores gringos son muy sensibles y precisos para ubicar aquellos que sin saber dónde están parados pueden elevarse gracias a sus medios al renglón de sesudos analistas y de meritorios embadurnares de memeces…
¡Oh Dios!, ¿tú acaso has conocido el orgasmo exquisito que produce un espaldarazo, por ejemplo, de los ínclitos dioses del narco-capital que pululan en Miami, Madrid o Bogotá…?
Ahí está Colombia que ha arrasado en siglo y medio con todo el medallero de oro, como el país más traicionero y vil del planeta.
A Colombia, le pasa como a México, que las deshonras inferidas a sus connacionales por los gringos le han enseñado a ser muy bien arrastrada. Cuando Teodoro Roosevelt sacó su stick y le dio por las nalgas al congreso Colombiano, y de un zarpazo se adueñó, en noviembre de 1903, de Panamá, los cobardes del gobierno colombiano suplicó porque su territorio se anexara a EE UU como otro estado asociado. Fueron no obstante rechazados por "contemptibles" (es decir por ABYECTOS).
Luego, Colombia evolucionaría hacia esa GRAN NACIÓN GAMINA por excelencia, la que vive chuleándose al planeta entero implorando ayudas (y a la vez robándoselas) por sus horrendas guerras intestinas,.. y esa misma NACIÓN GAMINA hoy decide extender su vil mano para que los gringos le echen migajas "porque la emigración venezolana le está causando una tragedia humanitaria".
Teodoro Roosevelt, refiriéndose al gobierno y congreso colombianos los catalogó: de "piara (cerdos) obstruccionistas"; de "Dogos" que significa "extranjeros de piel de mierda" (tal cual también lo piensa Trump); los llamó "…those contemptible little creatures", es decir "aquellas viles criaturitas"; también los maldijo tildándolos de "jack rabbits" de "liebres"; catalogándolos de "foolish and homicida corruptionists" es decir "corruptos locos y homicidas"; de "tricky opresor of Colombia": "opresores fraudulentos de Colombia"…
¿Se habrá visto mayor sucesión de mierda lanzada por presidentes gringos contra un país (Colombia) y que éste a la vez perviva cada vez más arrastrado, lamiéndole las patas a quien le infama, le escupe y le humilla?
Verdaderamente que estos gobiernos aperreados de los hijitos de Santander abruman y deprimen por su inmensa capacidad para asimilar el ASCO!
Colombia fue el único país de América Latina que de manera inmediata se alió con Inglaterra y EE UU durante la guerra de Las Malvinas.
Colombia fue el país que solicitó la exclusión de Cuba de la OEA en 1962.
Uno de los genios santanderistas de Colombia fue el doctor don Vicente Azuero. Cuando el Pacificador Pablo Morillo entra en Santa Fe, allá, entre la jarana y el acoso de las tropas de Morillo, a don Vicente Azuero no le tocan un pelo. A la hora de iniciarse los nuevos bautizos reales, entre los primeros encontramos a este abogadillo purificado sin necesidad, él no se había manchado de patriotismo. Siempre creyó funesta la rebelión contra Fernando VII, y así lo hizo saber al tribunal, que le echó dos bendiciones y lo marcó con una cruz en la frente.
En siendo purificado por los realistas dijo don Vicente "Juro obediencia y fidelidad al rey, mi señor y su legítimo gobierno. Os ruego me tengáis por buen vasallo de Su Majestad".
En el Colegio San Bartolomé (la madre purulenta de todos los santanderistas), en presencia de un jurado de solemnes chapetones, se dictaminó: "El Gobierno de Fernando VII confiere al señor Vicente Azuero el título de Abogado de la Real audiencia... llevando por vuestros trabajos los salarios, derechos, dietas y honorarios que os corresponden con arreglo y arancel..."
Don Vicente Azuero pasó a ocupar unas de las secciones de los tribunales del secuestro y su firma corría para condenar patriotas.
Además, don Vicente estará apoyado por una de las eminencias más sólidas de Nueva Granadas, el señor José Félix de Restrepo (otro grandísimo traidor). Luego, don José Félix, pasará a la Corte Suprema de la República de Bolívar, donde servirá a los elementos más retrógrados del país –a los llamados liberales –y estampará su firma para librar de sospechas a José María Obando y José Hilario López, los asesinos del Gran Mariscal de Ayacucho.
Cuando Bolívar llega a la capital en 1819, Azuero es de los primero en salir a recibirle para vitorearle y ofrecerle sus "humildes servicios" como abogado de la República. De Inmediato se hizo consejero de Santander y llenó de monstruosas conspiraciones a la patria.
Azuero junto con Santander se hicieron acérrimos enemigos del General Antonio Nariño, hasta llevarlo al suicidio.
En 1826, recién llegado el Libertador del Perú, a Azuero le dio por decir Bolívar era "tirano" y "déspota", y estos ataques aparecieron en la "Gaceta Oficial". Fue cuando Azuero le dio por decir que la Nueva Granada deberían separarse de Venezuela. Cuando Bolívar vuelve a Bogotá luego de someter el alzamiento de Páez, Azuero huye como una rata de Bogotá.
Desde el exterior, Azuero, arrastrado como muy saben hacerlo los santanderistas neogranadinos, envió a Bolívar un proyecto para que se coronara rey. ¡Dios mío, no sé en qué mundo podrán encontrarse seres más despreciables que los de esta casta!