Los gobiernos adecos y copeyanos fueron los responsables de la tortura, asesinato y desaparición de miles de venezolanos que se enfrentaban a las políticas proimperialistas y hambreadoras impulsadas por el Partido Acción Democrática y el Partido COPEI, los cuales estaban (y están) plagados de burdos negociantes politiqueros que no son otra cosa que miserables ladrones y asesinos: la utilización pertinaz de la injuria, la calumnia, la traición y la burla más descarada e infame, el asesinato y la amenaza con escuadrones armados hasta los dientes eran las “políticas” que generaban y generan contra el Pueblo Pobre de Venezuela estos esbirros del imperialismo.
Una de las victimas de estos asesinos fue el camarada revolucionario Alberto Lovera (1923 — 1965). Desde muy joven estuvo vinculado a las luchas emprendidas por los trabajadores portuarios y pescadores del oriente del país. Fue dirigente revolucionario surgido de la clase obrera petrolera venezolana que fundó varios sindicatos petroleros en el estado Zulia, al tiempo que fue cofundador de la Juventud Comunista (JCV). Luego fue dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en Zulia, Lara y Caracas. Estuvo a la cabeza de la huelga petrolera de 1950 y luchó desde los primeros instantes en la derrota de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958.
Alberto Lovera lo entregaron elementos infiltrados en el Partido Comunistas que trabajaban para la CIA, entre ellos Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez. Al parecer lo delató un “camarada” llamado Aníbal González, siendo Gonzalo Barrios el mayor cómplice en el asesinato del profesor Lovera. En Venezuela, la CIA se enfocaba en la persecución y el monitoreo de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y específicamente de su líder, Alberto Lovera.
El 17 de octubre de 1965, Alberto Lovera es detenido en Caracas por funcionarios de la DIGEPOL, y trasladado a las instalaciones de esa policía, donde comienzan a torturarlo durante nueve días consecutivos, hasta que lo asesinan. El 27 de octubre de 1965, apareció sumergido su cuerpo en las costas del estado Anzoátegui.
El cadáver de Alberto Lovera tenía la cara y las manos destrozadas totalmente, para evitar ser identificado a través de sus facciones, estudios dentales o a través de sus huellas digitales. Sin embargo, la medicatura forense logró determinar que éstos pertenecían al dirigente político.
El caso de la tortura y asesinato de Alberto Lovera es uno de los miles que han quedado en la impunidad y el cual nos llena de coraje e indignación ante el Sistema de Justicia que privilegia a unas elites corruptas y asesinas solo por su poder político o militar. Y a su vez, es un llamado a no olvidar el régimen de terrorismo de Estado a que fue sometido el Pueblo venezolano por la derecha fascista encarnadas en los dirigentes adecos y copeyanos de siempre, y a sus ahora presentes trasmutaciones en partidos con su misma ideología y sus mismas prácticas.
Rescatando la Memoria Histórica Revolucionaria.
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 522 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 204 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Popular y Socialista.