Un familiar se me acerca para que le ayude porque tiene un serio problema con su tarjeta de crédito VISA, asignada al Banco de Venezuela. Me dice que la tiene bloqueada y no sabe por qué, y que seguramente es que se la han clonado. Bueno, hay dos maneras de tratar de resolver el problema, yendo directamente al Banco o llamando al número de ayuda inmediata para estos casos. Él hace las dos cosas.
Hace numerosas llamadas y los gerentes telefónicos todos, a toda hora, le dicen que tienen problema con el sistema y que llame dentro de una o dos horas; hace otra llamada y le dicen lo mismo; entonces se dirige al Banco, se interna en una descomunal cola de cuatro horas, llega a la taquilla y allí le dicen que no le pueden resolver el problema y que la única solución es que llame por teléfono.
En este vicioso círculo se debate, aislado, totalmente incomunicado, le cortan los servicios que debe que pagar con la tarjeta sin saber si realmente se la están usando indebidamente la tarjeta, porque además en el Banco le han solicitado el número de su tarjeta y lo ha tenido que dar. Si es que el Banco se encuentra aboyado por tantos clientes que ahora tiene que atender a la vez debe buscar una solución inmediata a esta gravísima situación que está generando un gran caos.
Esto es un llamado urgente a los directivos porque la POBRE GENTE QUE ATIENDE LAS LLAMADAS no hace sino decir siempre lo mismo y realmente no tienen ninguna solución ni puede hacer nada. Hay que recalcar que este tipo de queja debe tener una respuesta inmediata a través de las llamadas telefónicas, porque a las agencias en el interior les toca hacer lo mismo: llamar, llamar y llamar a la central en Caracas, para que le digan exactamente lo que dicen al usuario común: NO TENEMOS SISTEMA.
Muy grave este caos.
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