A pesar de vivir en el interior del país, durante muchos años he procurado coincidir con la realización de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), que anualmente se realiza en la capital del país. Esta vez pude hacer dos recorridos y medio por las exposiciones las distintas editoriales y a pesar de contar con el programa, no pude participar en algunas conferencias, presentaciones teatrales o bautizo de libros que se presentaban atractivas o interesantes.
En medio de la crisis económica que vivimos y en la cual no abundaremos, se celebró nuevamente la Feria y el país invitado fue Turquía (¿Podía ser otro?). Y he aquí la principal luz. La continuidad de este encuentro entre pueblo y la dinámica cultural y literaria nacional específicamente. El espacio seleccionado fue el casco histórico de la Caracas, que permitió más acceso al público, ya que, siendo un lugar de alto tránsito, prácticamente la gente se encontraba con la Filven por varios lados. Hacerlo en el corazón de la ciudad permitió integrar la realización de las actividades del programa en edificios icónicos de la ciudad, lo que en otras oportunidades no era posible, pues se concebía el evento en una isla (Como en el Teatro Teresa Carreño o en el Parque Los Caobos).
Pude observar este año una disminución de la oferta literaria en cuanto a nuevos títulos, supongo que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura podrá aportar en algún momento cifras al respecto; predominaron los "stand" de las instituciones muchos de ellos solitarios y sin mucha novedad, igualmente creo que hubo ausencias notables de editoriales de referencia como Siglo XXI y Fondo de Cultura Económica, entre otras. Por otro lado, se hizo presente una gran cantidad de libreros que expusieron ejemplares de segunda mano.
Mientras camine vi las etiquetas de los precios de los libros donde se presentaban, ahora expresados en bolívares soberanos; y pregunte donde me interesaba algo o surgía la curiosidad. En general precios en mi criterio no fueron accesibles al público que como yo tiene un ingreso cercano al salario minino o cuyo pago semanal no supera los mil bolívares. He aquí la sombra en la Filven. Solo la exposición de la Librería del Sur tenia los precios mas accesibles y en parte de lo ofertado. En el resto lo libros nuevos superaban los quinientos bolívares, incluso me encontré libros usados hasta en mil quinientos soberanos, ¡todo un escándalo! Así que la especulación también llego a la Filven.
Al final de los recorridos, saque mis cuentas (que no eran muchas), retorne y compré algunos libros, sobre todo aquellos que venían con un pequeño sello que decía "Impreso en tiempos de guerra económica".