En Cine y TV ¿Cuál Producción Independiente?

La creación de la Villa del Cine y la salida al aire de Televisoras como Vive, TVes y Ávila TV, significó para muchos profesionales de estos medios una esperanza de -¡por fin!- poder hacer películas y programas de de calidad que incluyeran desde los documentales y películas de arte y ensayo hasta telenovelas y comedias de signo distinto, alternativo y hasta contestatario. Pero no, eso no ha sucedido. No se puede. No hay. Siempre nos falta un papel, un requisito, llenar un formulario.

A los escritores y guionistas se nos exige todo esto y, cuando lo conseguimos y entregamos los copiosos recaudos, el funcionario receptor los chequea concienzudamente. En su rostro uno capta su ardua y severa concentración marcada por un ceño de aburrido estrés. Uno piensa: "Esta vez si me aceptan el proyecto porque adjunté hasta la cédula de mi abuela y una foto suya montando bicicleta en Los Cobos". El ceño del funcionario pasa de la superioridad aburrida a la rabia contenida. Todo parece estar en orden y, de alguna manera, completo.

Su rabia se transforma en angustia ante la perspectiva de tener que recibirnos la propuesta. Mira y remira todo, una y otra vez, al borde del paroxismo. Suda, nos da cortísimas ojeadas cargadas de un odio infinito y se concentra aún más en encontrar algún fallo. Saca una lupa, huele el papel para ver si no contiene aroma de coca. El sudor frío le entra en los ojos y comienza sufrir de extraños tics nerviosos. Está a punto de rendirse pero su ego se convulsiona en heroica agonía y lo obliga a mover la cabeza negativamente, mientras susurra quedito: "¡No puede ser, no puede ser!". Levanta la mirada y, al observar nuestra angélica sonrisa de boy scout que ha hecho su buena acción del día, la ira que ésta le provoca lo hace cargarse de energía. Casi parece que va a escupirnos.

Con renovada energía se sume nuevamente en nuestros papeles y los estudia otros 15 minutos que nos parecen eternos, pero que aceptamos con paciencia budista porque estamos seguros, segurísimos, sobradísimos, que hemos llenado todos los requerimientos exigidos por la Villa o por el Canal que está obligado por la ley a considerar nuestras producciones independientes. ¡Craso error!

De pronto, el rostro del funcionario de marras se ha iluminado y su sonrisa parece una cuña de dentífrico cuando exclama triunfal:

- ¡Lo sabía, lo sabía! –mirándonos con todo el rencor revanchista del mundo- Lo siento, chamo… pero aquí falta algo y no puedo recibirle el proyecto.

Impactado, casi pierdo el equilibrio. La vista se me nubla, la mirada se me extravía. A duras penas controlo mis esfínteres, y logro balbucear:

- No puede ser, señor… me tomó seis meses recabar todos esos papeles. Hace casi un año introduje en el SAPI el registro de mi obra y ayer me lo entregaron aprobado… ¿Qué falta? (casi rompiendo a llorar) ¿Qué puede faltarme…qué…qué…qué?

El burócrata se relame de gusto como el lobo de caperucita cuando me responde:

- Veracidad, señor… En su descabellada sinopsis aparece un personaje que supuestamente era su bisabuelo… Un zambo que fue coronel en la Guerra Federal, a las órdenes de Zamora…



- Verá, señor funcionario... no es exactamente mi bisabuelo, se trata de un personaje de ficción, aunque se ajusta perfectamente a la historia y mi bisabuelo…

- ¡Exactamente, caballero! ¡Con la Historia no se juega, así que ponga a su bisabuelo de ficción pero tráigame la foto de ese hombre montado a caballo con su uniforme y su máuser, eso sí ¡ a full color porque no me calo montajes de Photoshop! y entonces veremos… (grita hacia la cola) ¡El siguiente!

Aunque parezca un cuento de la comedia del absurdo, todos los de nuestra profesión nos hemos tenido que calar esta situación muchas veces. En este país, un portero tiene más poder que la querida de un presidente. Y hay porteros a todos los niveles. Superar hasta el último cancerbero para exponer tus asuntos sigue siendo una tarea titánica para quienes como usted y yo no tenernos una palanca en el nivel adecuado y el momento preciso.

Hace más de 2 años, con ayuda de nuestro asesinado amigo Yanis Chimaras (q.e.p.d.) introdujimos en la Villa dos proyectos: "Guaicaipuro" y una adaptación para el cine de la obra de César Rengifo "Las Torres y el Viento". Nada ha pasado, el más denso silencio es la respuesta a nuestras preguntas. La nada POR AVÍO. No faltará que algún "genio" del cine de la Cuarta República aparezca por ahí proclamando que él tiene un guión arrechísimo sobre el cacique y otro que se diga alumno dilecto de Rengifo para que le aprueben el plagio de nuestro trabajo.

¿Quiénes están detrás de las tomas de decisiones? ¿Antonio Llerandi, Thaelman Urguelles? ¿Los que siempre comieron de Foncine? ¿Los más disociados escuálidos que son panitas del amplísimo y conciliador ministro Farruco Sesto?

¿Y qué pasa en la TV donde los productores "independientes" y sus proyectos son escogidos a dedo? Mientras el presidente declare que a TVes no la ve nadie, debería preguntarse quiénes son y bajo qué criterios se escogen las obras realizables. Y si bien no debe discriminarse a nadie, recuerden que los productores y escritores venezolanos que luchamos toda la vida por la Revolución también debemos tener el derecho a recibir financiamiento para nuestros proyectos. Porque muchos de los que han recibido ese apoyo se la han bebido, comido y sudado mientras siguen echándole plomo del grueso al proyecto revolucionario.

La gente de Vive TV tiene tiempo que no cobra su salario. En TVes hay más de 700 proyectos esperando. Y la pregunta que hay que hacerse no es "¿Dónde están los reales?", sino quién los tiene y con qué criterio los maneja para entregárselos a gente que siempre trabajó como una mafia. ¡Ojo pelao, camarada Presidente…

ourdaneta@gmail.com



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Oscar Urdaneta Domínguez

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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