En los momentos actuales donde está en boga el papel de la CGR, asediada fuertemente por la oposición, paradójicamente los que acusan al gobierno del presidente Chávez de ser un gobierno corrupto y se quieren presentar ante el país como los adalides de la lucha anticorrupción, en medio de esto, el papel de la CGR ha dado suficientes elementos de que hablar en los últimos meses. No faltan quienes acusan a la CGR y a su titular de ser un instrumento del gobierno para "sacar del juego político" a un conjunto de dirigentes opositores, éstos por su parte, amparándose en una poderosa campaña mediática, intentan descalificar las acciones emprendidas por este ente contralor y muy específicamente al contralor General de la República Clodosbaldo Russian, éste, después de ser acusado de poco afanado en la lucha contra la corrupción, ahora, de la noche a la mañana, luego de sancionar a "las vacas sagradas" de la oposición resulta que se convierte en una especie de "personaje malvado" porque simple y llanamente está dedicado a ejercer su trabajo contralor en el marco de las leyes de la república y por mandato de las mismas, por cierto, aprobadas por buena parte de los personajes que hoy atacan la aplicación de dichas leyes incluso con "incendios lúdicos" y aclaramos porque lo llamamos lúdicos, este tema tendrá un espacio aparte, no obstante, establecemos esta relación porque los "muchachitos" de la oposición a viva voz hablan de incendiar ciudades, acabar con todo y otros tipos de amenazas, sin embargo, ni siquiera un fiscal de tránsito se atreve a tomar "la amenaza" en serio, valdría la pena aunque sea "lúdicamente" hacerle una invitación a los promotores de estos "incendios" a que visitaran algún organismo de seguridad del estado para que aclararan esto de "incendiar la ciudad".
Volviendo al tema que nos ocupa, tenemos que el Contralor, o mejor dicho, la Contraloría General de la República ha lanzado el reto de convertirnos a todos en contralores, el mismo contralor lo señala en una muy buena exposición y además aclara que no se trata de convertirnos en funcionarios públicos a todos, sino en interesarnos más en la materia del ejercicio del control social que toda revolución socialista debe impulsar, esto es desde todo punto de vista una acción de carácter socialista, en tal sentido vale la pena entonces dedicarnos con mayor ahínco a este tema, es decir, se hace necesario que estas ideas y mecanismos que la CGR viene emanando se conviertan en parte de nuestra agenda permanente, nuestra agenda social; en este orden de ideas estamos obligados como revolucionarios a convertir una institución otrora anquilosada en una poderosa herramienta para el proceso de depuración del país de ese nefasto flagelo que históricamente nos azota como es el flagelo de la corrupción.
La corrupción es parte intrínseca del capitalismo, el capitalismo, sistema perverso que manipula y engaña, que hace lo que no dice y dice lo que no hace, utiliza la corrupción como uno de los principales puntales para sostenerse en base a la mentira, el engaño, la alienación y la enajenación de todo un pueblo. Un sistema basado en la competencia desleal, en la mentira, en el engaño, en principio toma como estrategia y táctica valores humanos como la democracia, la libertad, etc, y los convierte en poderosas herramientas para aplicar todo lo contrario, es decir, en el capitalismo lo que menos hay es libertad y democracia en ninguno de los sentidos porque es un sistema de dominación y en un sistema de dominación no existe democracia ni libertad.
En el capitalismo es imposible la democracia, la participación, la corresponsabilidad; se dicen pero no se hacen. El pueblo nuestro asume generalmente aquel dicho de "el que hace la ley hace la trampa" y caemos en esa trampa que el estado capitalista nos coloca para manejar los hilos del poder en base a la manipulación a través de la enajenación y alienación de una colectividad y nos alejamos del interés de los temas que nos puede contribuir a la liberación vital y necesaria para la buena marcha de este hermoso y trascendente proyecto revolucionario.
La Contraloría General de la República que hoy nos da un ejemplo y nos motiva a participar en convertirnos en contralores, en el marco de esta revolución y la marcha hacia el socialismo, debe tener el respaldo de la población en este tipo de iniciativas. Los Consejos Comunales, el PSUV y todos los colectivos revolucionarios deben plantearse la creación en los espacios comunitarios de una conciencia contralora por parte de las comunidades, de los colectivos, de los hombres y mujeres que luchan día a día en estos escenarios. El estado y las instituciones están obligados moralmente a impulsar un poderoso mecanismo de control social, capaz de actuar en concordancia con los organismos establecidos pero bajo los parámetros de la participación social y el control social; decíamos al principio que una buena gestión depende de una excelente planificación y de un buen control. Si la intención de nuestro socialismo es darle el poder al pueblo, uno de los principales poderes debe ser el de poder controlar la ejecución del gobierno popular.
Para lograr esto la contraloría debe recibir un apoyo institucional de todos, ya el presidente de la república lo ha sostenido, le ha pedido a las demás instituciones que se coloquen en sintonía con esta propuesta de la contraloría en donde se pretende involucrar a la comunidad a todos los planes de control social, les ha pedido respaldo institucional en el tema de la aplicación de sanciones administrativas a un conjunto de bandidos que pretenden ahora ser angelitos que "no quiebran un plato" pero ya rompieron la vajilla entera. Para nadie es un secreto que los contralores eran una especie de "funcionarios ad hoc" que solo aparecían en las páginas sociales de los diarios, las decisiones de la contraloría y las sanciones eran una especie de "séptimo mandamiento de la ley de dios" con una vecina en su mejor momento y de paso exhibicionista y casada la pobre...En una revolución esto no puede ser así, la Contraloría y la función contralora debe "desparramarse" a lo largo y ancho del país, en cada comunidad, en cada espacio, en cada organismo de gobierno o institución del estado.
El ciudadano debe asumir como misión la función contralora, como parte de su vida, de su razón social, de su esencia. Solo así podremos derrotar ese monstruo de mil cabezas que es la corrupción. Por lo pronto tomémosle la palabra al Contralor Russian y convirtámonos en contralores de este proceso que requiere la participación colectiva en todos los ámbitos, de esta forma el traidor de Miquelena y los opositores que chillan las decisiones de la contraloría tendrán suficientes razones para extrañar la vieja contraloría que solo se dedicaba a los "saludos a la bandera" y sus funcionarios terminaban siendo una especie de "fantasmas amigables"; hoy la CGR se levanta con propuestas bien interesantes, asumen un tema álgido y complejo pero necesario en este tránsito hacia el socialismo que queremos...Bienvenida! es la muestra del nuevo país que está naciendo.
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