El martes 30 de enero en el Teatro Baralt de Maracaibo, asistí a la fuerza originaria del continente nuestroamericano hecho carne, sangre y verbo en el héroe Sabino Romero Izarra. Carlos Azpúrua supo interpretar el pensamiento Sabinista y de los movimientos sociales que lo siguen acompañando en la recuperación de sus territorios ancestrales.
El grito fiero de la mujer yukpa anunciaban fuerza, dolor también por los hijos asesinados de Carmen Fernández, pero dolor convertido en flecha certera que exige justicia, justicia ante siglos de despojo, siglos de sangre derramada, siglos de exclusión.
Que grande sos Sabino, sigues vivo en la lucha, volaste alto, cruzaste fronteras hasta sumar conciencias para tu pueblo, tu único sur era la integración de un solo territorio para los yukpa, consciente estabas que al dividir territorio dividían al pueblo .!La lucha sigue!
Azpúrua colocó sobre el lienzo-film a los héroes y lacayos, ahí estaban en la contienda histórica, en esa maraña de intereses genocidas, se confrontaron los guerreros de siempre, los imprescindibles, como diría Bertolt Brech y los enemigos de siempre, los poderosos, los finqueros, pero también estaban los que juegan para los dos bandos, los traidores. ¡Bravo Azpúrua!.
Vaya mi especial reconocimiento al valeroso y consecuente Lusbi Portillo, hombre íntegro y revolucionario como pocos, quien se ha solidarizado con las luchas populares e indígenas por más de 30 años, Sabino era su hermano, su amigo. Cuántas leyendas urbanas se han tejido alrededor de este personaje, que si guerrillero de Sendero Luminoso cuando gobernaba la cuarta, representante de la CIA ahora en la quinta, y otras tantas que la memoria no me da.
Es claro que cuando no se llega a comprender el interés supremo de acompañar al que lucha luchando, que un verdadero revolucionario siempre está al lado del pueblo oprimido, entonces se le etiqueta con todo lo contrario a los grupos de poder.
Este logro también es tuyo Portillo, este documental no hubiese sido posible sin tus años de constancia al lado del pueblo yukpa en reclamar justicia. ¡Un aplauso pa vos.!
Lucía, símbolo de la mujer guerrera, ahí estabas con tu palabra encendida, con tu corazón de madre y compañera, pero también con la fuerza que te da la razón de pelear por los tuyos. Que tu grito llegue a los corazones que hoy se han endurecido ante la fuerza del capital, que tus traidores no concilien el sueño, que los negociadores de tu dolor se queden mudos. ¡Mi admiración valiente Lucía!.
Chávez, Sabino y Lusbi, cuánta claridad histórica en sus verbos y acciones, ellos nos recuerdan que la lucha se asume para ganar no para negociar, tomen nota lacayos de estos tres grandes hombres.
asmerygonzalez19@gmail.com
Antropóloga
Docente Universidad Bolivariana de Venezuela-Eje Cacique Mara