Apreciados, compatriotas, un cordial y revolucionario saludo del alma. Continúo con mis proposiciones. Las haré, si me lo permiten, en varios artículos para no cansarlos.
Como estamos tratando de recomponer nuestra muy joven revolución democrática –por el lado nuestro pacífica- y siempre leemos y escuchamos interesantes proposiciones que a veces no nos explicamos por qué nuestras autoridades no las toman en cuenta, me permito someter a los buenos revolucionarios unas propuestas que estimo, una vez decantadas por todos, pudiesen contribuir a fortalecer nuestra revolución, luchando contra la permanentemente activa Oposición y contra nuestra incompetencia. Estas propuestas no llevan una secuencia.
Cumplir con todos los compromisos económicos a tiempo.
Todavía, con perplejidad, observamos que en algunos lugares no pagan a médicos y enfermeras, no hay medicinas. No pagan a docentes no contratados, ni a los facilitadores de las misiones. En fin, tantas cosas de incompetencia en la actuación, por descuido o por negligencia. Además de ser una injusticia, genera mucho malestar y nos deja, como revolucionarios, muy mal parados y es tremendo alimento para la voracidad mediática oposicionista.
Dejar de actuar con base a intereses de todo tipo. Familiarismo, partidismo, plegadismo. O simplemente por complacencias. Peor cuando son los gobernantes los que las promueven. Aquellos a quienes les gusta la adulación, y por ello la permiten. Esa que alimenta sus egocentrismos desmedidos.
La conducta de un dirigente, con mayor razón cuando quiere convertirse o considerarse un líder, radica en su sencillez. Por lo menos en cuanto a dirigentes sociales nos referimos, ya que los empresariales, los grandes, por el contrario, su prepotencia los hace crecer. En cualquier caso, lo más alejado a obtener respaldos sinceros, no por otorgamientos de contratos, ni fidelidad por cargos remunerados, o por alguna manera de dependencia, ni por prebendas de cualquier tipo, es bajar la arrogancia. Nadie la acepta. Sólo la toleran los que directamente reciben algún tipo de beneficio. Voluntades compradas. Este análisis básico es parte de la condición del revolucionario que concuerda con el criterio que expresa el presidente Chávez. Ahora, a mi manera de ver, para correr la próxima distancia electoral, pero con intenciones ganadoras, además de darle consistencia al PSUV con nueva directiva, pero que por su estado incipiente, todavía sin penetración ideología en sus integrantes, no puede cumplir con las funciones de un partido fuerte. Sus compromisos y obligaciones, pues. Por lo menos en lo que viene de tiempo electoral. Por ejemplo, lo complejo de captar las voluntades de los otros miembros de los batallones que nunca asistieron a reuniones porque simplemente no son políticos, no les gusta o no les interesa. Sí son entusiastas de Chávez, pero nada con activismo. Esa es una ardua tarea de convencimiento, y por años. Considero que lo más viable es bajarse de la idea, por ahora, de que se cuenta con un partido. Y, como lo expresó Chávez, buscar alianzas políticas, pero, especialmente reitero, tratar de captar a la mayoría que es independiente. Los excluidos de las mentes politiqueras. Sin embargo, para que esto suceda todos los que están en funciones de gobierno, en especial gobernadores y alcaldes, y sus equipos, deben hacer un esfuerzo para ser eficientes y disipar la imagen de incompetentes que muchos tienen. Hasta con cosas sencillas. Cumpliendo con las promesas. Entre otras cosas, las obras inconclusas. Arreglar las calles. Ordenar los desechos sólidos que, por no ponerle voluntad, se ha convertido en un problemón, pudiendo ser un negocio para todos. Y una bella imagen de ciudades. Convocar a talleres para afrontar, entre todos, el problema de la delincuencia ya mencionado en un anterior artículo. De las drogas –que propondré en otro artículo-. Implementar programas colectivos de mano de obra, pero no espasmódicos como es costumbre, mucha gorra y franela roja barriendo. En mantenimiento por cooperativas.
