Ahora si fue verdad que se le voló la tapa del cerebro a La Canalla golpista. Lo último que inventó fue una carta de un niño venezolano agradeciendo a Obama por proteger a Venezuela y el robo de niños para extirparle los órganos.
Los “vergatiesas”del Marketing político de la MUD en combinación con el eje Colombia-Miami-Madrid inventaron esas cagarrutas sobre la base del mensaje que envió Maduro al llamar a defender La Patria del decreto injerencista de Obama cómo si se tratase una hija. “Cómo el mensaje impactó en lo más profundo del sentimiento del pueblo, como es el amor por los hijos, por los niños, La Canalla golpista enfiló su guerra sucia, asquerosa, inescrupulosa, en crear angustia en los padres, especialmente en las madres.
Los creadores internacionales de campañas de guerra sucia han experimentado en Venezuela cualquier cantidad de inmundicias mediáticas y demás géneros, y sólo una caló, que fue cuando perdimos la Reforma y por una ñinga de votos, que fue reconocida en el acto por Chávez. Del resto. En todas han pelado bolas. No en balde hemos ganado todo el resto de las elecciones, y vamos rumbo a una nueva victoria en las Parlamentarias 2015. Qué va a ser la Madre de las victorias del Proceso. Y una morcilleral para la Contrarrevolución.
Venezuela. O mejor dicho el pueblo venezolano ha sido sometido a una terrible guerra mediática, económica, alimentaria, médica, etc., y sin embargo sigue fiel primero a Chávez, y hoy, a Maduro. Esta demostración de comportamiento deja muy mal a quienes han hecho de la guerra sucia su herramienta, su modus vivendi, y quienes no han justificado la friolera de dólares que han cobrado por aplicar sus canalladas. Mañana, cuando se selle la victoria del Chavismo en las elecciones parlamentarias de 2015 estaremos enterrando el Marketing de las guerras sucias.
TINTERO
El Presidente Maduro tiene en sus manos todo el proceso de investigación sobre las dos campañitas de guerra sucias. Sabe quiénes echaron a correrlas y dijo que les va a aplicar todo el ácido. Asimismo dio órdenes a Jacqueline Farías y William Castillo, de Conato que pasaran revista y metieran corriente.