El escritor sueco Henning Mankell (1948-2015), quien se caracterizó en el mundo literario por sus novelas de corte policial, donde ha destacado un personaje muy incisivo e inteligente como lo es Kurt Wallander, tuvo un espacio en su actividad creadora para escribir "Minnet av en smutsig ängel" (traducida al español, como todo la producción literaria en español de Mankell, por Carmen Montes, de la Editorial Tusquets, en el 2014, la primera edición fue en el 2011 en su lengua originaria sueco), o "Un ángel impuro". La novela no tiene desperdicio; atrapa al lector desde el primer momento contando la vida y vicisitudes de Hanna Renströn (que luego sería Hanna Lundmark, luego Hanna Vaz, para luego autollamarse Ana Branca, para llegar de nuevo a su Hanna Renströn y desaparecer), quien se calificaba, como en cierta ocasión había oído llamarla su padre, "un ángel impuro", quizás por eso de no perder la inocencia pero tener que lidiar con la vida real y todas sus trampas.
Impresiona el estilo narrativo de Mankell, su capacitad para introducirse en los personajes y proyectarlos desde todos sus puntos de vistas, destacando el psicológico; presentar a una Hanna que desconocía el "racismo" en las tierras africanas orientales colonizadas por los portugueses, e ir introduciéndola en esa cultura sin que ella perdiera sus valores y principios, es una gran aventura descriptiva. Más aún cuando el trasfondo o escenario de los acontecimientos se da bajo la égida de un burdel (casa de citas, prostíbulo). ¿Cómo una mujer como Hanna pudo estar en ese contexto y seguir manteniendo su espíritu sensible y su respeto a la condición humana? Es un esfuerzo que cincela Mankell de manera magistral.
El autor no atisba mucho en los diálogos, los administra y los coloca solamente lo estrictamente necesario, persuadido por llevar la trama en un contexto holístico que permita internalizar el pasado y el presente bajo un ritmo que no desvele ni canse al lector. Son herramientas escriturales de quien va creando en razón del movimiento acústico de lo que van sintiendo los personajes al interactuar y crear situaciones.
Por otro lado, el autor reafirma una postura característica de la novela moderna europea de introducir simbolismos o elementos que rompen con lo cotidiano; así aparece el personaje de Carlos (un chimpancés), el cual, desde el segundo matrimonio de Hanna con el señor Vaz, ocupa un sitial importante de protección y afecto en la vida de Hanna, permitiéndole al personaje estar siempre cerca de la sensación de lealtad, cariño y protección de algo o alguien.
Hanna no logra terminar de entender el por qué una persona por su color o por su estrato social, es disminuida y minimizada en la sociedad. Qué razones tienen los hombres para esclavizar y utilizar a otros seres humanos con el pretexto de que son entidades racionales que no tienen derechos ni nada que los conecte con la civilidad. Los obligan a mantenerse en su estadio místico de cultura y costumbres, donde la magia negra y los espíritus toman el mando de las situaciones.
En este aspecto, la obra es una crítica al convencionalismo burgués, al amor avasallante hacia el capital, hacia el materialismo dialéctico de la historia humana. Al indicar como regla del lugar donde se dan los acontecimientos que para ser civilizado hay que portar "zapatos", muestra una postura contra-natura hacia los valores de respeto a la idiosincrasia de los nativos, entre los cuales resalta el prescindir de cualquier prenda que haga sentir atrapado el cuerpo de las personas; más aún, se destaca, a través del personaje de Ana Dolores, mujer blanca, su opinión de esos pobladores negros, marcando fríamente su distancia: "Los negros solamente son sombras nuestras. No tienen color. Dios los hizo negros para que no tuviéramos que verlos en la oscuridad. Y para que tampoco olvidáramos de dónde vienen…"
El periplo de vida de Hanna se resume: la hija que la madre le pide que parta del hogar a buscar mejores horizontes de vida, porque ella no podía seguir manteniéndola ni ocupándose de ella; se fue a un viaje de aventuras a través de la nieve, al llegar al pueblo de la costa donde encontraría familiares de su padre fallecido, al no encontrarlos se embarca como cocinera y conoce al tercer oficial Lars Johan Jakob Antonius Lundmark, quien muere de manera inesperada; huye del barco en el puerto de Lourenco Marques, le suceden situaciones duras, aborta un hijo que llevaba en sus entrañas de Lundmark, es acogida en el Hotel del pueblo (todo esto situado en África Oriental Portuguesa), allí el señor Vaz es dueño de un burdel que funciona en el Hotel, y termina casándose con Hanna; vuelve a enviudar, hereda todo del señor Vaz, hasta el chimpancés, y establece una relación especial con una mujer negra llamada Isabel, la cual asesina a su esposo blanco que la maltrataba. Reflexiona acerca de su lugar allí y se plantea venderlo todo y volver a su tierra, pero antes quería ayudar a Isabel a salir de la cárcel. Por situaciones inesperadas muere Isabel, asesinada por un empleado de Hanna que también la robó, y deja escapar su atención y afecto hacia el hermano negro de Isabel llamado Moses, para quien Hanna significaba "Ana negra", tiene relaciones con él, buscando embarazarse, y la historia termina ella ya de regreso, en el cuarto de un hotel, desvaneciéndose del mundo real a través de la magia negra sugerida por Moses para liberarla.
Claro está, es un resumen apretadísimo de una obra muy compleja, amplia y con muchos mensajes de trasfondos; sorprende que a pesar de ser sometida a las más de una de situaciones para moldear su razón y espíritu, no se pudo, dándole fuerza a lo que Hanna rememoraba de su padre quien con "…la voz que, hacia el final de sus días era como un susurro. Como si le estuviese pidiendo que guardara lo que le decía como un apreciado secreto. Un ángel impuro. Eso eres tú…Hanna Renströn, hija mía, eres un ángel, un ángel impuro, pero ángel al fin y al cabo".
En concreto, Mankell, delinea una historia que persigue mostrar las caras y contracaras del racismo, de lo profundo de la condición humana y del valor de algunos seres humanos que se impone a pesar de las circunstancias culturales y sociales asfixiantes y corrompidas, muy lejanas de ese sentimiento imperecedero que es el amor.