Todo lo que se hace en el ámbito del capitalismo tiene como objetivo central exprimirle ganancias a lo que sea, para acumular grandes fortunas que le den poder a sus propietarios. Sin embargo, a partir del año 2002, con el paro patronal y el sabotaje petrolero, quedó más evidente en Venezuela que el comercio usurero estaba siendo utilizado para algo más que hacer dinero. Se convirtieron en la principal avanzada del ataque reaccionario contra el pueblo, encareciendo la vida de una forma desmesurada, mientras sus voceros mediáticos acusan de ello al gobierno.
El epicentro de la conspiración en Venezuela está en el comercio, y el corazón de la lucha está en la economía; y no es extraño que los opositores de todos los matices aprovechen para hablar a través de sus “sesudísimos” analistas, vaticinando el fracaso del gobierno.
Es posible que la mayoría de los comerciantes ni siquiera se den cuenta de para qué los están utilizando, ni les importe, con tal de seguir acumulando riquezas. Quede claro que la especulación, la usura, el enriquecimiento desmesurado de un puñado de personas sin escrúpulos no es un fenómeno del socialismo, sino la característica principal del capitalismo, su propia esencia. Y que la mejor manera de atacar el capitalismo es clavarle la flecha revolucionaria en el corazón mismo del comercio.
El presidente Chávez, el más extraordinario estratega del siglo 21, se mueve cautelosamente en las agitadas aguas de la economía nacional, colocando cuadros comprometidos con el proceso revolucionario en puntos claves, como son la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad, y el comercio, por donde estamos recibiendo los mayores ataques de la oligarquía.
En el ámbito del comercio se ha iniciado un ataque masivo, en el cual las areperas socialistas son sólo un frente. Las medidas económicas recientemente anunciadas, que incluyen una virtual devaluación de nuestra divisa, la profundización del ataque a la especulación que se agudizará a partir del anuncio (porque para los capitalistas todo es negocio), forman parte de toda una estrategia económica que, tomando en cuenta el carácter capitalista que, desgraciadamente, tiene aún nuestra economía, forman parte del proceso de transición hacia el socialismo.
Más allá de lo abstrusos que puedan resultar los temas macroeconómicos para la mayoría de la población, quienes no somos expertos en economía debemos dar una mirada al conjunto de las medidas gubernamentales y no ver cada medida como algo aislado, para comprender el objetivo que se persigue con las mismas, en un año como el 2010, en el cual se profundizarán las contradicciones entre el socialismo y el capitalismo.
LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO
El atentado que sufrió el funcionario Sabek El Hani puede ser interpretado por la derecha como ellos quieran, pero el mismo hecho de que haya sido abaleado indica que no estaba vendido con las mafias, y su presencia en el equipo que las combate era indeseable para ellos. Si el enemigo lo ataca, por algo es. Ese atentado incluye al joven revolucionario en la larga lista de los venezolanos que han sido víctimas de las balas de la oligarquía. Así es, aunque se disfrace de “hampa común”.
La captura, de dos aviones narcotraficantes, en lo que va del año, forman parte de la ofensifa contra el narcotráfico, que avanza en una proporción nunca antes vista en nuestro país. El comercio ilegal de psicotrópicos es otro aspecto de la vanguardia del imperialismo, que lo usa para envilecer a los pueblos y oscurecer su conciencia, y como excusa para la escalada militar que realiza contra los países que, siendo dueños de importantes recursos naturales, no se someten a sus órdenes. También los narcotraficantes tienen fines que van más allá de hacer dinero. La caída de los gobiernos revolucionarios y progresistas les importa tanto, porque significa mantener la continuidad de los privilegios de la oligarquía y todos sus mafiosos.
andrea.coa@gmail.com
