Fue supremamente ridículo y fuera de lugar ver aquellos elogios lanzados a boca de jarro por el gobernador de Mérida Marcos Díaz Orellana al Comandante Chávez -en su último Aló Presidente en Mérida-: “Que Dios los cuide señor presidente, que Dios me lo proteja, … y estoy dispuesto a dar la vida por usted…”, y a los pocos días viene y se burla olímpicamente del líder máximo al llamar “espectáculo dantesco” a lo que hacen los custodios de las tierras, que por Ley se instalan en las afueras de terrenos largamente abandonados, y cuyas acciones están amparadas por el artículo 33 de la Ley de Tierras Urbanas.
¿Pero estaría dispuesto a dar la vida por Chávez, quien llega y le hace honores a uno de los que trató de asesinarle el 11-A, Baltazar Porras? ¿Estará dispuesto a dar la vida por Chávez, quien llega y comparte un mismo helicóptero –perteneciente al ricachón Marcolli- con el paraco gobernador del Táchira César Pérez Vivas? ¿Podría estar dispuesto a dar la vida por Chávez, quien tiene un pasticho de barbaridades sobre nuestra historia y sostiene que el Libertador fue un alcahuete?
Pero el gobernador de Mérida Marcos Díaz Orellana, no sabe qué hacer con su alma, cuando lo rodean sus queridísimos medios de la derecha. Todo con ellos es de amores, galanterías, melosas promesas y aspersiones de agua colonia por toneles. Él, claro, les dice a estos palangristas lo que a ellos les encanta oír: bellos elogios a los empresarios, dulces cantos a la Iglesia y a los pérfidos oligarcas de la ULA…, si le nombran a un soberano carcamal y legislador copeyano de nombre Américo Sulbará, salta y responde que sus ideas se enmarcan dentro del proceso socialista y bolivariano… pero, luego viene el pistoletazo en pleno concierto: el coñazo a los desarrapados, una soberana guarrada contra al pueblo que no se cansa de “molestar” con eso de pedir un techo.
En el fondo de sí, qué gran desprecio hacia los descamisados, cómo le debe entenebrecer por dentro esos clamores de dolor y de angustia, porque él viene y les suelta eso a los orondos palangristas para que vean que él sí es “fino y delicado”, reverberándole el ser copeyano que ha sido la divisa de toda su vida: "es dantesco ver niños, madres de familia y además no es la imagen que nosotros como merideños y merideñas, queremos para nuestra hermosa ciudad”.
En cambio qué dulces palabras para con el cabeza rapada de Mario Bonucci, al que él mismo le dijo que quedó conturbado, anonadado, cuando vio unos supuestos arsenales que los Tupamaros guardaban en las residencias Domingo Salazar. ¡Dígannos si estos no es buscar joder por todo el cañón al gobierno nacional y tratar de echarles los inmensos caos de violencia en Mérida a los que a pulso milagroso, en este mar de paracos, nos mantenemos con el Presidente Chávez!
Textualmente Marcos Díaz Orellana le voceó al rector fascista de la ULA y para la cosa se regara, en el salón del Consejo Universitario del Consejo Universitario, que él nunca había visto tantas armas juntas como las que había apreciado en las residencias Domingo Salazar, supuestamente controladas por los Tupamaros.
¿No es esto acaso, insistimos, echarle toda una tremenda coñodemadrada al proceso revolucionario, y darles fuerza a la contrarrevolución? ¡Ah, no!, Bonucci no suelta esta confesión del señor gobernador y nos la mienta por todos lados todos días, y completar la farsa, antier Marcos Díaz Orellana le hizo una solemne visita oficial a este bandido de rector, en relación con el caso de los “dantescos espectáculos”, y la prensa recogió el encuentro de maravillosamente positivo.
Pero qué puede tener él en la cabeza cuando sostiene con “gallardía” que le hubiera encantado ser gobernador, no en este mandato del presidente Chávez, sino cuando aquí gobernaban dictadores como Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez; que hay que andar para arriba y para abajo con un fulano rejo –pero será para joder a los pobres-, que Bolívar en verdad para él con el Decreto de Guerra a Muerte cometió una gran alcahuetería, y que él está contra el populismo. Que él muy bien puede reunirse y hacerle honores al obispo Baltazar Porras porque él no es ningún dios para estar juzgando a nadie.
No se trata pues, de que el señor Marcos Díaz Orellana viva hablando para atrás y para adelante, sino que además posee una catastrófica ignorancia sobre nuestra historia; carece totalmente por naturaleza de vocación y formación socialista. Todos los horribles locutores de Mérida que en sus programas de radio están dándole noche y día con el mazo al presidente Chávez, dicen maravillas del gobernador de Mérida –hay un acuerdo tácito-, sobre todo el espantoso palangrista de nombre Jorge Villet.
Tiene, insistimos, muy buena prensa este mandatario regional.
Pero no sólo eso, Marcos Díaz Orellana por todo el cañón manda al demonio a los consejos de nuestro Comandante quien en ese Aló Presidente sostuvo que debían acabarse eso de corrientes florencistas y marquistas en clara alusión a los pujes desaforados de grupos del Buró del PSUV por imponer sus candidaturas a la AN. Resulta que los alfiles del gobernador con el más supremo ventajismo en esta campaña son los que se adueñan de todos los espacios y de todos los recursos del Estado para imponerse. Estos grupos apoyados por el gobernador, además sumamente cuestionados por sus prácticas corruptas, están causando estragos en la región, en nombre del proceso y de la revolución bolivariana.
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