19-05-15.-Las unidades de las automotrices Chrysler y General Motors en el país evalúan vender parte de sus vehículos en dólares con el fin de levantar su alicaída producción, dijo el martes un líder sindical.
El sector automotor venezolano atraviesa un momento crítico por las dificultades para adquirir dólares debido a un férreo control de cambio vigente en Venezuela, lo que ha reducido la importación de partes y el ensamblaje, poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo.
Trabajadores de la filial local de Ford Motors Coían dicho la semana pasada que la ensambladora empezó a vender algunos modelos de camionetas y camiones en dólares, buscando recursos que les permita importar las partes para mantener su planta funcionando.
Ford sería la primera automotriz que recibe permiso de las autoridades venezolanas para vender autos en moneda extranjera desde que se implantó el control cambiario en 2003. Y aunque ni la empresa, ni el Gobierno socialista han confirmado oficialmente las conversaciones, otras firmas estarían buscando replicar la estrategia de Ford.
"Las ensambladoras se están reuniendo con el Gobierno y se está evaluando la comercialización de algunos vehículos en dólares", dijo a Reuters Christian Pereira, presidente de la federación que agrupa a los trabajadores de la industria automotriz. "Y nosotros, los trabajadores, daremos un espaldarazo a la iniciativa.
Nos mueve el temor a que si esto no se hace, se cierren las plantas dejando en el aire a 100.000 trabajadores del sector", agregó, quien también representa al sindicato de Chrysler, fabricante de la marca Jeep. Una portavoz de General Motors dijo que la empresa no haría declaraciones sobre el asunto. Reuters no pudo contactar de inmediato a los representante de Chrysler.
La medida de Ford desató la controversia entre los venezolanos, que tienen limitado acceso a dólares por el control cambiario. Según trabajadores, los vehículos alcanzarán precios tan altos como 70.000 dólares por una camioneta modelo Explorer. La caída de los precios del petróleo, fuente principal de los ingresos del país, ha forzado al Gobierno socialista a recortar la entrega de divisas para importaciones básicas.