Cuando Simón Rodríguez nos indujo a inventar so-pena de errar (inventamoso
erramos),lo hizo consciente de que la necesidad del invento nos obligaría a
reconocer los errores (autocritica), para corregir y mejorar lo inventado.
Todo ello es posible siempre que actuemos sin la arrogancia de creernos
los sabelotodo, de acá, la importancia de la crítica y por sobre todo de
la autocritica que nos facilite REVISAR, RECTIFICAR Y REIMPULSAR lo
iniciado.
Sucede que en nuestro proceso, es muy poca la voluntad de reflexionar
auto-críticamente y mucho menos la de exponerse a la crítica.
La crítica como sabemos, puede ser constructiva o viceversa, pero
independientemente de como fuere, la autocritica debe y tiene que estar
presta a los señalamientos sean éstos buenos o malos.
Dentro de ese espíritu de autocritica, debemos reconocer que la mayoría
de los funcionarios de la administración pública sea cual fuere el cargo
que desempeña, no acepta la crítica o en el mejor de los casos la banaliza
con consecuencias fatales no solo para el proceso interno, sino también
para el movimiento revolucionario latinoamericano que sigue atento a
nuestro desarrollo político.
La burocracia, la falta de humildad y el formalismo como sinónimo de
corrupción son entre otras el caldo de cultivo para los 5ta columnas que
apuestan al fracaso del proceso; la resistencia a ser criticados por
burócratas, o por secuestrar y manipular las políticas sociales que hacen
valer el derecho a la democracia participativa y protagónica de las bases,
se ven banalizadas y descalificadas, bajo la excusa de provenir de la
oposición.
Producto de esos descalificativos y sumado a la irreflexión de la
“dirigencia”, se ha creado una costra de intocables que enredados entre sus
contradicciones de clase pequeño burgués y la dinámica del proceso
revolucionario, le hacen carantoñas a Chávez mientras prostituyen las bases
que dan vida al proceso.
Por lo antes expuesto, se hace necesario REVISAR la similitud con los
viejos moldes partidistas de AD o Copei, haciendo valer las bondades de la
crítica y la autocritica.
escalonagarcia@cantv.net