Decididos como están a derrocar al gobierno, al sistema político, democrático e institucional y a la Constitución Bolivariana, empresarios y especuladores hacen de las suyas, ¡son amos y señores en este valle de lágrimas!
Hoy, esta mañana al despuntar el sol, no he logrado comprar un pollo directamente en la avícola para la comida del día después, el costo por kilo vivo lo han colocado en Bs S 4.000, que "pasados de gordura, peso, tamaño" −tiempo y espacio para el disfrute−, supera los tres kilos, asumiendo una honesta pesada, para un total de Bs S 12.000, sin meter el costo del beneficio, ¡calcule usted unos Bs S 2.000!...
De las medidas para la prosperidad y el desarrollo poco o nada va quedando, poco, nada va llegando al ciudadano de a pie, al común de la gente. Todos sufrimos, vivimos en carne propia la desventura; unos, desde su innoble corazón y alma anti patriótica, anti venezolana, parecen celebrar, se frotan las manos, se regocijan ante la situación pensando en la pronta caída del gobierno, en la insurrección popular por tanta hambre, por tanta miseria. ¡Más puede en ellos el sentimiento anti venezolanidad y la sumisión! ¡La entrega! Su mezquindad política obnubila su pensamiento y los lleva, irracionalmente, a no entender que se trata de la existencia misma como Estado-Nación libre, soberano e independiente. En otros enchufados o vividores de remesas desde el exterior, al precio de mejor postor, "viven y disfrutan la vida a plenitud", sin percatarse que son parte y actores del inefable laberinto. En los menos afortunados, es una catástrofe de incalculables, inobjetables, consecuencias. −¿Excusables acciones detonadoras contra el Estado-Nación?−. La gota por derramar en la creación de estado nación fallido donde cualquier intervención extranjera "para restituir la bonanza, prosperidad, libertad, democracia, justicia…" pérdida –a decir de los interventores− será bien y jubilosamente recibida. ¡Incluso el enfrentamiento fratricida!
Sin duda alguna que las medidas internacionales contra el gobierno, el Estado Nación, contra el pueblo venezolano todo, es y seguirá siendo el factor fundamental en esta arremetida intervencionista. Así, desde el mundo interconectado al internet, se observan entes, instituciones o empresas dedicadas a la compra y venta de divisas "sin control", estableciendo a través de instituciones bancarias venezolanas, un mercado paralelo de acelerada devaluación del Bolívar ante el dólar, que actuando en conjunto y coordinación conforman una "maquinita de fabricación de Bs S virtuales" desbordando en amplio margen la "disponibilidad monetaria efectiva" venezolana y dando riendas sueltas a los empresarios y comerciantes a elevar los precios a cada instante.
Lo propio ocurre desde el sistema bancario venezolano, público y privado, tras la disposición de SUDEBAN de elevar los limites crediticios para las tarjetas de crédito "sin el debido estudio en el riesgo crediticio". En el pasado, antes de la reconversión monetaria, el aumento especulativo era impulsado, apoyado por el "aumento crediticio diario", que a su vez llevaban a un endeudamiento individual por tarjetas de crédito nunca antes visto colocando a la banca en una "iliquidez física monetaria" con un desenlace nada halagador, ¡hacia allí parece que vamos cabalgando nuevamente!
De las "medidas paliativas" del gobierno, se ha encargado el propio "sistema gubernamental" de hacerlas ineficientes, inefectivas. El colapso en la comunicación y actualización de sus sistemas operativos retardan −¿intencionalmente?− la transferencia y cobro de bonos, sueldos, salarios, pensiones…, compras y pagos, colocando al beneficiario en desvalia económica y disposición beligerante contra el gobierno.
Sobre el Petro, es indiscutible la presión inflacionaria que su valor en Bs S, elevado a diario en proporciones mucho mayores que las del dólar, introduce en la economía interna, del común de los venezolanos, si observamos que empresarios y comerciantes, ahora, "en teoría", fijan y establecen precios según la cotización diaria Petro/Bs S. Alquileres, mercaderías…, todas en apariencia son facturadas en Petros y cobradas en Bs S soberanos al cambio del día. Desde esta perspectiva, los "pequeños y medianos" comerciantes, expendedores de alimentos, servicios, parecen indefensas golondrinas ante la tormenta. ¡Sólo se dejan llevar por el viento huracanado!
Nicolás, Presidente; desde la percepción de quien escribe, el horizonte luce confuso, tenebroso…, probablemente la mejor y más formidable manara –Modo, decía Bolívar− para derrotar a los enemigos de la Patria, sean sus propias armas. Usted, en su conversa de ayer, así lo expresó: "Ellos, los enemigos internos y externos, no tienen cabida en esta nación concebida en la Constitución Bolivariana, ellos no tienen proyectos de vida y bienestar, tienen sí, toda la disposición, crudeza, inmoralidad…, poder económico, propagandístico, militar, terrorista, del neocolonialismo para la devastación y la muerte".
Desde La Tormenta de Rafael Ramírez concluyo que: Ante las dificultades, sin proponérselo, Rafael, muestra no haber aprendido la lección más relevante, importante, de su protector, maestro político y amigo. Con su tormenta da luces de la decisión, que en esa hora decisiva, debió tomar Hugo Chávez:
¿Por qué y cómo Chávez decide que Nicolás Maduro debía conducir los destinos de Venezuela, la continuidad constitucional? ¿Por qué no Giordani, Rodríguez Torres, Rafael Ramírez, Diosdado, Elías, Carrizales, Jorge Rodríguez, Héctor Navarro, Luisa Ortega…? ¿A quiénes, a cuántos de ellos, Chávez les pidió desde el corazón, desde el alma, la protección y respaldo absoluto para con Nicolás? ¿A quiénes les encomendó la vida de Nicolás? ¿A quiénes les pidió lealtad absoluta, respeto y continuidad en su decisión?... ¿Quién no entendió, quién no estuvo de acuerdo con la decisión de Chávez? ¿Por qué Nicolás? Era la pregunta recurrente en boca de todos…
Como Bolívar, Chávez en su discurso de despedida, intenta decirnos que; siendo él, Chávez, la raíz de los males sobre Venezuela, Nicolás Maduro ─en su concepción y visión─; humilde, de pueblo, de diálogo y entendimiento político, era el mejor y más idóneo de sus hombres, de sus compañeros, ¡de sus hijos!, para establecer puentes de convivencia y continuidad constitucional…
Desde esta perspectiva; ¡probablemente no la continuidad del proyecto bolivariano como estaba concebido bajo la rectoría de Hugo Chávez!, lo importante era la continuidad constitucional, de la república, de la Patria ganada, legada, que ni el propio Simón Bolívar, el Libertador, logró conquistar. ¡La paz pública, política, nacional! ¡La oposición en su demencia y prepotencia lo sabía, no era ni ha sido nunca su interés! ¿Se equivocaba Chávez o planificada y detalladamente visualizaba el futuro ante su ausencia por cualquier circunstancia?...