Por diversas vías nos llega la denuncia, que los grupos oposicionistas al proceso bolivariano, están poniendo en marcha sus planes de saboteo y desestabilización, con miras a empañar el proceso electoral del próximo 3 de diciembre; se revela un área muy sensible como la alimentación, cosa que no es nueva en la agresión contra el proceso bolivariano, en el paro golpista del 2002-2003 se intento vencer al pueblo por hambre con el acaparamiento de dos rubros de carácter estratégico en la alimentación de los venezolanos la harina precocida para las arepas y la cerveza, hecho consumado por las empresas Polar.
Ante esta debilidad, surge la misión Mercal y luego el Ministerio de Alimentación como política del estado para asegurar y resguardar la soberanía alimentaría de los venezolanos y venezolanas; creándose todo un sistema de distribución de alimentos asentado en los sectores populares de la república, en la actualidad este sistema alcanza los diez mil (10 000) puntos de venta, generando ocho mil (8000) empleos directos y sesenta mil (60 000) indirectos, si le sumamos los entes colaterales como la Corporación Casa y las “Casas de la Alimentación” entre otros, lo que da un idea de la magnitud que ha alcanzado.
Presuntamente este sistema ha sido penetrado por la corrupción o la contrarrevolución en este caso, habiéndose conformado una estructura paralela de comercialización y distribución de los productos Mercal, la cual produce desabastecimiento en la red, encontrándose los puntos de venta vacíos y carentes de los principales rubros de la cesta básica; contradictoriamente los vendedores ambulantes o buhoneros están totalmente surtidos con los productos de mercal comercializándolos de manera descarada a precios superiores a los estipulados; generando una ola especulativa y de robo a la ciudadanía.
Esta estructura actúa impunemente lucrándose con la miseria y el hambre del pueblo, colocando al consumidor en una peligrosa situación de inseguridad alimentaría; la cual debería estar superada a estas alturas del proceso bolivariano. Este contra sentido plantea un retroceso, develando la perversión de los objetivos para los cuales fueron creados estos entes y su penetración por parte de contrarrevolución, vulnerando la seguridad nacional.
Estos hechos han venido siendo denunciados por diversos sectores sociales de las zonas populares de la Vega y Catia y sus organizaciones sociales, entre otras: la Coordinadora Popular de Caracas, el Bloque Antiimperialista del Oeste, y el Bloque Popular de la Vega. Por lo cual el diputado William Mantilla asumiendo este hecho como vocero del pueblo propone: la intervención de toda la estructura de la red Mercal, el decomiso y subasta pública de todos los productos que estén en manos de particulares, fuera de los expendios autorizados, lo cual debe ser asumido por los Consejos Comunales y demás expresiones de la contraloría social.
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