El movimiento sindical de la zona del hierro en los años 70 y principios de los 80 fue de lo más avanzado en el país; la intervención de SUTISS, la militarización de los conflictos laborales en Guayana y la traición del movimiento que descolló como vanguardia, Causa R, en la persona de su líder, el hoy traidor a la patria Andrés Velásquez y todo su entorno, hicieron que el sindicalismo Guayanés quedase rezagado con el del resto de la Nación.
Hoy en nuestro Estado Bolívar tenemos un sindicalismo, mayoritariamente, economicista (Lochero) que busca como única meta el dinero, y mas que para los trabajadores para sus dirigentes; y en donde los principios ideológicos que hicieron grande al sindicalismo mundial, es algo extraterrestre o que se desconoce con que se come.
Principios como la unidad mundial de la clase obrera; por un gobierno de los trabajadores; luchar contra la explotación capitalista y por un mundo distinto, principios estos que dieron origen al laborismo mundial es chino o quizás árabe para nuestros noveles dirigentes sindicales Orinoquense; y lo peor de todo es que al conversar con la masa obrera ven esto con tanta naturaleza que a veces da dolor ajeno.
Tenemos un movimiento sindical que desde los 90 ha venido trabajando en colaboración con la burguesía y los ejemplos huelgan: La reconversión en SIDOR y demás empresas del aluminio con miras a preparar el terreno para la privatización, a principios de los 90; la privatización de SIDOR y el robo de las prestaciones sociales de los trabajadores en el nefasto año de 1.997, los conatos de privatización de las empresas del aluminio que se caen porque las empresas compradores (ALCOA y Reynolds), no se anotaron porque sabían que Chávez ganaría las elecciones y no querían perder sus reales por temer una reestatización de lo contrario Guayana seria la capital del desempleo en Venezuela. Todas estas acciones anti-obreras se dieron sin que la zona industrial de Matanzas tomara la calle.
Aquí cayó un Presidente como lo fue CAP II y el movimiento obrero bolivarense no reaccionó; era el componente civil de la acción patriota del 4-F, pero la traición de la Causa R lo impidió de lo contrario co-gobernaría en Venezuela.
El Siglo XXI, con pleno proceso revolucionario en marcha, encuentra al movimiento obrero de Guayana en una triste y vergonzante vendetta entre dirigentes sindicales matándose unos con otros por el control de cobros de reporte a los trabajadores, es decir, este sindicalismo ha involucionado, ya no vende a trabajadores para quitarles plata a los patrones (Cuestión esta repudiable), sino que los reales los saca del sudor del obrero, este es explotado por el patrón y por el sindicalero. Encuentra también a un movimiento sindical oponiéndose al proceso de co-gestión en ALCASA, haciendo las veces de accionista (Socio-capitalista) en SIDOR con un 20% del total accionario, cuando con la co-gestión puede ser dueño del 50% (Si de ganar dinero se trata); aprobando cláusulas de sobre-explotación como estas de productividad y meritocracia, al mejor estilo corporativo Gringo y neoliberal; y lo peor de todo tenemos a una poderoso movimiento sindical que no participa ni es activamente entusiasta de las políticas revolucionaria y socialistas que se viven en el país sino que está al margen y es apático a la suerte de la patria.
El MVR y la UBT, son co-responsable política-ideológicamente hablando de la situación de bancarrota moral y política del movimiento obrero Guayanés ya que sus dirigentes son adecos-copeyanos reencauchados (Pumalacas), unos y otros aunque vienen de la izquierda son del sector más pro-patronal y han degenerado en neoliberales adocenados. Claro que hay sus excepciones, pero las excepciones cuando somos muy minoritarias no contamos.
Quien esto escribe hará todo lo posible por rescatar la combatividad del movimiento obrero Guayanés y hacer que sea el otrora movimiento clasista, vanguardista y luchador que fue en los años 70.
Una de las primeras medidas que hay que tomar, son las implementaciones de los Consejos Comunales Obreros y crear la Guardia Territorial Obrera de Guayana para defenderse de mafiosos y gángsteres disfrazados de sindicalistas.
Ciudad Bolívar, Ciudad Guayana y Upata deben ser declarados territorio federal para el desarrollo de la industria pesada de Guayana (Acero, aluminio y electricidad) con autogobierno territorial-político-industrial; y así comenzar una reingeniería y reestructuración de la CVG y EDELCA. Esto seria un buen programa para el rescate del sindicalismo de Guayana.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar