El gobierno cayó en el facilismo de usar la corrupción como arma política, usaron al Robespierre de El Tigre como verdugo, esbirro de la cúpula de poder. La acusación de corrupto sustituyó a la de agente de la cia. Al principio todo iba bien, por la guillotina ética pasaron a toda la resistencia interna, a los adversarios, rodaron cabezas y reputaciones sin contemplación. El fiscal, cual Torquemada, cumplió a cabalidad su función de inquisidor, quemó reputaciones y persiguió a la herejía de disentir.
Con el correr del tiempo, en el camino, se arreglaron las cargas, y la historia, que es el juez supremo, acabó develando los entretelones de las acusaciones de corrupción y la pureza de las intenciones de la cúpula del pranato. Unas declaraciones, o mejor, unas confesiones de Diosdado en su programa de los miércoles desenmascaran al fiscal tarek y al madurismo. Antes diremos algo al margen. Diosdado califica al portal Aporrea como una página de oposición, creemos que es mezquino de parte de Diosdado; Aporrea es un fenómeno comunicacional, gracias a Dios y a la Virgen existe Aporrea, de otra forma esto sería una debacle total. Ahondaremos en esto en otro texto.
Diosdado declara que usan la corrupción de Andrade y de la enfermera de Chávez presa en España para atacar al Comandante, que todo es parte de una operación. La declaración tiene dos facetas principales: primero, reconoce, sin juicio, la culpabilidad de Andrade y de la enfermera, reconoce la justicia de esos países que también lo acusan a él; segundo, reconoce el uso político de las acusaciones de corrupción. Esta confesión merece análisis.
Varios hechos sobresalen. El madurismo, del cuál Diosdado es un vocero principal, que no del Chavismo, usa la acusación de corrupción como un instrumento político, de eso ya no hay dudas. Sin pruebas, sin juicio, acusó, sentenció a la guillotina ética a media PDVSA. Y el objetivo era desmantelar al "ramirismo": cambiaron así tres millones de barriles diarios de producción, por unos piches 900 mil. Ahora sabemos, por declaración de parte, que aquella cacería del fiscal destructor no era un afán de justicia, sino una persecución con perversos intereses. El fiscal queda desenmascarado, no era un paladín de la justicia, sino un instrumento para los bajos intereses del madurismo. Ya veíamos sospechoso que en la cancillería no había un corrupto, que en la gobernación de Anzoátegui, en tantos años, ni un pequeño caso de corrupción, que en la Alcaldía Libertador todo bruñido, que en la Asamblea no se perdió ni un alfiler, que todas las gobernaciones eran la perfección de los conventos; sólo en PDVSA, solo había corrupción donde convenía al madurismo. Ahora todo se aclaró.
Otro hecho es la visión de justicia que tiene el madurismo. La justicia para ellos es lo que les conviene. Si acusan a Diosdado son agresiones, pero las acusaciones a los disidentes son bienvenidas. Unas ocasionan demandas, las otras descalificaciones; unas califican como héroes y hasta medallas, las otras etiquetan de traidores.
Y el colmo del cinismo es el llamado de Diosdado a la defensa del legado de Chávez, ellos que destruyeron el Plan de la Patria, él que es presidente de la Constituyente encargada de enterrar la Constitución de Chávez y hacer las leyes para entregar las riquezas nacionales.
Y tenía que ser así, un gobierno que traiciona sus orígenes necesita -se sostiene en- la mentira, y necesariamente tiene que vulnerar a la justicia, no puede someterse a su veredicto, no tolera jueces imparciales. Es ahora labor de los chavistas chavistas restituir el "imperio de las leyes".
Diosdado habló y la verdad se asomó.