Y pensar que muchos aspiran a ser reelectos gobernadores y alcaldes y otros alcaldes a cargos más elevados. Inclusive a gobernadores. ¡Qué bolas!
Estimamos urgente que el Presidente Chávez y sus equipos, sin mucha complacencia, exijan a nuestros Gobernadores y Alcaldes establecer prioridades. Miren, observamos obras de embellecimiento vial –necesarias– pero en avenidas en sectores sin servicios públicos –mucho más necesarios– Ah, y muy importante para la evaluación de su gestión, ¿por qué están en ese estado?
Muchas de nuestras “autoridades”, sin que sepamos por qué, copian el esquema IV republicana, y les encanta, “poner la primera piedra” (ahora fundacional), hasta verbalmente, y, no comenzarla, lo que sigue siendo una torpeza por ser una oferta engañosa. O arrancarla y llevarla a paso de morrocoy, más de las veces parándola, achacándolo a que no le llegan los recursos.
¿Dónde está la planificación integral? Es una de las malas imágenes de ineficiencia revolucionaria. !Insoportable!
Para concluir las obras, el Estado debe de inmediato asignar los recursos, y… vigilarlas con las Contralorías Sociales. Pero, por favor, alguien que explique cómo se forman, dónde se inscriben, cómo funcionan, a quién le rinden cuentas, cuándo, etc.
En fin, dada su gran importancia, cómo las ponemos a valer. Considero que en los casos de obras, también deben estar incluidos ingenieros, arquitectos, técnicos de variada índole, con capacidad y experiencia. Hasta deberían contar con algún recurso económico para funcionar –remuneraciones, costos de traslados, elaboración de informes, etc. –, ya que es un trabajo, una actividad delicada.
Simultáneamente, exigirles a los Gobernadores y Alcaldes, a todos, pero especialmente a los revolucionarios, presentar por diversos medios de comunicación (Televisoras, del Estado, periódicos afectos, páginas web, entre otras) los detalles referidos a cada contratación de obra. Que podamos saber cómo y a quiénes se las contratan, que se aprecien Empresas indicando los socios, los montos de las obras, tiempo de ejecución, problemas presentados –cronogramas con ritmo de los trabajos, pagos realizados, etc.– este método, a mi humilde opinión, podría reducir un poquito la tendencia a la corrupción –que trataremos en otro punto- Lo expongo para la discusión, tal vez en unas mesas de trabajo que podamos convocar. También, a mi parecer, esta fracción hacia la transparencia administrativa, junto con la evaluación de los entes contralores, y las contralorías sociales establecidas, que podrían servir para que de una “manera automática” se convoque a referendos revocatorios sin necesidad de solicitar firmas que nadie quiere porque nuestros gobernantes chequean a quiénes los adversan y… zas, un tachón.
Ordenar, de una vez por todas, la perversión en la contratación de las obras. Generalmente buscan a las grandes empresas –las más de la IV- porque ellas cuentan con equipos y capital –de otros gobiernos y ahora de éste- para ejecutar las obras, hasta sin contratos, ya que la vieja burocracia hace muy lentos los procedimientos y las autoridades, en su afán, lógico, de hacer obras, recurren a ellas aún cuando son de la súper Oposición. “Es que ellos pueden financiarla casi toda y a mi no me bajan los recursos a tiempo”. Esta situación requiere un análisis profundo y una solución igual. Pero ¡ya! Los gobernantes deben pactar con los empresarios para hacerles actuar al margen de lo correcto, y de ahí… las posibilidades, ciertas, de incurrir en actos “amistosos y de mutuo agradecimiento”
Es suficiente con crear empresas de alquiler de equipos y establecer convenios de pagos con las empresas suministradoras de insumos, que unido a los anticipos para ejecución que cubre costos de trabajadores y funcionamiento –e insumos– , previa calificación profesional y técnica, y una buena inspección y supervisión técnico-administrativa, acometer con eficiencia y a tiempo cada obra.
Continuará… Y ¡Gracias por leerme!
¡Patria, Socialismo o muerte! Y si actuamos responsable y solidariamente, unidos y los funcionarios trabajan con eficiencia ¡VENCEREMOS!
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