La figura del defensor del pueblo, implantados en algunos estados del país gobernados por partidarios de la oposición, ha venido cubriendo algunas deficiencias, omisiones y negligencias en que han incurrido deliberadamente los responsables de estos gobiernos regionales. Pero ha llegado el momento, que el mismo sea extendido a otras regiones y municipios conducidos por Gobernadores y Alcaldes Psuvistas agotados, que terminan desapareciendo de la vida social y política local, trayendo la desesperanza e incredulidad para los habitantes que padecen un sin número de calamidades.
Este es el caso de la Península de Paraguaná. Entre los padecimientos que sufren los habitantes de esta región y que formó parte del portafolio de promesas de la campaña política del otrora candidato a gobernador Sr. Victor Clark están: Servicio de electricidad deficiente, limitaciones del Suministro de Gas Doméstico y en el caso del Servicio de Agua, considerado casi como inexistente. Este último, en beneficio de las mafias del transporte de agua por cisterna, el cual se viene transformando en un servicio letal para el presupuesto de los Paraguaneros.
Rememorando, por los años 2008-2010, al momento de asignarse las concesiones para la explotación de gas costa afuera, una de las empresas ganadoras extendió un cheque a PDVSA por unos cuantos de millones de dólares. El Presidente Chávez, públicamente decidió que estos recursos debían quedarse en Paraguaná para resolver el grave problema de fallas en el suministro de agua. Y así fue.
Hoy día a casi 10 años de esta decisión, uno se pregunta: A Dónde fueron a parar estos recursos. Qué obras se cubrieron con los mismos. Se sabe de uno de ellos, cual fué la extensión a través del golfete de una tubería para transporte de agua, que se perdió ó que nunca se pudo poner en servicio. Sería una excelente oportunidad para el Fiscal Tarek William Saab, de asignar responsabilidades de ese desatino que trajo daños patrimoniales a la nación y para lucirse con una investigación que saque a relucir los responsables del destino de unos fondos mil millonarios que se dilapidaron en desatinos, incompetentes e irresponsables decisiones y que pudo haber sido la solución del peor de los males que enfrentan los habitantes de las diferentes zonas de la península.