La retención de Julián Conrado

Presidente Chávez: los principios lo acompañan a uno toda la vida, los amigos no

La retención de Julián Conrado, violando todas las leyes venezolanas e internacionales en cuanto a este caso se refiere, es algo insólito  e inaceptable que nos debe preocupar a todos los que amamos la justicia y la solidaridad internacional con nuestros hermanos revolucionarios, sean de donde sean. Ya, lo del camarada Conrado está llegando al límite de la obsesión gubernamental por tratar de mantener unas relaciones amistosas, con un gobierno (colombiano) que con su política de fronteras libres para los paramilitares, esta auspiciando una invasión, lenta segura y controlada hacia nuestro territorio, con el único fin de sembrar el terror y la muerte en nuestro suelo patrio.  Con amigos así, quien necesita enemigos 
 
El terrorismo de estado colombiano, poco a poco está ganando terreno en nuestros campos, barrios y ciudades, gracias a la complicidad de nuestro nuevo mejor amigo y de las autoridades venezolanas. Presidentes como el colombiano, no tienen amigos, solo tienen intereses, igualitos a los yanquis. Y el único interés de la oligarquía cachaca y de sus amos gringos, es salir del presidente Chávez, no tengo la menor duda. No será hoy ni mañana, pero se están preparando para ello. No hay que trabajar en el SEBIN o en el DIM; para conocer que el paramilitarismo colombiano está haciendo la cama para pasar largas noches aquí al ladito de nosotros, esperando el momento indicado y la orden del jefe de la Casa de Nariño, que a la vez la recibe del pentágono, para acabar con la esperanza de nuestro pueblo de soñar con un mundo mejor. Entre dos gobiernos totalmente diferentes, no puede haber amistad verdadera 
 
Por eso, no debemos esperar que  el mal  haga metástasis en  nuestro cuerpo nacional. Estamos a tiempo de impedir que esto ocurra, mañana será muy tarde. Hay  varios amigos del gobierno, tanto de afuera como de adentro, angustiados por esta situación. Pero nada, el gobierno se hace el ciego, sordo y mudo. ¡Al carajo con los enfermos!  ¿A quien le puede importar la seguridad del estado? No mi hermano, lo primero es lo primero, hay que preservar esta nueva amistad a costa de lo que sea. ¡No, nos descarrilaran carajo! ¿Que importancia puede tener, tantos asesinatos y secuestros cometidos por los narco paras colombianos en nuestro territorio, ante esta floreciente  y cautivadora amistad? ¿Que importancia puede tener que esos delincuentes se estén adueñando de nuestras fronteras, si esa tierna amistad está por encima de dolor y el llanto de los familiares de todos los asesinados? ¡No! ¡No! y ¡No! Nada puede estar por encima de las relaciones de amistad entre dos mandatarios. ¿A quien se le puede ocurrir semejante vaina? ¿Que importancia pueden tener los principios anidados en nuestra alma, si Julián Conrado, se está muriendo en prisión? ¡Carajo mi hermano! Nada, ya te lo dije. Cuando los principios se tiran por la borda, los sueños se hacen pesadillas.  
 
Así, son las cosas camaradas, este es el mensaje que nos da el gobierno: ¡Cállense!, no sigan jodiendo con esa vaina de Conrado. Esa vaina ya está decidida, Julián se va pa Colombia y punto. Total para eso somos gobierno. No importa un coño tu opinión y la de los miles (dentro y fuera del país)  que se han manifestado en contra de la detención binacional de Julián ¿Que maldito carajo, nos puede importar, mísero radicalista, contrarrevolucionario o agente de la CIA, como lo son todos los que critican esto. Si, el gobierno  viola o no, todos los acuerdos internacionales de asilo y de los derechos humanos que existen, eso no tiene ninguna importancia, lo importante es mantener la amistad entre Colombia y Venezuela, que está por encima de toda razón y de todo sano juicio. El juicio se pierde, cuando no se toma en cuenta la opinión de los pueblos, que según el Libertador, vale más que la opinión de los sabios (amigos)  
 
La prisión de Julián Conrado, es y seguirá siendo una afrenta a la humanidad entera que ama y que clama justicia. Es una afrenta a los socialistas y revolucionarios de todo el mundo. Es una afrenta al internacionalismo y a la solidaridad con todos los perseguidos de la tierra. Para lavar esa afrenta, el gobierno tiene que entender que si Colombia es soberana  para otorgarle asilo a un terrorista y asesino como Carmona Estanga, nosotros también somos soberanos, para otorgarle asilo a Julián.  ¿O será que nuestra soberanía, está a la disposición del estado colombiano a cambio de una amistad sostenida por oscuros acuerdos que nadie conoce. Si no es así, ¿Entonces cual es la maldita causa por la que no se le otorga de una vez asilo a Julián? ¿Cual es el miedo?  ¿Coño que alguien del gobierno me diga cual es el miedo?  Mi madre me decía, que no se puede estar con Dios y con el Diablo, y ella siempre tenía razón.

aponwuao@hotmail.com



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Nelson Lanz Fuentes


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