Finalmente el gobierno encontró, supuestamente, la mejor manera de
luchar contra la delincuencia. Ha creado la llamada OLP: “Organización
de Liberación y Protección del Pueblo”, en tiempos de elecciones
parlamentarias.
La OLP se ha convertido en el decurso de nuestra historia en una
película real, de esas que estamos acostumbrados a ver, precisamente
del ingenio gringo, de quienes desde Hollywood nos abalanzan todos sus
efectos especiales. Vemos policías y militares vestidos con trajes,
cascos, chalecos y equipos contra balas y motines, quienes a su vez
nos muestran sus armas largas, llegando a los sitios de combate en
sendas “Hummer”, helicópteros o lanzándose en paracaídas para barrer a
los “enemigos de la sociedad”. ¡Sí! No tengo dudas que debo
recomendarle a los directivos de la “Villa del Cine” que filmen cada
detalle de las acciones multiplicadas al estilo "Rambo" que los
protagonistas de la OLP ejecutan en sus espacios de guerra. Sin duda,
obtendrían varias películas de “acción” para tratar de competir con
el imperio en esa materia. Quien quita y hasta Freddy Bernal termine
el día que menos pensamos ganando el “Oscar de la Academia”.
¡Claro! Al parecer las acciones de OLP no se desarrollan ni en
“instituciones” del Estado, o en el este de Caracas o las zonas
“residenciales” de las principales ciudades del país; verbigracia,
donde sólo hay “quintas”, mansiones y edificios suntuosos. En esos
sitios no hay nadie quien pueda catalogarse de “malandro”. ¡No! Los
espacios geográficos están envueltos por los conocidos “ranchos”, (por
no decir “cordones de miseria”), ubicados en barrios sempiternos,
inclusive ahora adornados con los apodos de “tricolor”, así como
edificios abandonados, es decir invadidos.
Lo triste de esta historia es que la gran mayoría de la gente que vive
en esos espacios, es gente humilde, sometida a la pobreza de años y
años que la renta petrolera jamás ha podido darle una vida digna.
Gente trabajadora que se levanta de sol a sol a ganarse honradamente
el pan de cada día. Esa gente representa la esencia de un pueblo. El
corazón, las arterias de millones de venezolanos(as) quienes ni en la
llamada cuarta, ni tampoco en la autodenominada quinta república,
menos en tiempos de mandato de Maduro ha logrado encontrar la
esperanza de liberación a su condenada “sociedad”
Ahora, la OLP llega como “ladrón en la noche”, y cual médico que nunca
comete mala praxis, se posiciona de callejones, escaleras, viola
recintos domésticos, apresa y hasta “ejecuta” a “supuestos
delincuentes” quienes “responden” a los gallardos efectivos de “OLP”
a punta de plomo. Ya no hay ministerio público ni “defensoría” que
evalúe sí las lágrimas de madres y padres sobre el asesinato,
detenciones o abusos de quienes investidos con la licencia de OLP son
falsas o ciertas sobre tales conductas. Basta el informe del jefe de
OLP donde se realice la acción de “limpieza” de malandros para que sea
todo cierto. ¿Será que se aplica la máxima de que en toda guerra se
pierde sangre inocente?
Asimismo, es irónico que mientras tanto se hable que un grupo de
asesinos infringieron la muerte a una venezolana de una forma
terrible, (hecho que condeno con toda firmeza), y éstos a su vez se
vinculen con grupos políticos de oposición, cuando aparecen videos de
policías masacrando a un pueblo, entonces, en estos casos, se diga que
son acciones “individuales”. ¿Y a quién carajo representa un policía?
¿No es al Estado y sus instituciones? ¿Quiénes los seleccionan y
forman? ¿Ellos mismos se “educan” y “capacitan” en las escuelas y
universidades de policía, o no es el Estado a través de sus organismos
quienes gradúan a tales funcionarios?
Desgraciadamente, tenemos un gobierno “revolucionario” que de tanto
jactarse que defendía la “vida”, terminó por aceptar que los malandros
y asesinos se adueñaron de una sociedad, y ante ello les declara la
guerra en un momento de alta tensión social. Les declara la guerra
cuando tenemos un país que sucumbe ante una grave crisis económica.
Los hechos de incendiar una alcaldía y puesto de la Guardia Nacional
en Zulia, el saqueo a una red pública de alimentos de San Félix en
Bolívar, el cierre de frontera con Colombia en Táchira, luego de la
muerte de civiles y militares heridos, los saqueos en diversas zonas
del país, junto con la praxis de la OLP que han generado varios
muertos (¿serán todos delincuentes?), representan por analogía, un
intento por dinamitar una estación de combustible en el centro de una
ciudad, llena de transeúntes, y donde se ejerce el control político y
militar. ¿Qué son la OLP? ¿Orden de liberar o luchar contra el Pueblo?
A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.